Buenas muchachas
De Norman Briski. Con Coral Gabaglio y Sofía Guggiari. Vestuario y utilería: Ana Nieves Ventura. Escenografía y Diseño de luces: Javier Rincón. Diseño sonoro: Martín Pavlovsky. Realización de escenografia: Sergio Barattucci, Coral Gabaglio, Sofía Guggiari, Ignacio Parra y Javier Rincón. Operación de luces: Ignacio Parra. Operación de sonido: Marcelo Pérez. Dirección: Maria Pia Molina Brescia
Teatro Caliban. México 7542, PB “5”. Sábado, 22 hs
Las relaciones humanas fueron siempre una tentación en el ámbito del teatro. Pero aquí, empiezan a darse vuelta algunos ítems de lo comúnmente visto. Primero y principal, es la forma en que se toman estas relaciones a través de las figuras de Ana y Eugenia, dos empleadas de limpieza de un hotel muy particulares. Una trabaja frenéticamente mientras la otra descansa reflejando, en algún punto, dos posturas frente a una misma situación. Los diálogos entre ambas oscilarán entre el humor y la metáfora para comunicarse y dar rienda suelta a sus propios sentimientos, presos de angustias y deseos a punto de estallar. Amor, odio, deseo van emergiendo de intercambios de palabras y de terapéuticas catarsis con ideas que, en un principio, parecen desarticuladas aunque a posteriori, terminan siendo un collage del alma femenina, rica en su descubrimiento. La revolución a través de las armas es simplemente un toque dentro de la puesta, como simple apostilla para ir más allá de esta y dar lugar a la evolución del sentir frente a una sociedad castradora de sueños. En esta, los corazones ardientes de deseos y emociones son violados “socialmente hablando” por su propio hábitat, del cual quieren matar a la “gente desagradable”. Porque vivir solo cuesta vida y para algunos será mucho mientras que para otros será apenas, una módica suma en el camino a la felicidad del ser. El vestuario y la escenografía son versátiles a la requisitoria de la puesta. Las actuaciones, viscerales y emotivas, son las necesarias para llevar a buen puerto un sentido texto de Norman Briski