William not dead
Sobre textos de William Shakespeare. Con Juan Gil Navarro. Asistencia de dirección: Juan Cruz Forgnone. Diseño de iluminación: Gonzalo Córdova. Fotografía: Gabriel Machado. Producción Ejecutiva: Nicole López Naguil. Producción: Diego Palacios e Ignacio Viale. Dirección. Jorge Vitti.
Centro Cultural de la Cooperación. Av Corrientes 1541. Sábado, 20 hs.
Desde este espacio, hemos hablado bastante con respecto a los unipersonales destacando la cantidad de actrices que los llevaban a cabo (y de alta calidad) en detrimento de los hombres. En los últimos tiempos, parece que los muchachos se han percatado de esta situación, dando lugar a varias propuestas de calidad. En este sentido, tuvimos el placer de presenciar una nueva puesta sobre textos de William Shakespeare, siendo Juan Gil Navarro, quien afronta el reto de encarar un proyecto de esta envergadura en el Centro Cultural de la Cooperación.
No en vano la puesta se llama “Todos y ninguno” porque alude a una gran cantidad de textos los cuales lograrán en el espectador una fuerte creación de sentido, con planteos y reflexiones de diversa índole. Al respecto, lo primero que hay que decir que es la puesta es pura actuación. Son los textos del gran escritor británico en estado puro lo cuales se dicen y se sienten. Toman por asalto al espectador a través de la sensibilidad y frescura de Gil Navarro.
Fragmentos de “Hamlet”, “Macbeth”, “Otelo”, “Enrique IV”, “Romeo y Julieta”, “Ricardo III”, “Rey Lear”, “Julio César”, “Timón de Atenas”, “Coriolano” y “La tempestad” desfilan con muy buen gusto en una puesta de un desarrollo armónico, con todos los textos muy bien ensamblados. Es una obra que se refiere al hombre y su humanidad. Su fragilidad en lucha constante con su ego y su soberbia. Los sentimientos más puros, corrompidos por la codicia. ¿Quién no ha sentido celos como Otelo? ¿O coqueteado con la muerte y el deseo de bordear los abismos de los infiernos más crueles, sean en esta tierra u otro mundo? ¿Será por esto que Shakespeare sigue siendo el más moderno y actual de todos? Sus textos son certeros para cualquier coyuntura que se desee atravesar.
Amén de su probada capacidad actoral, la destreza física de Gil Navarro es por demás destacable. Su composición de Ricardo III en su diálogo con Lady Anne es excelente, tras abordarla en el cortejo fúnebre que lleva a su marido a quien asesinó al igual que a su padre. Sus brazos, su malformación es llevada en paralelo a su maldad. Además, se da el tiempo para dar cuenta que no va a hacer el monólogo del comienzo sino el diálogo, lo cual también lo ubica en otro lugar de la obra.
El diálogo entre Romeo y Julieta es atrapante. Capta la esencia de los personajes y la situación. Lo mismo ocurre cuando Yago siembra la semilla de la duda y la maldad en Otelo.
Es menester recordar que Juan Gil Navarro había formado parte de la excelente versión de “Rey Lear” que tuvo como protagonistas a Alfredo Alcón y Roberto Carnaghi, con dirección de Ruben Szchumacher. Por esta cuestión, su parlamento con respecto al hijo bastardo cobrará otra significación, habiendo sido él mismo Edmund -otra gran actuación de JGN-, en la puesta mencionada.
El espacio es despojado. Amplio y contundente. La excelente iluminación será la creadora de diversos climas en los que lo etéreo dará paso a una resignificación constante. Solo tres elementos conforman la escenografía. Una copa –propiedad de Alfredo Alcón, a quien le dedicó la primera función-, un sillón de cuero y un globo.
La precisa selección de textos es otro de los aspectos destacables de la puesta. Cuando retoma el discurso de Marco Antonio y dice “Pero Bruto dice que era ambicioso y Bruto es un hombre de honor”, llama a la reflexión en cuanto a la resignificación de los actos y hechos políticos de acuerdo a quién y cómo lo lleva a cabo.
En esta línea será ese globo el que se constituirá en un signo (a decir de Peirce, “es algo que está para alguien en lugar de otra cosa, su objeto, en algunos de sus aspectos”) poderoso al ser a quien se le hable, en reemplazo de una calavera. En ese preciso instante, el discurso se resignificará fuertemente, siempre atravesado por un texto intenso pero en directa sintonía con la actualidad. Más aún cuando al finalizar la función –la primera, que hemos presenciado- , Gil Navarro afirma “Los gobiernos a veces nos tratan como idiotas, pero contamos con la palabra”,
Con “Shakespeare, todos y ninguno”, Juan Gil Navarro no solo da cuenta de su calidad como actor y su búsqueda de nuevos desafíos sino que lleva adelante una puesta excelente en la que pone a William Shakespeare en sintonía con la actualidad, dando cuenta por enésima vez las bondades de la pluma del gran escritor inglés.