Después de su boom mediático de la mano de Marcelo Tinelli, Iliana Calabró busca nuevos desafíos con su unipersonal “Mi hijo, mi mamá y mi cocina”, escrito por el Chino Volpato. En una charla con EDCL, Iliana cuenta como fue este cambio en su carrera, lo que le dijo su papá Juan Carlos Calabró y el riesgo de encarar nuevas propuestas.
– Me llega a través de un llamado de Juan Cantafi, de la productora Ideados. Me contó que estaban muy interesados en que yo lea esta obra, que era para mi. Necesitaban que les de una contestación porque, si bien tenían un plan B, no había mucha gente que la pueda llevar para adelante. Me hablaron del apuro por la contestación y me entusiasmaron con el proyecto. Me contaron como iba a ser el esfuerzo de producción para llevar el mapping para la escenografía del unipersonal. Venía pensando en cambiar y hacer otro tipo de cosas, dedicarme a lo que siempre me gustó. En esos viajes largos, cuando estas sola, se hace este tipo de meditación. Había estado pensando acerca de que iba a hacer cuando volviese, al terminar la temporada de “Que gauchita mi mucama”. Pero bueno, estaba esta inquietud en mi, durante el viaje. Llego a casa y me pasa esto. Era como que Dios me decía “Queres hacer otra cosa? Ahí la tenés”. Fue asi, como muy….
-Natural…
– Si, se dio todo muy natural pero fue muy abrumadora esta respuesta automática. Obviamente, después de leerla, no me quería negar pero tenía un compromiso con la otra productora. Pedí que me liberaran y me liberaron, para poder llevar adelante este proyecto que estaba en carpeta. La idea era que iba a demorar un poco la realización y quería saber para cuando me iban a necesitar pero tenían que empezar ahora para poder arrancar, en temporada alta, en mes de julio y no más adelante.
– ¿Cómo fue trabajar con la multimedia, que haría las veces de escenografía?
– La verdad, podría haber sido más complicado pero yo ya había hecho el “Ratón Perez” que, si bien no tenía multimedia –nada que ver-, son voces grabadas. Entonces ya estaba acostumbrada a manejarme, respetando los tiempos. Esto es fundamental. Entrar exactamente en palabra e intención, en un determinado tiempo que es el que se plantea desde el comienzo y que no tiene después, la posibilidad de cambiarse, o si tiene la posibilidad de cambiarse, sabiendo que ese es el tiempo para hablar. Por eso, ya lo había probado en el Ratón Perez. Aca fue más precipitado, con menos tiempo de ensayo con las voces grabadas. Todo llevó mucho tiempo y recién una semana antes terminamos de grabar las voces. Las escuché dos o tres días antes del estreno. Una trata de tener muy segura la letra porque es un personaje que habla mucho en esa necesidad de hacer catarsis de todo lo que le pasó en su vida. Todos estos repasos que hace de su niñez, de su adolescencia, son de mucha letra y quería estar muy segura.
– ¿Qué te dicen las chicas cuando ven la obra, al terminar? ¿Es diferente la recepción del hombre que de la mujer?
– Si, creo que como ahonda en el mundo femenino, a las mujeres les va a llegar de manera más concreta y definitiva. A los hombres los toca desde otro lugar. Creo que lo más interesante de la obra es que, al ser escrita por un hombre, es la visión del mundo femenino por un hombre. Esto hace, por un lado, busca reivindicar al ama de casa, con su entrega y labor, que aparece, generalmente, escondida. Entonces, por un lado, no es juzgada de ninguno de los dos lados sino que es expuesta. Desde lo que es esta visión masculina, hace que el hombre participe activamente de esta identificación de nuestra femineidad, en el transcurso de la obra. Me ha pasado que, al principio, no había sido vista por ninguna mujer pero si, hombres y todos se divertían con las reacciones. “Uh, asi es mi mujer”, cosas asi, de identificación que se logran, tiene que ver con que las escribió el Chino Volpato. Yo la hago desde mi universo y él la escribe desde su universo, lo cual permite que todo se amalgama. El director también es hombre y ahí hay otra diferencia en el caso que hubiese sido dirigida por una mujer. Entonces, eso hace que la presencia de los personajes masculinos cobren relevancia a lo largo de la obra. Tanto el hijo como el marido, porque yo conté con esa visión directa, que ellos me transmitieron del otro.
– La composición del personaje…
– No es un cliché para nada. A través del texto, puedo conocer a Gloria en distintos momentos de su vida y como los vivía. Con esa historia que se empieza a delinear, con esos flashbacks de la infancia y como se relacionaba con las amigas y su adolescencia, con una líbido exacerbada. Ahora se encuentra mutilada en esto que era tan intenso y tan fuerte y que la movilizaba de una manera particular, hace y genera estos cambios de carácter que me permiten darle esos matices particulares.
