Lo que sabemos es una gota; lo que ignoramos, un océano.
Con Ignacio Bresso, Mario Mahler y Sandra Criolani. Dramaturgia: Ignacio Bresso. Dirección: Sofía González Gil. Asistente de Dirección: Lucía García Paredes. Diseño de Vestuario: Carol Peiretti. Fotografía: Jerónimo Leniek. Diseño de Escenografía: Candelaria Postigo Balaña y María Florencia Gandolfi. Música original: Francisco González Gil y Federico Cohen. Diseño de iluminación: Samir Carrillo. Producción Ejecutiva: Sofía González Gil y Lucía García Paredes. Producción General: Genuca Producciones.
El Método Kairós Teatro. El Salvador 4530. Sábados 20 h.
Los encuentros, ya sean en formato de entrevista o en una informal conversación familiar y/o de amistad pueden desatar mundos inusitados y milagros inesperados. Siempre y cuando, esa chispa llamada “química” se encienda entre las dos partes. Los pensamientos cobran vuelo propio y esas palabras se materializan más allá de realidades hipotéticas.
De esta forma, el escenario del Kairós alberga una propuesta tan atrapante como misteriosa, que toma un género no muy frecuente en el teatro, pero sí en el formato televisivo y en la literatura. No spoilearemos nada acerca de la identidad del mismo ni correremos el velo del misterio. Sólo diremos que Lino es un físico de renombre, con un gran prestigio y popularidad. La academia y los medios de comunicación lo idolatran. Su visibilidad y consagración es indiscutible. Es por ello que un periodista maduro, maravillado por el conocimiento de Lino, decide entrevistarlo. A partir de ese momento, las leyes de la física se pueden quebrar. La racionalidad y la imperturbabilidad de uno impactará en su opuesto.
A partir de una familiaridad que se va entretejiendo entre el físico y el hombre de medios, surge un contrapunto más que cautivante. Entrevistador y entrevistado juegan una batalla invisible de palabras y elipsis. El jardín de los senderos verbales se bifurca y, en medio de esta esgrima, se produce una revelación. Los enigmáticos símbolos de la tabla de fórmulas no quedan estancos ni ordenados. Ese supuesto orden inalterable estalla en mil pedazos porque, hasta lo más exacto, tiene fisuras y misterios. La aparición de una mujer de características particulares, con acertadas intervenciones, permite un té para tres, que trasciende el escenario para abordar a la platea.
La dirección a cargo de Sofía González Gil es aceitada. Permite el lucimiento de los tres personajes, con los tempos adecuados y los silencios ubicados estratégicamente a lo largo de la obra. La inquietud y la incomodidad desarrollan un in crescendo fundamental con la consabida atención de los presentes.
«Kardum» invita a la reflexión sobre el aquí y ahora en todos los órdenes de la vida. El marketing glorifica lo espiritual y el mindfulness, poniéndolo de moda. No es la intención caer en la frase de «Todo pasado fue mejor» porque se trata de una falacia. El propósito es no perder la perspectiva y parar un poco la pelota. Día tras día corremos y la vorágine no se detiene. ¿Qué pasaría si bajasemos un poco la velocidad de nuestras existencias? Aquí, en el Kairos, en esta puesta, se va a lograr este objetivo.
Por Cecilia Inés Villarreal