Madura el KO
Dramaturgia y dirección: Bernardo Morico. Con Esteban Bortnik, Ignacio D’Onofrio, Gabriel Kogan, Bernardo Morico. Escenografía: Soledad Chavarría. Asistencia de dirección: Rocío Sarandon.
Almagro Boxing Club. Av. Díaz Velez 4422. Sábados, 21 hs.
El mundo del boxeo siempre fue -y es- rico en historias de vida. De las que tienen un final feliz así como las que tienen tristeza y tragedia en un número mayor pero las que se llevan las palmas son las de aquellos que buscan la gloria desde el anonimato, poniendo todo de sí aunque, la fortuna, el destino o como se llame, no siempre guiñe el ojo de la aprobación.
En el caso de “Pugil”, esto comienza desde el mismo momento en que se ingresa al mítico Almagro Boxing Club y se ve el flyer de la obra. Es la reconocida foto tomada desde arriba, de la victoria de Muhammad Ali frente a Cleveland Williams por KO. La mirada curiosa se posará en las bolsas de boxeo y ese ring que se alza en el fondo, ejerciendo una atracción indisimulable. Es la previa exacta para lo que se apreciará, previa subida al piso superior del club.
El Pibe está ahí, frente a su gran oportunidad. El Viejo lo entrena pero hay algo que no cierra. El Tano ayuda pero no tanto, al igual que el Zurdo, que tuvo todo para ser un campeón pero una lesión lo hizo colgar los guantes. Es de aquellos que tenía corazón pero el físico le dijo “no”.
En este cuadro de situación, Bernardo Morico trazó la historia de este pibe que debe afrontar el desafío más importante de su vida con seriedad, eludiendo todo tipo de tentaciones. Pero, ¿serán estas las que ponen en duda su futuro? ¿O podrá ser que está encarando una profesión para la que no está preparado?
Pero también cuenta con personajes que tienen la sordidez de quienes han vivido en los márgenes o sin la posibilidad de acceder a algunos saberes determinados. El discurso del Tano respecto a la forma de tratar a “las minas” es tan despreciable pero por demás común y escuchado. Algo similar ocurre con la cuestión del “ser macho” en este mundo de peleadores. No en vano recuerda con sabiduría el Viejo la historia de Emile Griffith -dos veces derrotado por Carlos Monzón-, que venció a Benny Kid Paret por KO, pero nunca se despertó después de dicha derrota. Inclusive, el Viejo recuerda de manera casi textual lo dicho por Griffith por lo acontecido. “Maté a un hombre y la mayoría lo entiende y me perdona. Sin embargo, amo a un hombre y esa misma gente lo considera un pecado imperdonable”.
Por otra parte, realiza un homenaje al boxeo y su mundo pero sin romantizar la crudeza de su universo. El deporte de las narices chatas brinda oportunidades para aquellos que la sociedad excluye y tenga su oportunidad para reivindicarse frente a la vida. Los videos dan cuenta de imágenes de varios de los héroes del boxeo argentino. Desde Ringo Bonavena hasta Carlos Monzón, pasando por Nicolino Locche, “Látigo” Coggi, Sergio Victor Palma, Santos Laciar, Luis Angel Firpo, Victor Galíndez y “Locomotora” Castro entre otros. Todo matizado por las voces y relatos de Carlos Irusta, Ernesto Cherquis Vialo, etc
La intervención de la parte alta del Almagro Boxing Club es acorde al planteo de la puesta, con una iluminación precisa. Las actuaciones son exactas. Las escenas de boxeo son creíbles y asombrarán a quien no esté acostumbrado a estas lides, en ese round entre dos contendientes de guardia cambiada.
“Pugil” es una lograda historia de vida, de aquellos sin jeta que quieren salir a los golpes de un destino desangelado que les ha deparado este mundo.