Espacio Urbano. Acevedo 460. Viernes, 21 hs.
Una habitación con una cama en el centro, como si fuera un ring de boxeo. La idea cuadra con esto ya que, arriba o alrededor de esa cama, tres parejas desarrollarán sus propias historias en tres lapsos de tiempo diferentes: un cazador y su presa, a principios del siglo XX, un torturador y su prisionera, una joven judía durante la Dictadura y un policía y su amante en la actualidad. Pero esas parejas representarán diversos mundos enfrentados, como el masculino y el femenino o incluso, partiendo del fuerte contenido de su relato, la forma en que el lenguaje se convierte en una especie de arena donde se podrá debatir el ejercicio del poder e incluso la lucha de clases. La puesta tomará a la palabra como signo polisémico, lo cual hará eclosión de diversas maneras de acuerdo a cada uno de los espectadores.
La iluminación tenue, ayuda a crear un clima ominoso, donde los cuerpos se comunican a través de la caricia y el golpe, la risa y el llanto, el grito y el silencio. Para llevar a cabo esta experiencia, es necesario contar con actuaciones viscerales, de esas que no se guardan nada. Iamna Chedi es la heroína de esta puesta. Con una actuación fuerte y emotiva, logra llevar a cada una de sus féminas al lugar exacto que requiere el texto. En cambio, Alejandro de Gasperi es el hombre encargado de encarnar el orden, el “deber ser”, pero con sapiencia y exactitud, sin perderse en la vorágine que su propia locura y patología lo impulsa.
Fuerte y atrapante, “Las boludas” sacude el viernes por la noche con una puesta que no pasará desapercibida para aquél que tenga el buen gusto de adentrarse en un texto que tocará lugares que muchos no sabían –o no querían saber- que tenían.