Beatriz Berger: Tango, rimmel y actitud

El XXIII Festival Internacional “VIVA EL TANGO” se llevará a cabo del 8 al 17 de Octubre de 2010, en Uruguay. La Berger Tango viaja a Montevideo para representar a la argentina, entre otros artistas porteños. Tanguera de ley, Beatriz Berger, líder de la Berger Tango cuenta lo que cuesta presentarse a tocar en Capital, lo que toman los jóvenes del Polaco Goyeneche, el tango en su variante “electrónica” y de repetirse con sus clásicos.

– ¿Cómo surge tu pasión por el tango y el cantar tango?
Mi pasión por el canto surge de pequeña. En casa se escuchaba mucho tango. Mi padre era tanguero y lo primero que aprendí a cantar fue “María”. Todavía no leía y mi papá me las enseñaba de memoria.  Me disfrazaba frente al espejo y las cantaba. Después vino el rock pero ya más grande, pude entender  de qué se trataba el tango.

– ¿Qué influencias tenés de cantantes femeninas?
– Tengo más influencias de cantantes masculinos que de mujeres. Me crié con Julio Sosa y el Polaco Goyeneche. La Tana Rinaldi me gustó desde siempre a pesar de no tener un estilo parecido al de ella. Su manera de decir…fue de las primeras que dejo de hablar el tango para cantarlo. Hay cierta cosa de Tita que me gusta, que tiene que ver con el personaje. Su manera de cantar y decir que la hizo única. No tuve una mujer que dijera “quiero ser como tal”. Por ejemplo, del Polaco Goyeneche, las nuevas generaciones copiaron más su forma de decir y su mística más que su voz. Es lo que más les pegó a los jóvenes. Su forma de decir, su mística, su historia. Digamos no se si lo reconocen en su primera época. Aparte, valoremos que en las buenas voces, en cualquier cosa que se escuche cantada, es maravilloso. Pero muchas veces pasa que, en el caso de Serrat, que no tenga una gran voz pero su manera de decir hace que uno no esté pendiente de si tiene una gran voz o no. Sabina o Tita mismo, que no tenía una gran voz pero tenía algo que hacía que uno la escuche con atención. Creo que en algún punto, hay voces que son impecables y una forma de cantar casi perfectas pero que no te pasa nada. Es como cuando agarrás a un cantante lírico que cante tango. Placido Domingo, no podés decir que cante mal pero no me transmite nada cuando canta tango. Podés escucharlo y canta maravillosamente y no te mueve un pelo pero capáz que escuchás a uno que apenas le da el cuero para cantar y dice las cosas de la manera que hay que decirlas. Lo que pasa es que es como todo y se exagera.  Agarrás a uno que apenas puede con su vida y no va la cosa. Tenés que tener una manera que te caracterice y a la gente le pegue. Un personaje con el que la gente se enganche.  A partir de ahí lo que cantes como vos lo cantes. Si sos una persona que genera enganche con la gente y sos muy desafinado, en algún momento, se va a tornar insoportable.

– Muchos cantantes que tomaron esta parte de Goyeneche y lucran al respecto con ella..
– Lo que pasa es que cuando no podés solo, tenés que buscar algún personaje que te ayude. Cuando el tango femenino empezó a tener auge, todas querían ser bataclanas y arrabaleras. Aparece una soprano con un tipo de voz particular no podés ser arrabalera. No te lo va a creer nadie. Libertad Lamarque no era arrabalera. Pero también hay mucho del personaje. La mina del tango tiene que ser Libertad Lamarque o la mina de las medias red. No podés estar en el medio. Entonces cuando subís al escenario, es tanto lo que tenés que desmitificar para que la gente escuche lo que hacés y le guste, pero tenés que ir en contra de tanta cosa que se espera. Eso es muy complicado.

– Considerás al tango como un género machista?
-No creo que el tango sea machista. Hay de todo. A ver, hay más tangos donde el tipo se queja y de tono muy masculino pero también hay muchos tangos –y de hecho, yo canto muchos-, donde las mujeres también dicen cosas, en un tono más de chicana o tangos que no tienen sexo como “Fuimos” o “Tardes”, que le cabe a una mina o un tipo. El tango tiene esa cosa machista porque empezó siendo algo de hombres pero hoy por hoy, hay más cantantes de tango que cantores de tango.  Eso es un problema porque hizo que cualquiera se pusiera un sombrero negro o medias de red y cantaba tango. Esta bueno en algún punto porque después viene una selección natural al respecto porque el público te acompañará o no y gustará o no.

