Implosión de corazones
Dramaturgia y dirección: Nicolas Blandi. Con Sol Busnelli, Emiliano Dátola, Federico Negri y Débora Palladino. Escenografía: Tobias Cortés y Gabriel Raso. Realización de escenografia: Roberto Cortes. Música original: Ber Chese. Fotografía: Yerimen Wolf. Diseño gráfico: Leandro Villegas Campos. Asistencia de dirección: Clara Parodi y Damián Trotta. Producción ejecutiva: La Forma Producciones y Ceta Teatro.
Teatro Anfitrion. Venezuela 3340. Vienes, 23 hs.
Hay temas que parecen ser remanidos pero, de tanto en tanto, aparece alguna puesta que le da una vuelta de tuerca a una situación tan conocida como una separación.
Clara y Juan están viviendo sus últimos momentos como pareja. Nada nuevo bajo el sol. Los que se amaron en su momento, han dejado de hacerlo. ¿El motivo? En el caso de “Lágrimas de pez” no es lo que importa sino la situación en si, de los caminos separados. Es en este punto donde la pluma de Nicolas Blandi -como su homónimo de San Lorenzo-, hace un golazo que le permite a la puesta ganar en dinamismo y contundencia. Su sapiencia le permite poner la lupa en las relaciones de estos tiempos, donde lo que importa es el momento actual. Un “right here, right now” en el que cada uno de los involucrados tomará distintos caminos pero siempre será la mezcla de inocencia y sarcasmo la encargada de llevar adelante la situación.
El amor que dejó de ser tal para convertirse en hermanos hostiles donde aquello que antes era motivo de admiración pasó a ser objeto de bronca y desdén.
La utilización del absurdo permite a la puesta expandir hasta limites por demás curiosos que incluirá la presencia de una amiga de la pareja y hasta del nuevo novio de Clara. Aquí, quienes hemos pasado por una separación, recordaremos una de las máximas de Marx cuando decía que “la historia se repite primero como tragedia y después como comedia”. Por tal motivo, la segunda parte de la historia sería esta comedia dramática donde alguna que otra carcajada estará a punto de estallar.
La muy buena escenografía permite adentrarnos en una casa que puede ser permitir una identificación inmediata. Las pequeñas situaciones cotidianas que horadan la pareja, la búsqueda afuera de lo que no hay adentro y el como poner punto final a aquello que no va, son algunas de las cuestiones que atraviesa la puesta.
Las actuaciones son precisas en personajes que no deben ir más allá de lo planteado so pena de convertirse en una caricatura lo cual haría que se pierda la ironía de la puesta. Sol Bonelli y Federico Negri es la pareja protagónica donde la primera es el grito sagrado del rencor y la necesidad de expresar su bronca. En cambio, Negri es el silencio atroz de quien le cayó Hiroshima sobre su pobre humanidad. Ambos son exactos en dos personajes que temen a un mañana que los encontrará solos, con numerosos peligros a enfrentar, tal como es la vida misma.
“Lagrima de pez” permite una risa sana y también reflexiva a partir de una puesta atrapante donde la separación se da un aire para salir de una situación horripilante y ver que el humor es también una solución frente a los males que te tira la vida.