Lo que no debe olvidarse.
Dramaturgia y dirección: Lautaro Delgado Tymruk y Sofía Brito. Performer: Lautaro Delgado Tymruk. Escenotecnia: Richy Salguero. Iluminación: Ricardo Sica. Diseño Mansión Seré maqueta: Gustavo Brito y Isolda Maur. Producción ejecutiva: Adriana Yasky. Duración: 75 minutos
Teatro Del Pueblo. Lavalle 3636. Sábados 17 h.
Suele destacarse siempre la posibilidad de plasmar lo ocurrido durante la Dictadura en pos de la memoria. Más aún cuando hay un hecho teatral de por medio, de gran calidad, que la aborda desde varios puntos de vista.
Esto es lo que pasa con “Seré”, en la que Lautaro Delgado Tymruk y Sofía Brito realizan un excepcional despliegue de creatividad, que termina llevando a cabo el propio Delgado Tymruk. Será el mismo performer quien toma el centro de la escena para presentar lo que viene.
El texto es la declaración que realizó Guillermo Fernández en 1985 en el Juicio a las Juntas en tanto había sido secuestrado y mantenido prisionero en la Mansión Seré de la cual se termina escapando junto con tres compañeros cautivos (Claudio Tamburrini, Daniel Rusomano y Carlos García Muñoz). A partir de la escucha de la palabra de Fernández (en la voz de Delgado Tymruk), se lleva a cabo un trabajo minucioso y enriquecedor que potencia su alegato.
El espacio propio de una caja negra oscura, permite el desarrollo de la iluminación que termina siendo un personaje más. Parece grande pero es solo una impresión. Inclusive la perspectiva cambiará de acuerdo a donde se siente uno, si en las primeras filas de butacas o en las que se ubican en la parte superior. Abre y cierra la puerta de los acontecimientos que se suceden constantemente. Es quien le devuelve la pelota «redonda» a Delgado Tymruk para crear un poderoso mecanismo de análisis histórico.
La utilización de objetos es fundamental para el desarrollo del relato. Juguetes y maquetas que enmarcan una acción que se extiende en un cuerpo pleno de expresividad. Pero siempre con una poderosa creación de sentido.
El clima de la sala es absorbente. No vuela una mosca. La atención se manifiesta de diversas formas. Alguno estará sentado en la punta de la butaca, otro se recostará sobre el respaldo pero con los ojos clavados en el escenario. Cada espectador establecerá un vínculo tan particular como especial con lo ocurrido. Inclusive habrá algún tipo de incomodidad ante la potencia artística para reflejar un hecho que nos retrotrae a un «hito» del período más nefasto de la historia de nuestro país. La experiencia es completa y abarcativa. No deja a nadie afuera de los planteado. Parece una obviedad aclarar esto pero es menester hacerlo en un contexto de gobernantes desquiciados que atrasan años en sus ideas.
Sensible y necesaria en estos tiempos liberotarios y negacionistas, «Seré» no solo alude al nombre de la horrible casona de Ituzaingó, devenida CCD (Centro Clandestino de Detención). Es también un tiempo verbal que apunta al futuro. Uno que se base en la idea de memoria, verdad y justicia por los crímenes de la dictadura. ¡Nunca más!