Reconstruir la barbarie
Dramaturgia: Magalí Meliá. Con Sebastián Blanco Leis, Débora Longobardi y Magalí Meliá. Música en escena: Pina González. Diseño sonoro: Pina González. Vestuario y escenografía: Gabriella Gerdelics. Diseño de iluminación: José Binetti. Asistencia de dirección y fotografía: Gustavo Gorrini. Diseño gráfico: María Forni. Dirección: Lorena Romanin.
Teatro El Extranjero. Valentín Gómez 3378. CABA. Sábados, 20 h.
Todo está dicho de antemano. Se sabe que ocurrió. Hubo un femicidio que tiene a Leia como protagonista, asesinada por Javier, su marido. A partir de este hecho, es su hermana Irina la que toma la voz de quien busca justicia así como visibilizar el flagelo de la violencia de género que atraviesa a la sociedad.
La forma en que se lleva adelante el relato es cruda y conmovedora. Sin prisa, pero sin pausa, describe paso a paso el devenir de una relación que se complica día tras día. Al respecto, hay una toma de decisión en realizar una reconstrucción de los hechos a partir del momento en que Leandro, hermano de ambas mujeres, comunica la trágica noticia. El ir y volver a través del tiempo, con pinceladas de un pasado que visibiliza el trato que le dispensa Javier a Leia, da cuenta de una realidad que, lamentablemente, se repite.
El rompecabezas planteado desde las tablas, será aprehendido por un público que conoce casos como el relatado, de mayor o menor proximidad. Allí es donde continúa la puesta, trascendiendo el escenario. Todo, mérito y cortesía de la dirección de Lorena Romanin que hace del axioma «menos es más» el pilar a partir del cual se desarrollan las acciones.
La escenografía y la iluminación son tan precisas como mínimas. Magalí Meliá no sólo puso su precisa y sensible pluma al servicio de la puesta, sino que presta su cuerpo y su alma a Irina, en el escenario. Lleva adelante un texto poderoso y fuerte, que no quita una coma al machismo retrógrado que se parapeta en su ignorancia para contrarrestar las nuevas olas de feminismo y libertad. Débora Longobardi es una Leia exacta en la composición de una mujer que oscila entre su sentir y deber hacer. Finalmente, Sebastián Blanco Leis se desdobla con precisión entre Javier, el femicida y Leandro, el hermano de Leia e Irina. Su versatilidad le permite navegar en esas aguas turbulencias de la actuación simultanea de dos personajes antagónicos.
Termina la función y un silencio tenso de microsegundos -acompañado de una lágrima o suspiro- antecede a un aplauso categórico. “Yo me quería morir antes que vos” es una puesta tan necesaria como recomendable por la seriedad con la que encara todo lo que rodea a un femicidio, dejando preguntas y reflexiones que tocan a toda la sociedad.