Intermedio: sábado de función, un rato antes del inicio de la misma, llegamos a La Casona. Subimos las escaleras hasta el camarín de Iliana. Ella está hablando con un par de fans cordobesas que la vinieron a ver. Nos saluda con una sonrisa y comenzamos con la nota. Iliana tiene esa simpatía que la hizo reconocida por la tele. Responde a todas la preguntas sin inconvenientes pero se emociona cuando habla del amor de los fans y de su papá Juan Carlos Calabró.
-Esta obra, abre una nueva puerta en la carrera de Iliana Calabró?
– Mirá, la carrera siempre fue la misma. Lo único que agradezco es a la productora y al Chino el haber confiado en mi para llevar adelante este personaje porque por ahí, a veces, esto es siempre lo que quise hacer. Nunca o muy poco hablamos sobre esto. Un día, que terminamos como a las tres y pico de la mañana, el Chino nos acercó a mi y a mi asistente a casa, le pude agradecer una vez más el que haya confiado en mi para esta obra. Él me dijo “Y por qué no?”. Con él habíamos hecho “Un soltero con dos viudas”, y ahí tuvimos la chance de conocernos más distendidamente, con asados y reuniones. Pero no todas las veces, en que uno viene encasillado en lo que es el humor, un poco más frívolo, de la mano de la picaresca, entiendo que no es fácil. También se da que en el periodismo especializado y la crítica, que se da esto de tener un prurito de venir a ver este producto por el origen tanto del Chino como del mio y se sorprenden. Ví en las criticas que aparecieron en los últimos días, que hablan en la forma en que se encaró este desafío, con profesionalismo. En mi caso, tengo una formación teatral, de la Escuela de Arte Dramático y que tenía dormido, porque no se daba la posibilidad. A otros les pasó al revés, el haber sido vedettes o actrices que tuvieron esa chance. En mi caso, estuve muy encasillada, quizás por ese personaje que me dio tantas satisfacciones, de la mano de Marcelo –y que sigue teniendo vigencia-, que es esa Iliana cantante –como yo la llamo-. La gente lo compró y lo sigue queriendo pero yo, como lo he dicho, soy actriz. Los desafíos que se me fueron presentando, ya sea en la conducción, con los niños o en el Cantando, los asumí desde el lugar de la actriz. O sea, una actriz que está jugando un rol de conductora, de un infantil o de una cantante. Una star de la canción con características muy histriónicas y muy particulares, teniendo en cuenta el desvalor de la voz. La gente me sigue acompañando y todavía hay un prejuicio a la hora de aceptar esto. Esta obra me permite llegar a la gente con un producto que, aparte de entretenerlos (porque no pierde el tono de comedia), les deja algo. Este tipo de historias te llegan al corazón desde distintos lugares y te dejan con una reflexión sobre muchos personajes que nos rodean y tenemos tan cercanos. En toda familia, hay alguien que se hace cargo de los enfermos. O de la madre con el hijo, la esposa con el esposo. Me parece que este espacio para la reflexión es importante que se lo tenga. Y desde el teatro, es el mejor lugar y más aún desde el humor.
-Crees que el periodismo es un poco cruel con vos al encasillarte? Digo, más que nada, porque sos Iliana Calabró…
– Por ahí, me parece que son reticentes a venir, a dejarse sorprender. Lo comprendo pero me gustaría que se permitan lo mismo que ocurrió cuando encaré lo de los niños con “Ratón Perez” y tuve las mejores críticas. O como cuando encaré mi período de exhibicionismo cuando fui vedette y tuve las mejores devoluciones. Y eso que venía con todo el preconcepto de “la que canta mal” y pude revertir una situación, más allá de las dificultades vocales. Si me mando en esta, es porque sé que puedo hacerlo y que tengo las herramientas para llevarlo adelante. No lo haría si no me sintiese capacitada. Pero desde el comienzo y por las características del personaje, sentía que era la posibilidad de llevar adelante una tarea que no es para nada fácil como es la de un unipersonal y el poder mantener el ritmo y la tensión de los altibajos emocionales asi como el gasto físico. Las dos funciones son agotadoras. Ahora, un poco más allá de las horas que ensayo las canciones para presentar en el Cantando, lo capitalizo aca porque me da una seguridad vocal que en otro momento, no tenía. Más allá de eso, me cuido y hago un ahorro de energías. Desde que empecé con este proyecto, he dejado de ir al gimnasio porque toda mi energía es entregada en cada función.
-¿Qué te dijo tu papá?
