Esta boca es mía.
Dramaturgia y dirección: Raúl Rios. Con Malena López y Daira Agustina Escalera. Diseño de maquillaje: Adam Efron. Diseño de arte: Uriel Cistaro. Realización de escenografia: Guido Azqueta Mozzi. Realización de utileria: Luisa Vega. Música original: Agustín Martino. Realización de vestuario: Patricia Mizraji. Realización de pelucas: MG. Diseño De Iluminación: José Pigu Goméz. Realización Set-electric: Jessica Tortul. Diseño gráfico: Luciana Musante, Santiago Viskatis. Asistencia de iluminación: Manon Minetti. Asistencia de dirección: Luciana Musante. Producción: Luciana Musante, Ian Poles. Diseño de movimientos: Natalia Anselmi
Teatro Del Pueblo. Lavalle 3636. Domingo, 18 hs

Ella habla. Es testigo presencial de los hechos y no tiene empacho en relatar todo. No omite detalles al respecto. ¿Por qué debería hacerlo? Al fín y al cabo, es nada más y nada menos que Anne Marie Perichon de Vandeuil de O’Gorman, más conocida como «La Perichona».
Con un lenguaje que puede ser tan soez como refinado según amerite la ocasión, esta dama de origen francés, residente en suelo de nuestro país -incluso cuando era el Virreinato del Río de la Plata-, da cuenta de una vida en la que pasó de todo. Mantiene la estampa de antaño. Habla, ríe y juega con la complicidad del auditorio invisible a sus ojos. Ahora, cuando las últimas bocanadas de aire se hacen presentes, vuela a través de los años para rememorar sus «hitos» personales. Sus tertulias, sus reuniones, el matrimonio Thomas O’Gorman y el amor con Santiago de Liniers, van y vienen en sus recuerdos. El relato pinta los pormenores de una época seminal de lo que sería, a futuro, la Argentina.
La dramaturgia de Raúl Rios es tan descriptiva como divertida pero sin caer en ningún exceso de ambas características. Es precisa. Cada palabra y cada coma está en su lugar. Si además, cuenta con su propia dirección que privilegia el axioma de “menos es más”, es otro punto a favor de la puesta. La iluminación es exacta en los climas y los objetos sirven para que la dama protagonista cree su universo propio. El vestuario y el maquillaje es fundamental en la creación de un personaje tan atrapante como enigmático.
Las actuaciones son más que destacables. Con peluca y vestido de época, Malena López es esa mujer de lengua veloz y acento agradable al oído. Poderosa presencia escénica que lleva adelante una actuación por demás destacable. Daira Escalera es «la Esculapia», fiel servidora de «la Señora». Aparece como esa “segunda guitarra” que apoya con solvencia a partir de la precisión de su aporte.
“La Perichona” combina humor e ironía en un tiempo tan lejano como olvidado, en una puesta de calidad. Excelente opción para pasar un momento más que agradable, que va más allá de la sonrisa.