Detrás de la sonrisa
Dramaturgia: Julia Catalá, Walter Jakob, Marcelo Mariño, Carolina Zaccagnini. Con Julia Catalá, Marcelo Mariño, Marcelo Pozzi y Carolina Zaccagnini. Vestuario: Carolina Zaccagnini. Escenografía: Julia Catalá. Iluminación: Adrian Grimozzi y Eduardo Pérez Winter. Diseño de peinados: Walter Comillas. Realización de objetos: Ariel Vaccaro. Música original: Gabriel Chwojnik. Diseño gráfico: Andrés Mendilaharzu. Asistencia de dirección: Agustín Godoy. Dirección: Walter Jakob.
El Excéntrico de la 18º. Lerma 420. Viernes, 21 hs
¿Por qué buscamos reverdecer esos laureles que el paso de los años ha marchitado? El tiempo como factor ineludible del paso de la vida y los deseos en tanto se produce el desarrollo de los individuos. Atrasar las agujas del reloj y mantener la llama de la pasión la cual se puede manifestar tanto en un viaje o en aquello que nos mantiene con la ilusión medianamente encendida.
A partir de algunas de estas premisas, el cuarteto conformado por Julia Catalá, Walter Jakob, Marcelo Mariño y Carolina Zaccagnini decidió poner manos a la obra para la gestación de “Viva Italia”, una comedia entretenida y dinámica, de buen ritmo donde esa mueca triste, absurda y nostálgica se asoma sobre situaciones de probada hilaridad.
Será la nostalgia de un recuerdo que solo se mantiene “puertas afuera” porque la mirada interior del paso del aquél «tiempo que fue hermoso» es cruel. Cuando Mónica llega a la casa de su vieja amiga Andrea, a la que no ve desde hace rato largo para consultarle por su deseo de realizar su primer viaje a Europa, se pone en marcha el mecanismo mencionado. Andrea y Alberto, su marido han viajado mucho y son punto de referencia para Mónica en todo lo que ellos representan. ¿Complejo de clase media? Probablemente. Y a través de una puesta cercana y próxima –en todo el espectro que refieren ambas palabras-, se concibe un mix de sensibilidad y humor disfrutable en esa segunda mirada que llega después de la risa.
La representación “simbólica” de la pareja será uno de los motivos centrales de una puesta que juega con esa forma de plasmar los deseos incumplidos de las más diversas formas. La forma en que irrumpe Mónica en la vida de ambos y las consecuencias futuras para todos –incluido el inefable Marcelo/Raúl, amigo de doble identidad de Mónica-, llevará las riendas de la puesta. Los personajes son concebidos a través de un prisma donde se busca dar cuenta de situaciones vivas que van más allá de la ridiculez y exageración de lo que ocurre sobre tablas.Diálogos delirantes, mujeres en crisis, hombres que no están a la altura de lo que se requiere por su condición de tales, son algunos puntos en los que Walter Jakob hizo hincapié en la dirección de un combo de actores de probada calidad. Párrafo aparte para Carolina Zaccagnini y una Mónica con tantos y ricos matices.
Con personajes fácilmente reconocibles, “Viva Italia” es una puesta que va más allá del muy buen momento teatral que propone para sumergirse en las aguas turbulentas de ese pasado no pisado, que contempla la batalla perdida del paso de los años y la melancolía por el brillo de otras épocas.