-Hoy en día, ¿no hay demasiados cantantes y pocos compositores?
-Componer tango es muy complicado. Están los tangos modernos, los antiguos, los que son para la milonga, “esto no es tango” y demás. Chico Navarro ha compuesto tangos y boleros pero él es un excelente compositor y puede componer lo que quiera. La misma letra que tuvo música de tango podría haber tenido otra música. Mirá, cuando vas a cantar tangos a un boliche es otro público. Me han dicho “¿Por qué no vas a cantar a tal milonga?” pero la gente no le interesa escucharte sino bailar. El tipo que va a escucharte cantar es el que se sienta, se toma un whisky, escucha la letra y te acompaña con los gestos o acentúa lo que cantás. Lo veo desde el escenario que te va siguiendo la letra y te hace gestos como “¿ves lo que dice?”. Las letras van a funcionar en tanto y en cuanto tengan que ver con lo que te pasa. Hay tanto tango y tanta letra buena, que hacer algo original es algo complicado.

-Pero se escuchan siempre los mismos tangos
-Esa es una crítica que se hace mucho. No se como funcionan las radios ni los medios de difusión –por lo que no voy a hablar de eso- pero es como si hubiera un abono en que escuchas los mismos temas. Pero está la 2×4 en donde escuché tangos que no tenía la menor idea que existían. También es cierto que la gente llama y casi siempre piden los clásicos. Mirá, en un restaurant, for export, te dicen que hagas “Caminito”, “Naranjo en flor”, “El dia que me quieras” y tangos que los turistas conocen. Ahí se acabó el universo tanguero porque no tienen idea que existe otra cosa. También es cierto que con el tango reo utiliza mucho el lunfardo y pocos entienden lo que cantas.

– Ahí tenés que hacer un proceso al respecto…
– Totalmente. Entonces como no podés poner un librito que te explique, podés seguir un poco la historia, uno que es porteño, la vas siguiendo la historia y te vas dando cuenta. Entonces es que te limita un poco porque agarrás a un yanqui y le cantás un tango con lunfardo y al tipo le va a entrar por la música y la actitud. Pero no va a entender de que estás hablando. Eso también te condiciona con determinado público. A mi me gusta ese tipo de tango porque siempre digo que no tiene época. Podés modificar la terminología pero antes es un, que se yo, un chabón y ahora es otra cosa y el tema es lo mismo: que sos un boludo porque hiciste tal cosa o que hiciste mal tal otra.       O si no haces esto las minas no te van a dar bola o si hacés esto, sos una loca y los tipos no se van a querer casar. El tema siempre es lo mismo. La cosa es como lo decís, lo gracioso que le ponés pero el lenguaje siempre es igual. Creo que el tango es algo vigente. Modifica el lenguaje pero lo que cuenta y lo que dice, es absolutamente vigente.

– ¿Qué opinión tenés del tango electrónico?
-El famoso “tango fusión” no me disgusta pero si pongo un disco de Julio Sosa lo puedo escuchar una y mil veces y lo voy a estar escuchando toda la tarde. En cambio, con el tango fusión lo escucharé una vez y pasará un buen tiempo hasta que lo vuelva a escuchar.  Son lindos, suena todo bien pero no me voy a poner a escucharlo especialmente. A cualquier tema electrónico le ponés una melodía de bandoneón y ya está,  es “tango electrónico”.

-Es muy difícil conseguir fechas para tocar acá, en Capital?
Conseguir fechas en Buenos Aires es muy complicado. Es el único trabajo donde tenés que pagar para trabajar. Si sos cadete, te pagan para que vayas al banco pero si sos músico tenés que pagar para que te dejen tocar. Muchos lucran con que te dan el lugar. “Veni y vamos a bordereau” con un 70% y 30% por derecho de espectáculo, el sonido y la luz pero el tipo se lleva todo de bebidas –que las cobra, de un público que trajo el artista, pero que no ve un peso-. Me pone muy furiosa esto y elijo donde tocar, como en Sanata que es un lugar piola, con una mística muy de tango. Ponemos sobres y la gente deja. Claro, ¿cuál es el riesgo? Una vez, me dejaron un billete de dos pesos. El trabajo de músico no es valorado. Te ven arriba del escenario y dicen “Ah, estás de joda todo el tiempo”.  La gente no ve que para llegar a ese escenario tuviste que ensayar dos veces por semana, que vas a la fonoaudióloga, a la clase de canto y que hacés un montón de cosas para hacer esto.

– ¿Cuantos discos llevás grabados?
– Ya grabamos tres discos, absolutamente a pulmón y casi pierdo uno haciéndolo. Jajajjaa. Llegar a que alguien te haga un disco es muy difícil. Tenés que tener un amigo de un amigo de un amigo que te lleve, te presente y te conozcan. Los hice yo y los vendía cuando cantaba en los espectáculos. La banda somos dos guitarristas y yo. Empecé hace más de diez años como solista. Armé la banda porque el sonido es otro. No es un músico que te acompaña sino un grupo y ese  sonido de grupo se nota muchísimo arriba del escenario. Las guitarras que tengo son con mucha mugre. Han tocado en el subte, en la calle. Hay otra impronta y es distinto del que sale del conservatorio. El tango, para que te llegue, te tiene que pasar la vida.  Hay cosas que no vas a entender si no las viviste. Te va a gustar la poesía, la lírica, como suena pero para sentarte en una barra, tomarte un whisky y sentirlo realmente, tenés que haber vivido.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio