Mi hijo, mi mamá y mi cocina (Teatro)

Iliana cambia de rumbo

Con Iliana Calabró. Libro: Chino Volpato. Música: Andrés Parodi. Multimedia y Mapping: Monstervision. Productores: Juan Carlos Cantafio, Hugo Zanón y Pablo Fuoco. Producción General: En el Blanco. Producciones e Idehados Producciones para Basic Men Enterteinment Group. Dirección: Reynaldo Alcaraz.

Teatro La Casona. Av. Corrientes 1975. Jueves y viernes a las 21hs. sábados a las 21 y 23 hs y domingos a las 20hs.

Iliana Calabró busca nuevos horizontes para su carrera. Por este motivo, se embarca en una propuesta arriesgada en tanto puesta en si. Con textos del Chino Volpato, Iliana le da vida a Gloria, una mujer que, a partir de su separación, debe afrontar una nueva realidad.  Debe salir a trabajar al tiempo que debe cuidar a su madre –que se encuentra postrada en su casa-, a su hijo y a su cocina. Al respecto, la cocina es parte fundamental de la puesta ya que allí es donde se siente como si fuera “su mundo”. De esta manera, entablará una relación muy particular con ella, la cual se terminará convirtiendo en una especie de confidente.

El libro busca plasmar las vicisitudes de una mujer que debe tomar al toro por las astas para salir a flote de una situación límite. No obstante esta idea es un poco desfasada en tanto hoy en día, hay una gran mayoría de mujeres que promedian los cuarenta años, que trabajan y mantienen sus hogares y familias. Además, la relación que entabla Gloria tanto con su madre y con su hijo cuenta con diálogos muy lineales, sin mayor vuelo. Más aún cuando se confirma el motivo de la separación de los padres de Gloria, utilizándose todos los clichés conocidos para describir la misma, quedándose en el “chiste de salón” y sin desarrollar la situación planteada.
La puesta cuenta con el sistema de proyección de Mapping para recrear los diferentes escenarios y personajes que interactúan con Iliana, lo cual requiere una permanente atención por parte de la actriz, para saber los pies y tiempos para entablar los diálogos correspondientes y que salgan con naturalidad. Comedia “blanca”, paradójicamente, logra los momentos más logrados cuando Iliana sale de la comicidad para adentrarse en un terreno más profundo y reflexivo, sobre la situación de su personaje.

La simpatía y carisma de Iliana priman y llenan a una obra de poco vuelo. Se saluda con el deseo de una búsqueda sana de nuevas alternativas para su carrera.

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