-Ahh, mi papá es tan…Ya vino tres veces a ver la obra y tres veces lloró. El día del estreno se largó a llorar de una manera…. Una emoción, que no podía hablar! Subió al escenario y me dijo “Hija, antes vamos a hacer una humorada, a ver qué aprendió, que le enseñaron en el Conservatorio”. Después, no podía hablar porque no sabía nada. No le había contado absolutamente nada y quedó sorprendido y anonadado por el recorrido que vio arriba del escenario. Si bien él no es muy asiduo para salir (si bien, vio unipersonales de colegas) pero este tiene algo especial. Primero, con la incorporación de la tecnología, le da un tinte más novedoso. Después, con una historia sencilla y realista, se puede alcanzar otra dimensión con estos vuelos. La gente entra en la convención y le es más natural. Todo fue muy trabajado para darle un eje y un hilo conductor. Fundamentalmente tiene que ver con Reynaldo Alcaraz, la propuesta de los pequeños matices. Palabras que resuenan en su historia que, quizás sean imperceptibles pero que cobran valor. Ese es el caso del teléfono. Los pocos elementos que hay, son contundentes. El teléfono con el cual lo vio al marido y se entera la infidelidad. El teléfono, que es el medio de comunicación ahora, con ese ser amado –porque lo sigue amando-. Cada vez que aparece el teléfono…Esta mujer, que no tiene mucho contacto, pasa mucho tiempo con ese teléfono. Es querido y odiado a la vez porque es su conexión con el afuera.
– Es casi un personaje.
– Si, es casi un personaje. Hasta tendría que estar animado por lo que es la concepción del espectáculo. El televisor, la radio…todos estos elementos son sus compañeros de vida, con los que se interrelaciona en todo momento. Y es lo más natural para ella, hablar con la televisión. Asi como lo fue la imagen del Tano Pasman con el partido, que le hablaba y todo eso. Son cosas naturales pero descubrirlos en otra persona, permite sacarlos afuera y permite cierta distancia aunque te estas reconociendo a vos mismo. O las señoras mayores, que hablaban con las radios. “Este hombre..viste vos?”. Eran su compañía de cada día. Entonces, esas cuatro paredes que para esta mujer son ese espacio físico que atraviesa su vida, es una especie de confesionario donde va y cuenta sus problemas. Es como los juguetes con los niños, como Toy Story. A través de un realismo costumbrista, atraviesa con su relato, distintos géneros. En un momento, es tragicómica porque está en el medio de un drama y la gente se mata de risa.
-Si no eras actriz, ¿qué hubiese sido de tu vida?
– Actríz! Creo que, más allá de lo que uno elige, lo que uno lleva adelante y las posibilidades, no hubiese podido ser otra cosa. Por mi forma de ser, si me hubiese tocado ser otra cosa, hubiera ido por la versión más acabada de eso. Lo que me gustaba hacer era Diplomacia, como carrera. Estudiar Abogacía o Ciencias Políticas, carreras que me permitiesen llegar a la diplomacia. Más que nada, esto de las relaciones públicas a nivel internacional. Pero, sin duda, en algún momento, hubiese tenido que pasar si o si por esto, porque es la necesidad de expresar a través de uno y expresarse. Parece muy distante pero no lo son, una carrera de la otra. Ambas tienen que ver con el otro y servir a lo que son las relaciones humanas. No están tan distante aunque en un principio, mi papá me dijo “Que querés ser? Esto o actriz?”. Y le dije que quería ser actriz. Es lo único que vivía en mi. En aquella época, nosotros escuchábamos mucho a los padres. Eramos influenciables, hoy en día no es asi. Un chico quiere hacer tal cosa y la hace. Aunque te opongas, van por eso y no le prestan tanta atención. En mi época era distinta.
– ¿Cómo ves ahora lo que fue tu explosión mediática, con Marcelo Tinelli?
– La verdad, lo veo como una bisagra. Una posibilidad que se me brindó de demostrar todo mi potencial dentro de lo que es el humor y el histrionismo, con una libertad creativa absoluta. Nadie me decía por donde ir…. aunque algunas veces lo decía pero no salía con la frescura que se requería. Después, no conté más nada y confiaban en mi. Lo mejor era sorprenderlo a Marcelo delante de las cámaras, con la libertad absoluta de proponer y crear. Salvo algunos lineamientos generales, va todo a sorpresa.
– ¿Cómo te llevas con la popularidad?
– Me encanta! Me gustaría tener más tiempo con mis fans. Hoy vinieron dos fans de Córdoba. Viajan mucho para verme. Vos lo viste recién! Los osos, las flores, las cajas, los regalos. Está muy bueno recibir estas demostraciones de afecto aunque a veces me enojo porque no hace falta tanto. Con una carta, ya está, un dibujo, un collage. Es suficiente. Me encanta y me gustaría tener más tiempo. Trato de hacer lo que puedo.
-Si por esta puerta, entrase la Iliana Calabró que recién empezó a estudiar teatro, qué le dirías?
– Le diría que nunca baje los brazos. “Vas a poder llevar adelante todos tus sueños. De vos, depende”.
“Mi hijo, mi mamá y mi cocina”. Teatro La Casona. Av. Corrientes 1975. Jueves y viernes a las 21hs. sábados a las 21 y 23 hs y domingos a las 20hs.