Mecánicas (Teatro)


Lo que no tiene arreglo

Dramaturgia: Celina Rozenwurcel. Con Mariana Cavilli, Laila Duschatzky, Marcela Peidro y Celina Rozenwurcel. Vestuario: Jam Monti. Iluminación: Santiago Badillo. Diseño sonoro: Federico Buso y Gerardo Maleh. Fotografía: Nicolás Oviedo. Arte: Natalia Byrne y Aureliano Gentile. Diseño gráfico: Sergio Calvo. Asesoramiento dramatúrgico: Walter Jakob. Asistencia de dirección: Agustín Daulte y Nicolás Oviedo. Colaboración autoral: Lucía Caleta, Daniela Faiella, Mijal Katzowicz y Maria Soledad Manes. Dirección: Federico Buso

Mecánica Barragan. Calle Darragueyra. Domingos, 19 hs.

Parece que el teatro está buscando nuevos rumbos. Al igual que la excelente “Proyecto Posadas”, ambientada en una peluquería del barrio de Caballito, “Mecánicas” toma por asalto un taller mecánico de Palermo. Se interviene un espacio que no sería propio del teatro pero que es exacto a lo requerido por la puesta permitiendo incluso que los espectadores se sumerjan en un mundo desconocido para varios. Esto incluye el vaso de té caliente –¡de termo!-, tal como sería en la dinámica diaria de un taller, aunque prima el mate por neta mayoría.

Cuando dijimos en el párrafo anterior que “Mecánicas toma por asalto un taller mecánico de Palermo” es literal. La fuerte presencia de las cuatro protagonistas es palpable desde el momento en que ingresan al escenario/taller, en el que se ven todas las herramientas y hasta un coche en la fosa correspondiente. Son cuatro chicas en un taller mecánico -machistas abstenerse- que llevan adelante un texto atrapante. Perla, la dueña del taller mecánico, se encuentra en una encrucijada económica con respecto al futuro del mismo. Para paliar las deudas contraídas, decide brindarle un espacio a Rola, la hija de un poderoso empresario de oscuros manejos, que no sabe muy bien qué hacer con su vida de “niña rica” pero quiere “probar” lo que es eso de “trabajar” en este caso, un taller.

A partir de ese momento, la tensión entre lo que ocurre dentro de la puesta y el devenir de sus protagonistas va cobrando intensidad, ubicando a la obra en un abanico de posibilidades varias. Tal como la vida misma, donde se mezclan y entrecruzan diversos intereses y valores. Los problemas de visión de una hija, una moto, un canario o el destino de la fuente de trabajo, cuyo valor también toca los afectos, entraran en una danza donde cada una de las mujeres deberá sopesar las posibilidades de un futuro que llegó ayer. El texto será atrapante tanto en lo que dice como en aquello que omite pero deja latente, planteando situaciones que calan hondo.

Cada una de las situaciones planteadas tiene un mix exacto de sutileza y contundencia. Desde el arribo de Rola por primera vez al taller, con su ropa de diseño y sus petates –jaula con pájaro incluida-, hasta la forma en que van cambiando las condiciones de cada una de ellas con consecuencias imprevistas. Las diferencias de clases, estilos de vida e incluso de valores, atravesarán una puesta exquisita y disfrutable de principio a fin. Rola será una especie de “caballo de Troya” en la existencia de las tres mecánicas e incluso, de la suya propia. Los planteos personales de cada una de las protagonistas a lo largo de la puesta serán reales en tanto y en cuanto plantean una identificación inmediata.

Las actuaciones son estupendas, cada una en su punto exacto al tiempo que permite dialogar, de alguna manera, con los espectadores desde sus propias vivencias. La utilización del espacio no es caprichosa sino que será real en tanto que la acción se desarrolla en todo el taller, inclusive en el piso superior del mismo.  

Si se busca una opción de teatro divertida, de alta calidad, con texto y actuaciones de primer nivel, para la tarde-noche de domingo, “Mecánicas” es una elección por acertada de principio a fin, al ser uno de los mejores estrenos del 2014.

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