– Es un libro en el que venía laburando bastante. Pasan dos cosas. Primero, empecé a laburarlo, escribiendo sin rumbo, como catarsis. Me pasa una cosa doble ya que cualquier cosa que escribo tiene catarsis pero tampoco quiero cargar mucho las tintas ahí, de que solo me importe a mi. A partir de la ruptura de una relación de pareja, empecé a llevar un diario poético. Lo hice para mi. Me gustó y edité treinta y un poemas pero había llegado a mucho más en ese verano. Entre eso y algunas cosas que escribí sobre el amor, fue tomando forma, como que había un libro ahí. Me llamaron de Ediciones Godot para publicar un libro. Les dije que tenía este y así fue. Surgió de manera personal e intima y decidí después publicarlo. Está buenísima la edición del libro y la idea de tapa es mia. Me consultaron todo. El diseño de adentro me lo propusieron ellos y me encantó la idea. Había una parte del libro, llamada “Uno por día”, que es un diario que llevé con la consigna de escribir un poema por día. Lo corté porque había cosas que me parecían demasiado de catarsis personal y no me aportaban nada. Esto era como cuando hacés un disco y tenés veinte canciones pero sabés que entran doce. Es eso, absolutamente personal. Es una parte del libro. Después, paralelamente hice un poema muy largo, que es el que da nombre al libro, llamado “El amor”. Fue totalmente mio y el recorrido lo armé yo.
-Además, le metiste un título cortito y contundente, “El amor”.
– Si, me gustó eso. Era un tema que había laburado mucho, de distintas formas. Conecté con algunas cosas que había escrito para algunos artistas que me habían pedido algunos textos. Allí también había mucho amor. Me gustó el hecho de transitar un lugar común, vasto, que suele estar en el territorio de la cursilería. También había algo del amor muy bastardeado por eso de lo cursi. Era injusto que fuera asi al tiempo que planteaba un desafío. Me parecía más incorrecto hablar del amor que la típica incorrección política que es denostar el amor por cursi. Desde donde estoy parado, lo más incorrecto que puedo hacer es tomarme seriamente esto y correr el riesgo de caer en lo cursi y el lugar común más meloso y deleznable, cosa que detesto. La idea de echar por tierra esa cuestión. ¿Es llamativo que yo crea en el amor? ¡Mejor! De última, me interesa más el explorar y andar por terrenos no conocidos para sorprender y sorprenderme, pero no sorprender hacia afuera sino sorprenderme yo. (Aparece Victoria Donda y saluda).
-Leí los poemas y me encantó el de la rata .También el de la vaca, son los dos que rompen un poco la estructura amorosa del libro.
– Para mi, es parte de lo mismo. El amor…tiene muchas aristas. Hay que sacarlo del lugar común de lo meloso. Tiene muchísimo de sufrimiento, de angustia y lo miserable. Algo te surge con la cuestión de pertenencia. Cosas que no están buenas necesariamente. Un sufrimiento muy grande porque te entregás –si estás enamorado- y esa sensación de quedarte solo, en banda, pedaleando en el aire…hay miles de cosas…
-Hablé con Tom Lupo y él me decía que el poeta empieza, pidiendo permiso. “Perdonen, les voy a leer una poesía”. Quizás por esto está un poco denostada la poesía.
– Coincido plenamente con lo que dice Tom, que hay una cosa de pedir disculpas. Igual está bueno cambiar esa actitud por parte del poeta. Me parece que hay una realidad en que la poesía está puesta en un lugar tan elevado que nadie llega a ella. Los que leen poesía son personas que escriben poesía mayormente. No hay un lector puro como hay de novelas o cuento. El otro día Tom recordó algo –que no me acuerdo que es precisamente…soy un desastre!!-, y citaba a Vicente Huidobro con cosas de amor, increíble. El mismo Neruda también. Está a esto de lo cursi pero cual es el límite? Lo que le puede parecer cursi a alguien, a mi me parece sublime. Uno mismo puede ser el límite de lo cursi. Son cosas que, generalmente, están en cada uno. Pero también me parece que hay otras variantes. Tal es el caso de Bukowski, y lo relaciono con el poema de la rata que me habías dicho. Todo es parte del amor.
