Viaje al centro de la sensibilidad
Autora e intérprete: Virginia Innocenti. Diseño de luces: Leandra Rodríguez. Redes Sociales: Gustavo Passerino. Músico En Escena: Gaspar Tytelman y Sergio Zabala. Video: María José Jerónimo. Fotografía: Alejandra López. Asistencia general: Sofía Montecchiari. Producción ejecutiva: Verónica Lutowicz. Dirección: Virginia Innocenti y Leandra Rodríguez.
Centro Cultural De La Cooperación. Corrientes 1543. Domingos, 19.30 hs.
Hay espectáculos que son ceremonias. Tal es el caso de «Traducción de las noches», la última creación de Virginia Innocenti. Apenas se apaga la luz, surge un aura que envuelve el espacio. Un silencio propio de quien está atento a lo que ocurre en el escenario con los cinco sentidos. Es más, ¡¡ni siquiera suena un celular!!
Apenas se ubica en el centro de la escena, Innocenti concentra en su figura la atención del público. Todo empieza a girar a su ritmo, excelentemente secundada por Sergio Zabala en guitarra y Gaspar Tytelman en percusión.
El clima logrado es emotivo y sutilmente intenso, inundando la sala con su impronta. Es la palabra y el corazón de un viaje a lo más profundo de su ser para construir una “ficción biográfica descarnada”. Toma varias de sus vivencias y dolores (cicatrizados) para establecer un relato subyugante, donde el diálogo tácito e invisible con el público es palpable y conmovedor. La historia de una niña que empieza su relación con la poesía a los nueve años y el devenir de una gran cantidad de noches sobre los hombros. La inocencia de quien choca contra la realidad de los mandatos y creencias pero sin perder su propia esencia. Es la que lucha y renace de las caídas. La que habla y no se calla sobre ningún tema.
Desde las imágenes de una Virginia que mira desde los ojos de una niñez revisitada para el caso, hasta las canciones de la puesta (que van desde Charly García hasta Abba, pasando por “La foca Ramona” y Raffaella Carrá), se configura el mundo de quien no solo lleva las riendas de la puesta desde el escenario sino desde la codirección, junto a Leandra Rodríguez. Allí es donde prima una refinada visión de los hechos sin que esto implique una romantización de las vicisitudes acontecidas.
Como no podía ser de otra manera, la relación con su familia forma parte del texto. Cada palabra se encuentra exactamente ubicada, construyendo un universo poético donde hay lugar para la reflexión que permite el paso del tiempo como el humor ácido de quien ha podido levantarse tras una cuenta de protección, después de soportar los golpes de la vida. Sean estos brindados por los padres y hermanos en diferentes niveles, que van desde el sexo hasta el trato a la persona, pasando por las cuestiones de género. Inclusive, permitirá la reflexión de los progenitores presentes en la sala respecto a su conducta, más allá que hijos seamos todos.
Artista rica en sus inquietudes y talento, Virginia Innocenti vuelca en “Traducción de las noches”, su sensibilidad para crear una puesta inolvidable que atraviesa la esencia del ser humano. El recorte de un momento especial y trascendental de su vida que, a la postre, termina siendo el reflejo de las vivencias de una generación, extensible a todas las que vengan con la máxima de “vivir solo cuesta vida”.