María Onetto, calidad registrada |
El año de las actrices y, por que no decirlo, de los unipersonales femeninos, se inicia con el retorno de Luisa Kuliok con “Alma Inmoral”, una puesta basada en el libro del rabino Nilton Bonder. Kuliok dota al unipersonal de emotividad, frescura y plasticidad en sus movimientos y palabras captando la atención de manera inmediata. De manera paralela, María Onetto demostraba por enésima vez su versatilidad, poniéndole el cuerpo y el alma a la bien pensante Verónica de “Un Dios Salvaje”.
En la primera parte del año, se produjo el fenómeno de los unipersonales femeninos de alto valor poético y actoral, como los desarrollados por Deby Wachel en “La Novia” y María José Gabin en “Lengua viva”. También sucedió el boom de las clowns que traían a las tablas problemáticas variadas, pero tomándolas desde otro punto de vista. De esta manera, desfilaron puestas por demás interesantes como “Y.O”, de Leticia Torres; “Siento por ella” de Violeta Naón, “La última vez que me caí de un precipicio” de Victoria Almeida o “Querida Marta” de Irene Sexer. Si bien algunas venían del año pasado, en el 2010 aunaron fuerzas con una propuesta conjunta, homogénea y de mucha calidad.
Wachel y una novia muy interesante |
A fin de año, Paula Ransenberg con “Solo lo frágil” también con otro unipersonal con cinco personajes/monólogos a los que va dotando de la energía justa para lo requerido. Estos son bastante diversos entre si aunque con el hilo conductor de “el amar y el ser amado” con seres particulares y también representativos, en algún punto, de la fauna humana. Asi, desfilarán un general retirado, un esqueleto femenino en el fondo de una pecera, una anciana, una geisha y una bruja negra con Ransenberg demuestrando su versatilidad en cada uno de ellos.
Tampoco olvidamos a la genial interpretación que hizo Virginia Innocenti de Tita Merello en “Dijeron de mi”. Fantástica es una palabra que queda chica frente al trabajo de Innocenti que hizo una Tita propia y personal pero sin dejar de ser Tita. Su voz y los arreglos musicales hicieron el resto para una deliciosa puesta que no debe perderse.
Mencionamos recién la palabra “poética”. Julia Muzio en “Voto de Silencio” hizo los honores de dicha palabra con un personaje cálido en una puesta sencilla y emotiva. Con toques “clownescos”, Muzio fue el lado femenino en la historia de un beso, con un romanticismo de esos que atrapan pero no caen en lo meloso, sino que hacen hincapié en un sentimiento en el que todos los humanos hemos atravesado en algún momento. El que dice que no lo vivió es porque no le llegó el tiempo o simplemente, miente. Carolina Tejeda también fue el lado femenino de una pareja que conformaba con José Mehrez en “UnosDos”. Aquí, el acento está puesto en la descripción de cómo una pareja va “creciendo” (o mejor dicho, perdiendo su romanticismo y su pasión) para lograr un nivel de realidad inquietante y vacío que perturba al espectador. La actuación de Tejera es exacta en la transmisión de ese contenido sin caer en excesos.
¿Tita Innocenti o Virginia Merello? Genial! |
Cuando hablamos de los hombres, destacamos las dos puestas de Miller que estuvieron en la calle Corrientes. Hubo actrices tuvieron cabal importancia en estas puestas como Vanesa González en “Todos eran mis hijos” y el tándem Eleonora Wexler-Carola Reyna” en “El Descenso del Monte Morgan”. González va creciendo día a día a nivel actoral, logrando momentos destacables, con el plus del ángel que tiene. Reyna y Wexler son garantía de calidad y lo demuestran en una puesta sobria.
Florencia Berthold quiso hacer de “Sobre piedras”, un momento especial de la actuación y en todo lo referido a la puesta. Lo logró en todos los aspectos. No solo en lo que sería la obra en si sino con una actuación descollante, en un personaje por demás difícil por los vaivenes y momentos que tiene.
Para el final, dejamos a Paola Barrientos y su participación en la estupenda “Estado de Ira”. Barrientos lleva adelante un elenco sublime con una actuación para un cuadrito encargando a la actriz convocada para un reemplazo en la Hedda Gabler que quieren llevar a cabo un grupo de empleados municipales. Todo girará a través de la forma en que esta actríz (Barrientos) se compenetra no solo con el personaje sino con sus “compañeros” y el público presente que presenciará una suerte de ensayo de la obra. Presencia, naturalidad y excelencia son tres adjetivos que definen la performance de la actual actríz de “Contra las cuerdas”, la tira de Canal 7.