Sainete radiofónico (Teatro)

Teatro en el eter


Dramaturgia: Andrés Binetti. Con Sofía Ayala, Antonella Carabelli, Nadine Cifre, Pato Fabian, Paula Fabiano, Sofia Ganzero, Guiovanna Guidoni, Camila Marchesini, Nicolas Munguia, Camila Nardone, Carolina Pejito, Lucia Tenaglia y Grace Ulloa. Vestuario: Paz Stamboni Day. Escenografía: Jorgelina Herrero Pons. Operación técnica: Marcela Fraiman. Diseño gráfico: Emilio Bargo. Asesoramiento: Noelia Mitelli. Diseño sonoro y de coreografía y asistencia de dirección: Sofía Fernández. Diseño de luces y Dirección: Andrés Binetti y Martin Ortiz.


Teatro El Crisol. Scalabrini Ortiz 657. Sábado, 20 hs.


El prolífico Andres Binetti no detiene su marcha en este 2016, en el que ha presentado tres obras (“Proyecto garage”, “La Rascada” y “Ya nadie nota tu dolor”) y ahora va por la cuarta, con este proyecto dirigido junto con Martín Ortíz (que estrenó este año “Serenata verbal” y “Ella nombra”). Ambos son los encargados de dirigir a un grupo de alumnos de la USAL en un texto del propio Binetti.


En este caso, nos ubicamos en el estudio de Radio María, ciudad de San Francisco, provincia de Córdoba, lugar donde se desarrollaran los acontecimientos. Como no podía ser de otra manera, la radio contaba con sus publicistas, las conductoras, la productora, el músico, la columnista y los invitados en vivo. Al respecto, serán Ella Dragonetti –gran actriz de Buenos Aires- y el coro de las Mujeres Solteras de Morteros,las invitadas al piso.

La recreación del ambiente radiofónico es excelente. Se capta no solo el espíritu de época (año 1956) sino la realización de un programa de radio de ese momento. A partir de ese momento –más allá de las diferencias técnicas que hay con la tecnología de hoy-, se puede apreciar la forma en que se construye un programa de radio. Y cuando decimos construye, es en todo lo que implica la palabra. “Construcción” de una noticia a partir de la legitimidad que brinda el medio en sí. ¿Le suena esto familiar, hoy en el año 2016? Con todos los guiños posibles, girando hacia la ironía, la puesta juega con los saberes de la platea y con los pre-juicios e ideas preestablecidas. El éxito de una actriz de Buenos Aires yendo al interior, sus desplantes, sus caprichos en relación directa o inversamente proporcional a su talento, el mantener el statu quo o abrirse a las nuevas corrientes. Al respecto, la musicalización es fundamental para ubicar no solo el espacio sino con la pregunta rupturista de “¿Quién es Elvis?”.


La atmósfera creada es una vorágine bien dosificada en su ritmo. Rápida pero no veloz, permite el desarrollo de los hechos con armonía. En esta tónica, la disposición del espacio ayuda a crear múltiples capas en las cuales se pueden ver los distintos “ambientes” que conforman la radio. Los espacios que conforman la radioemisora y la utilización precisa del sonido, permite inclusive, cerrar los ojos y dejarse llevar por el clima del programa. Será viajar a través del tiempo por la magia de la radio. Esas voces que no se ven pero emergen para crear diversos universos.

Cada uno de los personajes tendrá su propia historia, la cual se esboza lo suficiente para que tenga desarrollo y personalidad propia. La productora que quiere meter sus propias “creaciones”, las relaciones personales entre los integrantes del staff radiofónico, etc.

La musicalización es un factor fundamental en tanto poner dos puntos de vista contrapuestos. Mientras la radio musicaliza con temas de Carlos Gardel, desde el Coro de Mujeres Solteras habrá voces disonantes. Podrán sonar canciones “Dos gardenias” o “Quizás” hasta “Mamá yo quiero un novio”, pero no en vano aparecen “Only you” o “Hound dog”, de la estrella internacional naciente en esos años.


Sainete de pura cepa, cuenta con una dramaturgia excelente que permite tanto la comicidad como la apertura a ciertos espacios para la reflexión respecto de una pregunta corrosiva ¿Hubo algún cambio a través de los años? Las rupturas ideológicas y las diferencias al respecto, se mantienen tanto en la punta del iceberg como en su base. Por tal motivo, no es extraño conmoverse internamente si “Bella Ciao” forma parte del repertorio musical.


El elenco es fresco y divertido en perfecta consonancia con la puesta. Nuevamente, la conformación de un grupo de nóveles actores permite que el “hambre” por subir a las tablas marque un plus, junto con una sólida formación interpretativa. La escenografía es de calidad al igual que la iluminación. Párrafo aparte al vestuario que, desde la sutileza, es fundamental en la creación de sentido.


“Sainete radiofónico” divierte con una puesta ágil y dinámica que invita a verla más de una vez tanto para reírse como para recordar/revivir la esencia de la radio como una cita legitimadora en la conformación de las identidades de los individuos. Imperdible cita con el buen teatro sabatino de la ciudad.

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