– Si, un poco si, pero tiene que ver con una idea de una poesía que no comparto en absoluto. Los elementos con que se compone la poesía, están presentes en muchísimos lugares de la lengua, insospechados de poesía. La publicidad por ejemplo y ni hablemos de la música. La canción es la venganza de la poesía. Un lugar donde se puede masificar. Incluso la publicidad no desde un lugar espiritual sino formalmente, con sus elementos compositivos. Me costó mucho llegar a esa conclusión; darme cuenta de eso y mezclar mundos. Me sentía medio esquizofrénico al respecto. De hecho, empecé en periodismo porque me gustaba escribir poesía. Me gustaba escribir, no hacer periodismo. Cuando aprendí el oficio, dejé de escribir poesía, pensando que eran cosas incompatibles. En todo caso, lo que necesitaba era dedicarme a la prosa. Me costó darme cuenta que había conexiones muy fuertes y que todo estaba mucho más cerca de lo que parece. En ese sentido, me quedo con lo que dice Tom. Me pasó cuando me llamaron para editar un libro y les dije “Me encanta pero lo único que tengo es poesía”, como abriendo el paraguas, de ¿queres editar poesía? Por eso, hice la presentación del libro, con música, con Falopa, Acho Estol y Lola (Dolores Solá) de la Chicana. Había un montón de gente leyendo, tanto de algunos muy cercanos a la poesía como Tom. Después también estuvieron Vicky Donda y Miriam Lewin leyendo.
-El periodismo, ¿es un oficio o una profesión?
– Para mi, es un oficio. Algunos rudimentos básicos y después está en el arte de cada uno como ejercer eso. Es un oficio y está bien que asi sea, que no se lo eleve a la categoría de profesión. Que lo puede ejercer cualquiera y que cualquiera puede ser periodista. Está bien que no sea como el médico o el abogado, que necesitás una matrícula para ejercer, una actividad profesional.
-Aparte como todas las academias que hay…
– Hay un determinado consenso social en armar de esto algo entre cool y heróico. Me parece medio absurdo pero si tuviera más salida la carpintería, habría más escuelas de carpintería y nadie diría que la carpintería es una profesión. Cualquiera puede ser carpintero y ejercer. Diferente es el gasista matriculado que en este momento está laburando en mi casa. Tiene que estar matriculado y todo un profesional, pero no le veo mayor diferencia con el periodismo. Hoy hay una construcción al respecto y eso es parte de aprender el oficio. Si presentas una noticia de una forma que sigue todos los parámetros, respetando los estándares de comunicación que la gente considera como el “deber ser” periodístico, pasa y dicen cualquier barbaridad. Eso acompañado por un tipo bien afeitado con traje y todo. Pero ponés un hippie diciéndote cosas interesantísimas sobre economía internacional y nadie le da bola. Eso es parte de esta cuestión y Barcelona surge un poco a partir de eso.
-Recién hablaste de la cuestión del hippie y el tipo de camisa y corbata. ¿Eso lo instrumentaste en Duro de Domar?
– El traje y ojotas? Si, pero igual surgió porque un día fui en ojotas y me iban a dar unos zapatos de mierda. Pero me pareció bueno para romper un poco. Además, que yo apareciera de traje era raro con esa cuestión del loco y todo eso. Después, con las ojotas, terminé siendo un boludo más. En los primeros programas, iba en remera y bermudas también. Arranqué al principio y me dijeron “venite mañana”. Ok, fuimos. Te digo la verdad, no sabía que iba a hacer o por donde iba a ir todo.
-Esto coincidió con Radio Barcelona, ¿no?
– Sabes que no se muy bien como me siento….Con el mundo de la tele, no lo tengo muy claro pero con Duro de Domar, me siento bien. No tengo muy claro que eso sea el mundo de la tele. Laburé haciendo guiones para algunos programas que estaban mirando el minuto a minuto todo el tiempo. Acá no está esa locura. Es bastante más tranquilo.
Intermedio: Vamos a la casa de Pablo para hacer la nota. Vinilos y libros se ven en la geografía de su casa. Mientras Pablo prepara el mate, aparece Victoria Donda, su novia que saluda y parte con rumbo desconocido. Pablo habla con seriedad pero sin perder el humor. Llegamos al tema de Barcelona. Prende un cigarrillo y da su punto de vista de porqué dejó de pertenecer a la revista que lo tuvo como director por mucho tiempo.
