Efimero y eterno
Si, califiquelo como quiera estimado lector. Un oximoron o uno de los tantos aforismos del rabino Bergman aunque con mucho más contenido, sensibilidad y lógica que lo de Sergito (“Sergio, atá lo hamud…”). Las presentaciones de El Diablo en la Boca, el combo integrado por Maia Mónaco y Mariana Pereiro en voces, y Alejandro Oliva y Gabriel Spiller en percusión y dirección con señas, tienen esa impronta. Música basada en voces y percusión que se crea a través de la improvisación. Por eso, el carácter efímero del acto de creación propio de un momento que no se repetirá pero que será eterno para quienes lo hayan presenciado. No es de esos espectáculos que uno los olvida y esto va más allá de la calidad interpretativa sino a lo novedoso que puede resultar para los oídos vírgenes en estos menesteres. Acostumbrados a saber que hay una lista de temas con arreglos en determinada nota, el público se llevará la gran sorpresa desde el mismo momento en que se apagan las luces. Suenan voces en distintos registros que en el comienzo, recrearan un ruido selvático, pudiendo ser la banda de sonido exacta para una eventual musicalización del libro “Cuentos de la selva” de Horacio Quiroga. De esta manera, se inicia un recital que también será una performance por sus propias características de único e irrepetible.
La pasión y energía con que suenan los instrumentos permitirá el inicio de un viaje sensorial donde la música será la guía del mismo. La percusión sonará de diferentes maneras pero siempre con un marcado acento africano, en la búsqueda de armonías especiales transformando a las canciones en sets interpretativos de alta riqueza. Y si digo sets, no se asuste, estimado lector, porque no es una rave con DJ’s aunque bien podría tener cierto similitud en dicho concepto. Las voces de Maia Mónaco y Mariana Pereiro suben, bajan, permanecen y dibujan sonidos en el espacio, creando melodías atrapantes para el oído atento, lejos de lo que sería el formato canción, tal como es conocido por todos. El ritmo, el groove atrapante hará que se muevan las cabezas al tiempo que las voces harán lo suyo desde los diferentes lugares sonoros.
El Diablo en la Boca suele tener invitados. Esta ocasión contó con Victoria Zotalis en voces y Ezequiel Finger en vibráfono. La voz de Zotalis brindó otro matiz vocal a las reconocidas virtudes interpretativas de Mónaco y Pereiro al igual que Finger abrió otros horizontes con el vibráfono, enriqueciendo aún más la propuesta de EDELB. De esta manera, se puede viajar desde sonidos de la India hasta un blues, pasando por un gospel o una vidala, sin escalas pero con una cohesión admirable. Nada se programa, todo sale de lo que el momento disponga, con los instrumentos a disposición para hacer música.
La presentación del disco “Visiones” fue la excusa para esta presentación que se repetirá en los próximos días que, obviamente, estaremos informando. El disco intenta captar en un formato que congela el tiempo, parte del proyecto completo de EDELB y brinda un buen pantallaza de lo que es la banda en vivo.
El Diablo en la Boca es una experiencia musical rica y poco vista realizada con calidad y pasión, por lo que vale la pena apreciar este proyecto por primera vez o repetir el viaje sonoro hacia nuevos horizontes la próxima vez que se presenten en algún reducto de Capital