Más allá de los síntomas
Autor: Florencio Sánchez. Versión y dirección: Alfredo Martin. Con Mercedes Fraile, Marcelo Bucossi, Daniel Goglino, Lorena Szekely, Elida Schinocca y Rosana Lopez. Participación Especial en Violín: Cecilia Sanjurjo. Escenografía: Marcelo Jaureguiberry. Vestuario: Mercedes Piñero. Iluminación: Marcelo Jaureguiberry y Fernando Diaz. Diseño Gráfico: Gustavo Reverdito. Fotografía: Sol Atta y Gabriel Oscar Pérez/ La Cazuela Cultural (https://www.facebook.com/lacazuelacultural/). Asistente de Dirección: Dana Olivieri y Daniela Godoy.
Teatro Andamio 90, Paraná 660. Viernes, 20.30 hs
¿Cómo revisitar un clásico sin caer en la copia fiel del original ni usarlo como excusa para hacer una obra absolutamente nueva y diferente? Alfredo Martín tiene la respuesta con esta versión de “Los derechos de la salud” de Florencio Sánchez que puede mutar en diversos aspectos pero sin perder en absoluto su esencia.
Recordemos que el texto retoma los vaivenes de la vida de Luisa, una mujer enferma de tuberculosis, en relación con su vida familiar con su esposo Roberto, sus hijos y su contexto. La forma en que sus vínculos son cercenados paulatinamente por dicha enfermedad y la manera en que su médico trata de paliar sus preguntas por su salud se conjuga con sus relaciones familiares en los que su hermana va ganando protagonismo, despertando sus propios celos. En este caso, la puesta tendrá varios frentes por los cuales el público podrá acceder a los acontecimientos al compartir el escenario escénico con los actores. De esta manera, desaparecerá la cuarta pared, rompiendo la barrera público-actores. El espectador deja de ser voyeur para convertirse en un testigo “in situ” del espectáculo. Se aplaude la idea de sacar al público del letargo de una butaca para “incomodarlo” de tal manera que la aprehensión de lo ocurrido sobre tablas logra una atención aún mayor. Estará –literalmente- en medio de la situación que relata un texto que pone en duda no solo la lealtad en el marco de una familia sino hasta la constitución de la misma a partir de valores que distan de tener a la verdad como uno de sus pilares. Las conocidas y nunca bien ponderadas “mentiras piadosas” en tanto atraviesan seres que están lejos de rendir culto a situaciones que no les apetecen.
Pero serán la culpa y la desconfianza las que meterán la cola para complicar aún más la situación. ¿Dónde se ubican esos personajes frente a una situación en la que la felicidad parece un sentimiento tan lejano como olvidado? El padecimiento va más allá de la situación clínica de un cuerpo para enfermar las relaciones entre los individuos. Será esa intriga un tanto contradictoria que inquirirá al público presente, sin la “protección” de las butacas y el escenario.
Mercedes Fraile y Marcelo Bucossi componen con una exacta dosis de dramatismo y angustia a esa pareja que se encuentra en el medio de un devenir que no esperaban. Cuentan pero no explican, sugieren pero no dan nada por cierto. Una precisa Lorena Szkely es la hermana de la discordia
La dirección de Alfredo Martín mantiene una máxima que es bien reconocida en otros ámbitos. Potenciar lo que se tiene y crear un ámbito lo suficientemente creativo y novedoso como amigable para que los participantes se sientan en su salsa.
Párrafo aparte para el sutil y exquisito aporte de Cecilia Sanjurjo con su interpretación en violín.
Con la cautivante “Los derechos de la salud”, Alfredo Martin ratifica su nivel de clásico pero absolutamente fresco y dinámico, consolidándose como un director del cual se sabe cómo trabaja al tiempo que cuenta con una impronta propia. Esa identidad que le permite experimentar dentro de un molde que conoce de memoria.