– ¿Cómo fue tu experiencia en Radio Barcelona?
– La verdad es que no lo se porque sigo muy poco la revista. A veces veo las tapas pero no voy a opinar de eso. Todo esto se encadena porque hubo quilombos personales y todo eso y actitudes…Los motivos por los cuales deciden que yo estaba jodiendo el proyecto de la revista fueron que fui a la fiesta de Gente con Vicky, que fui a la asunción de Cristina en bermudas y ojotas (esa fue la acusación que me hicieron)…
-Pero ¿qué molestó de estas dos cosas…?
– Si. Ese es un tema político que tiene la editorial que, una vez revisado todos los detalles, como la fiesta de Gente, ir a la asunción en bermudas y ojotas, lo que queda es eso.
– La tapa en la que ponen la cara de Néstor en la foto de Morrison, también estaba buena…
– Hubo gente que se ofendió pero siempre hay alguien que se ofende. La juventud vio que el tipo era como un rock star. Pero me sorprendió que se enfurecieran tanto con “La fuerza del tomuer”. Fue una jugada maestra de Kirchner el morirse. No hubo político en la historia del país que se haya muerto para dar vuelta una elección. Recordemos que en esa época, Kirchner medía más que Cristina pero no le alcanzaba ya que en cualquier escenario de ballotage, perdía. ¡Y da vuelta todo ganando las elecciones con el 54%!
– Noté que hay más pauta política, de la provincia de Buenos Aires y el municipio de Morón.
– Si, puede ser que haya mayor cercanía…La verdad, no lo se. Nosotros siempre manejamos –cuando estaba yo en la Barcelona- que el que viniera a poner un aviso, estaba todo bien. La política era esta: nosotros no salíamos a buscar avisos. Ahora, si venía alguien, ponele el Gobierno de la Ciudad, no tenía ningún problema en ponerle una pauta al Gobierno de la Ciudad. Si llamaban ellos y decían “Queremos poner una pauta”, les decíamos “Sale tanto”. Ok, listo. Siempre respetando algunas cuestiones como en la contratapa, no y esas cuestiones.
-En tu etapa en la revista, ¿hubo pautas políticas? La verdad, no lo recuerdo bien….
– Puso dos veces Pino Solanas para las elecciones 2007 y en las del 2009, Claudio Lozano. Un aviso, eh! Y ya había uno de Provincia de Buenos Aires. Además, me parece lógico que ponga un aviso la provincia. Ponele, me parece interesante que Provincia, Ciudad y Nación pongan un aviso en la THC sobre el uso responsable del alcohol. Porque es una revista que tiene mucha llegada a un público determinado donde vos tenés que llegar si o si. Provincia ponía un aviso de “usa casco”. Me parece lógico que ese tipo de campañas se pongan en medios que tienen llegada a los jóvenes. No le veo algo malo. El tema es cuando vos salis a buscar pautas y dependes de ella para seguir saliendo. No quisimos depender de ninguna pauta. Pero bueno, hicimos eso. No se si está bien. La política nuestra fue esa. No vamos a buscar pautas y si nos llaman, bien….
– ¿Qué tal estuvo la experiencia de “Quilombo” en Radio Splendid?
– Muy buena aunque estuvo el problema importante que es el horario de la mañana. No me acuesto antes de las dos de la madrugada. Levantarme a las siete, todas las mañanas, es un garrón. Me pasa un efecto “drogas duras” porque me cuesta pero está buenísimo ese horario. La segunda mañana es genial, pero no es para mi ese horario. Estamos viendo si le interesa a alguien porque fue muy buena la experiencia. No es que estaba entre mis fantasías conducir un programa de radio en la segunda mañana pero me gusta mucho. También hay una cuestión económica porque ahí si hay que buscar pauta. Y yo no sirvo para eso.
– ¿Y Falopa?
– ¿Cómo fue la recepción de los grupos y cantantes de tango?
