“Decís que querés una revolución. Bueno, vos sabés. Todos queremos cambiar el mundo…”. John Lennon. 1968.
Cuantas cosas pasaron en los últimos días! Las barbaridades de Graciela Alfano –que repudiamos en todas las expresiones y formas posibles- hicieron olvidar que CFK logró un 50% de los votos (que, personalmente, no lo esperaba) con lo cual me da la pauta de reflexionar algunas cosas.
El ver a Elisa Carrió admitir la derrota al día siguiente después de incinerar a Adrián Pérez al dejarlo solo terminado el escrutinio, demuestra que algo de dignidad le queda a la madre de las profecías apocalípticas.
Las palabras de Eduardo Duhalde hablan desde un rencor en que vale meter palabras como “subversivos” y demás que fueron responsables de desapariciones y otras violaciones de los Derechos Humanos a los cuales Duhalde desprecia.
Si Francisco de Narváez dice “»Si gana Cristina en octubre, viene un país más complicado», hay que recordar que el mismo coloradito, en el 2003, no decía nada por un eventual tercer mandato de CSM. ¿Será que ahora no le conviene un segundo mandato de CFK? ¿Por qué no le convendría?
No obstante, los medios fueron los mayores derrotados de estas elecciones con las que quisieron inflar candidatos por el simple hecho de ser “opositores” a la gestión de CFK. Veamos, ¿a un medio le interesa más un candidato que defienda sus intereses en vez de analizar las virtudes y los defectos de una presidenta en ejercicio elegida por el voto popular? Esto no tiene que ver con ser oficialista sino con que lo mismo ocurrió con los últimos gobiernos, con los cuales los dos primeros años, Clarín es oficialista y después empieza a extorsionar mientras que La Nación tienen una idea política muy definida respecto al país que le interesa tener.
O sea, un medio que tiene en su poder, diarios, canales y radios, es egoísta. Por lo tanto, elige que difundir y que no, con lo cual estaría “distorsionando la realidad”. Al respecto, recomiendo ver a los lectores no solo los documentales de Michael Moore sino películas como “Wag the dog” o incluso una de James Bond, “Tomorrow never dies” en las cuales se habla de temas asi de forma más “digerible” pero con una idea muy fuerte al respecto.
Lo que ocurrió en Inglaterra con Rupert Murdoch es para tener en cuenta y más aún con lo sucedido a continuación con las revueltas en Londres. Una pregunta que surge al instante es ¿Qué informaron los medios: el motivo de la revuelta o si se quemaron un par de autos y demás?
En La Nación salió una foto diciendo “Este es uno de los responsables de los disturbios de Londres”. De más está decir que era un joven de color, vestido con jeans y un buzo con capucha. Si a la misma foto se le ponía el epígrafe “joven que espera un colectivo”, hubiese sido lo mismo pero se buscaba jugar con los pre-juicios que muchos ya tienen incorporados.
Fijense, estimados lectores, cuando vayan a una marcha, si hay clima de violencia o si ven murgas, familias y pancartas. Les pido primeramente, que salgan del iglú y participen y segundo, que derroten a la “Doña Rosa” que llevan adentro y perciban con sus propios ojos el participar de una marcha para después contrastar su experiencia personal con lo que expresan los medios. ¡Una marcha con murgas y música no vende! ¿Qué excusa hay para sacar carabineros, policías y enarbolar la bandera de la “inseguridad” y de la “anarquía, si la manifestación política –contemplada por la Constitución Nacional- es pacífica? Además, mostrando “la violencia”, le calza exacto a cualquiera que este “predispuesto” a escuchar este tipo de noticias.
El titular del día siguiente fue del primer ministro David Cameron decir “Vamos a reconstruir los destrozos que hubo en la ciudad”. Mi humilde pregunta es “Mr Cameron, por qué en vez de reconstruir lo roto, no satisface los reclamos de la gente que salió a la calle para manifestar su descontento?”
En Israel, lo mismo. Los “indignados” juntaron trescientos mil personas que protestaban por el encarecimiento de la vivienda y la vida y la posibilidad de acceso a servicios sociales.
Hagamos un alto y analicemos esto. Países como Inglaterra, Israel, España, Chile, que hasta no hace mucho, eran ejemplos del “éxito” del modelo vigente, ahora colapsan en varios aspectos. Porque queda de manifiesto que el modelo que se vendía era un absoluto bluff, que no dio respuesta a requerimientos mínimos como salud y vivienda pero que sirvió para que engorden las arcas de los bancos y que estos tengan más poder que los propios Estados. Todo esto, con el beneplácito de los medios.
Aquí en Argentina, se puede ver esto. Sobre todo como los medios se interesan más por su propio beneficio que por el del país.
Otro interrogante que tengo es, teniendo en cuenta lo que ocurre, ¿Qué modelo propone Duhalde, Macri, Alfonsín, De Narváez, cuando los Estados Unidos están casi en “default”?
Si alguien lo sabe, ¡agradecería que me lo responda!