El otro lado de la oficina
Dramaturgia y dirección: Celina Rozenwurcel. Con Ignacio Bartolone, Laila Duschatzky, Gonzalo Dutria, Ramiro Gimenez, Guillermo Giusto y Cristina Lamothe. Voz en Off: Patricia Labonia y Emma Rozenwurcel. Vestuario: Micaela Muñoz. Escenografía: Magali Acha. Luces: Lucas Orchessi. Sonido: Horacio Rozenwurcel. Diseño gráfico: Martín Rozenwurcel. Asistencia de dirección: Malena Grillo. Supervisión: Walter Jakob.
Una oficina es un ámbito ideal para las mil y una situaciones que van desde el amor al odio, pasando por el engaño, la estafa, la muerte y la inocencia. Todo puede desencadenarse con un hecho mínimo, como la aparición de Sofía, la empleada nueva de la funeraria.
A partir de allí, se destapan de a poco, las distintas relaciones que hay dentro de la misma, que van desde el cadete hasta el gerente de la firma. El desarrollo de la primera parte de la obra es lento, con demasiados cortes y escenas para presentar situaciones y personajes, con los cambios escenográficos bien realizados y trabajados pero que conspiran contra la dinámica de la puesta. No obstante, la segunda parte de la obra es ágil, veloz y entretenida. Las acciones se desarrollan con prestancia y un humor, que bordea lo negro pero también teñido de aspectos bizarros. Las actuaciones son correctas, en especial de la dupla femenina –que sostienen la puesta- y la de Guillermo Giusto, como un gerente tan reconocible como desdeñable y cínico en su conducta.