– Si, siempre está la fantasía de “como nos ven los tangueros”. En realidad, no se si el viejo tanguero está muy al tanto de las nuevas movidas. Muchos si. El otro día lo entrevisté a Raúl Lavié en Quilombo y Lavié dijo que le encanta La Chicana, La Fernández Fierro o Alfredo Piro. Ahí, justamente, hay una movida nueva tanguera, que se ha consolidado con los años. La Chicana, en ese sentido, fueron pioneros en lo que tiene que ver con la canción y con componer nuevos tangos. Acho Estol es un referente absoluto, un gran compositor. Y sucedió el milagro que le guste lo que hacemos. El pegar onda con Acho y Lola, somos amigos y compartimos muchos shows. Estuvieron en la presentación del libro y cuando Acho estuvo presentando su disco nuevo en el CAFF, estuvimos ahí con Fede porque participamos del disco. Con Piro, Pablo Dacal, Cucuza, y varias personas…Con esa movida tanguera estamos muy bien. Con la Fernández Fierro también. Tocamos con ellos en el Maipo cuando se cumplían diez años de la banda. Nos invitaron a abrir el show en tres Maipo, que hicieron. Tres miércoles, que es el día de la Fernández Fierro.
-Hace poco hablamos con el Tata Cedrón y nos contaba que se sentía identificado con estos grupos, o Palo Pandolfo inclusive. El CAFF es un núcleo de lo nuevo que está surgiendo en el tango.
– Por supuesto. La Fernández Fierro es una usina de creación. En el verano del 2011, en febrero, tocamos los tres miércoles tocamos con la Fernández Fierro y el último sábado del mes, cerramos con La Chicana el Festival de Radio CAFF. Para nosotros, tocar con ellos dos era como tocar con Los Beatles y los Rolling Stones, que lo son de esta movida. Que nos reciban y nos mimen semejantes músicos…guau! Esta es la renovación tanguera. También hay una movida que viene de los 90, que no viene del palo de la canción –como La Chicana- sino más del lado de la instrumentación. Con Pablo Mainetti tenemos muy buena onda, que tocó en nuestro segundo disco. Soy muy amigo de un bandoneonista llamado Marcelo Mercadante, que vive en Barcelona. Con Marcelo compusimos un par de tangos-canción, para un disco llamado “Suburbios del alma”. Tocó Lidia Borda, Martirio, Miguel Poveda, doce canciones con letras mías y música de él. Ahí conozco a Pablo Adri, Hernán Poscetti, toda esta movida más instrumental, que son un poco los alumnos de Mederos de la Escuela de Música Popular de Avellaneda. También tocamos con Mainetti-Angelelli, el dúo abrió nuestro show en el Tasso. Esa es la movida tanguera que se ha generado y que está muy buena.
– ¿Por qué se da esa cuestión de volver al tango?
– Tengo una impronta rockera pero escuché muchísimo tango de chico. Mi viejo es un melómano de aquellos. Tiene cinco veces la cantidad de vinilos que tengo yo. Siempre fue un tipo que estuvo muy atento a las cosas nuevas que iban surgiendo. Iba a ver a Mainetti, al Arranque y demás cosas nuevas. También me acuerdo de haber ido con él a ver a Salgán al Club del Vino. Era un ritual como ir a misa. Creo fervientemente que eso tiene que formar parte de la escolaridad de la gente. Todo porteño debería haber ido a verlo, asi como a Goyeneche, Pugliese o Leopoldo Federico. El tango no entró en el parricidio adolescente. Hubo muchas cosas que si. Me llevas a escuchar música clásica y no le puedo entrar ni un poco. Lo mismo que la canción psicobolche, aunque después la retomé un poco. Igual hubo cosas que si entraron en el parricidio adolescente pero no el tango. Lo tenía como Lado B, pero siempre estaba presente.
-Si por la puerta de esta casa, entrase el Pablo que empezaba a pergeñar la revista Barcelona, qué le dirías?
– Ja! Que se yo…no se…No le diría nada. Básicamente porque a ese chabón le parecería un pelotudo si le estuviese diciendo cosas. O aceptando un consejo de alguien al que no se lo pidió. Obviamente aceptaba y acepto consejo de mucha gente, a la que tengo como referente. No se si me tendría como referente….jajajajajaja. No me veo como referente de nada. Me cuesta eso. Ese “yo” y este “yo” de ahora somos la misma persona en tanto seguir adelante, generando proyectos propios, más allá de agarrar laburos donde me sienta a gusto. Trato de evitar los otros laburos. Pero siempre con el foco puesto en los proyectos propios, en las cosas que me gustan, la banda, editar libros, hacer mi revista o mi medio.