Una fábula apocalíptica
Dramaturgia y dirección: Gabriel Fernández Chapo. Con Giovanni Bellizzi y Juan Mako. Voz en Off: Nacho Rossetti. Vestuario y Diseño de escenografía: Emilia Pérez Quinteros. Diseño de luces: Claudio Del Bianco. Fotografía: Emiliano Politano. Diseño gráfico: Juan Mako.
Espacio Polonia. Fitz Roy 1477. Domingos, 20.30 hs.
La crisis del 2001 es el marco para un texto imaginativo y arriesgado de Gabriel Fernández Chapo, quien creó una fabula sobre una guerra fratricida en el contexto del mes de diciembre de dicho año. Una carpa de campaña con Lexo y Feuchito, dos soldados que esperan ordenes para ver como se hace frente a una eventual ofensiva de “ellos”, quienes no reciben otro tipo de apelativo, amén de los insultos propios que se le endilgan a aquellos que no son como uno. Aquí aparece la sempiterna división de nuestra sociedad. Nosotros y ellos, los otros, como dos bandos enemigos al tiempo que, hasta una semana antes, compartían amores, dolores y pasiones.
Llegan las órdenes a la carpa de un superior que sabe menos que uno al tiempo que se lo obedece sin saber porqué. Solo hay que obedecer, aunque la orden afecte de manera directa a un ser querido, sea un perro, una novia o un hermano. Las personalidades de los amigos/compañeros harán que la situación se haga insostenible. Surgen preguntas sin respuestas. ¿Debo estar aqui o debo irme? –como el clásico de The Clash- ¿Obedecer o no y a cambio de que? Es en este preciso instante donde el texto toma por asalto al espectador y lo inquiere directamente. Porque muchas veces la toma de posición parte no de un convencimiento o de un ideal sino desde el pragmatismo del análisis del “¿hago pero puedo volver atrás?” o “¿con que arriesgo menos?”.
La puesta ubica a la platea dentro del ambiente ominoso y claustrofóbico de la tienda de campaña. La proximidad con los protagonistas se hace palpable a través de un muy buen aprovechamiento del espacio y a una escenografía certera. Las actuaciones de Juan Mako y Giovanni Bellizzi son correctas y se adecúan perfectamente a cada uno de sus personajes.
“Viaje al fín de la guerra” plantea preguntas y dudas que vale la pena hacerse, previa quita de la armadura conformada por la educación y cierta conciencia de clase media. A posteriori, la reflexión será la consecuencia de lo visto sobre tablas.