Murga (Teatro)

Sigue el baile

Dramaturgia y dirección: Ana Barletta. Con Walter Jakob, Fernanda Bercovich, Ideth Enright, Bárbara Irisarri e Ignacio Monna. Escenografía: Ariel Vaccaro. Diseño de luces: David Seldes. Música original: Leo Ridolfi. Dibujos y Diseño gráfico: Daniel Ridolfi. Asistencia de iluminación: Sebastián Evangelista. Asistencia de dirección: Belén Cerini. Producción: Las Aloe.


Abasto Social Club. Yatay 666. Sábado, 20.30 hs.



Las buenas historias cotizan en bolsa. Más aún si son comedias con personajes entrañables, bien trazados pero viviendo en la realidad, con los pies en la tierra.


Ana Barletta creó “Murga” a partir de una situación un tanto absurda como lo es que compartan un mismo espacio un centro cultural y el consultorio de un psicólogo. Javier es el psicólogo que, envuelto en sus problemas de pareja, debe apelar a su amiga Amanda, coordinadora de la murga del centro cultural, un lugarcito en éste para desarrollar su tarea profesional.


Como no podía ser de otra manera, los problemas empiezan a aparecer desde el momento en que Javier pide más horarios (más espacio) al tiempo que la murga no convoca más que a dos personas, una joven francesa –Pilcha- que tiene los deseos de ayudar e interactuar en un país del Tercer Mundo y Ramiro, un muchacho del barrio. Esto sin contar a Nina, una paciente de Javier que busca plasmar sus deseos referidos a la música pero no tiene donde.

Los cruces son múltiples al tiempo que ricos y muy bien desarrollados. No solo hay un planteo ético que sufre Amanda entre el proyecto colectivo de la murga o intentar reconquistar a su viejo enamorado sino que aborda con mucho humor la posibilidad de que dos áreas muy diferenciadas ocupen un mismo espacio. Digámoslo de esta manera, ¿murga y psicoanálisis pueden estar en un mismo ámbito? ¿Son compatibles o uno está en una instancia superior al otro? ¿Por qué uno debería ser considerado con mayor «seriedad» que el otro? Estos interrogantes se plantean no desde una barricada o un tratado sino desde una historia lúdica, afín a cualquier persona.
Por otra parte, cada uno de los personajes cuenta con contradicciones personales facilmente identificables o que llevan, a lo sumo, a una reflexión al respecto. Tal es la situación de Pilcha, la chica francesa que ve todo desde su óptica primermundista donde, en el caso de ella, busca mejorar las situaciones pero….bajo su criterio de persona «ilustrada con sensibilidad social». Incluso la relación psicólogo-paciente es puesta en jaque donde lo dicho por el primero será llevado a cabo por la segunda, ¡perjudicando el interés del profesional!

El ritmo de la puesta no baja en ningún momento. Dinámica y divertida, utiliza el espacio necesario para crear un ambiente exacto a lo que se relata. Las actuaciones son emotivas y están en su tono exacto, permitiendo el lucimiento de cada uno de los actores en determinados momentos. La dramaturgia es atrapante y mantiene la tensión hasta último momento con un final imprevisto y con la participación fundamental de uno de los personajes de una forma por demás inesperada.

“Murga” divierte mientras reflexiona, algo que no muchas puestas pueden darse el lujo de intentarlo con éxito. 

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