Recorte de la realidad
Dramaturgia: Nadia Ethel Basanta Bracco. Con Matilde Campilongo, Lucila Gómez Vaccaro, Olivia Torrez Juaniquina y Patricia Rivero. Producción: Natalia Gauna. Asistencia de dirección: Flavia Rossi Tapias. Diseño de Vestuario y escenografía: Julia Camejo. Diseño de iluminación: Gustavo Dimas. Musicalización: Alberto Salamanco. Fotografía: Agostina Tosini y Ariel Espina. Diseño gráfico: Mariana Lagos. Dirección: Vero Barr.
Sala El Ópalo. Junín 380. Jueves, 21 hs.
No son muchas las obras de teatro que intenten reflejar los márgenes de la sociedad y que logren cierta credibilidad. En el caso que nos compete, todo se inicia con tres mujeres en una peluquería de un barrio marginal donde las carencias se aprecian en todas partes. No se puede escapar de ese clima. Una estética almodovariana en una periferia humilde, donde los códigos son parte de la identidad y el mantenimiento de los mismos es como una especie de ley no escrita que rige el destino de los seres.
Esa peluquería cuenta con la presencia de Miriam, Mabel y Vilma desarrollando sus actividades. Alguna corta el pelo y peina, otra será la clienta. Esta tranquilidad es sacudida con la irrupción de Maribel y su problemática en relación con su marido. Será a partir de este hecho que la relación entre las cuatro amigas entra en un cono de sospechas y dudas respecto a la forma en que se sigue adelante. La tensión del momento es palpable y la cumbia se transforma en ese oasis de reivindicación personal y válvula de escape donde se permiten refugiar ante la ominosa realidad. No podía faltar el paganismo propio de las creencias en ídolos populares de destino trágico y supersticiones varias asi como el rechazo a una autoridad que no muestra sus credencias basadas en la justicia sino en la fuerza bruta.
La puesta cuenta con un texto absolutamente actual en tanto y en cuanto lleva varios temas de gran vigencia a las tablas. Desde la violencia de género hasta las creencias populares y las reivindicaciones identitarias de pertenencia. Por eso, cada sentimiento del que busque dar cuenta el texto estará viciado en algún aspecto. El amor como posesión y sometimiento del uno para con el otro en una relación absolutamente asimétrica, las historias personales en las que nadie mea agua bendita pero todavía buscan creer en la bondad de las personas a contramano de sus propias experiencias.Contradicciones y vivencias propias en el marco de quien busca salir, liberarse pero sabe que esta empresa, a lo sumo, obtendrá una victoria pírrica.
Quizás la puesta peque de adoptar el camino fácil en su resolución al poner el acento a la atmósfera de fábula que se planteó sutilmente para después ser fundamental en la resolución. El tomar este “camino fácil” en detrimento de todos los temas abordados con anterioridad es lo que llama la atención por más que el público –seguramente- concuerde con la toma de decisión al respecto.
Dentro de un elenco de calidad, Olivia Torrez se destaca con una Maribel que es precisa en sus momentos de dolor, con un maquillaje que asombra y perturba.
“Los deseos. Muerte y redención cumbiera” navega en los mares de la marginalidad y la cumbia como espacio personal y único.