Más allá de la pareja
Dramaturgia: Josep María Miró. Paula Ransenberg y Claudio Tolcachir. Diseño de luces: Ricardo Sica. Adaptación de escenografía y vestuario Gonzalo Córdoba Estévez. Fotografía: Fabián Pol. Video: Nicolás Pol. Asistencia de dirección: María García de Oteyza. Producción: Maxime Seugé y Jonathan Zak. Dirección: Corina Fiorillo.
Teatro Timbre 4. México 3554. Jueves, 17 hs y domingos, 19 hs.
Nacho y Victoria se quieren y desean apostar al futuro. Como toda pareja bien constituida, seguirán todos los pasos para poder ser parte de la sociedad moderna, occidental y urbana. Pero ¿qué pasa cuando el axioma de “pertenecer tiene sus privilegios” se resquebraja? Todas las parejas han atravesado crisis con respecto a situaciones de tensión. Momentos donde se pone en juego los límites del amor entre ambos. Dicen que mudarse, separarse y perder un trabajo son causas de stress. Algo indudable pero el texto de Josep María Miró puede tomar a esta pareja como la punta de un iceberg mucho más profundo, serio y complejo.
Ellos son esa pareja perfecta donde todo está en su lugar. Se aman, tienen un trabajo estable, en especial Victoria que es RR.HH de una importante empresa. Ahora, desean progresar en sus vidas con un proyecto de vida, por lo cual deciden cambiar de aire. Lo que puede ser algo absolutamente lógico en la coyuntura actual como es el deseo de mudarse a un barrio privado por motivos de seguridad –esto lo decimos con cierta ironía porque no todos pensamos lo mismo-, es el primer paso de un “tour de forcé” de tensión constante que atravesará mes por mes el año de convivencia juntos en el nuevo nidito de amor.
Antes de proseguir y que muchos/as viertan algún juicio de valor al respecto, me gustaría saber cuantos/as fantasearon con una vida similar o se sintieron identificados con sus propias existencias.
Ahora si, prosigamos. Lo primero que surgen son interrogantes que casi todos los que hemos estado en pareja hemos atravesado. ¿Estamos preparados para afrontar una crisis? ¿Dónde queda el amor en este entuerto? Porque, pareciera, que el amor no es suficiente si alguno de los miembros de la pareja cae en desgracia. Como si se exacerbaran los prejuicios e ideas preestablecidas desde tiempos anteriores a la misma. Todos, afectando a los componentes de una dupla que, en un punto, parece un tren que avanza pero sin destino determinado.
Será el trabajo de dirección de Corina Fiorillo un punto fundamental en un texto fuerte y contundente en sus planteos. Tener una actividad remunerada y/o su carencia en medio de una familia que necesita el dinero como el aire para vivir. El “Money…can’t buy me love” solo queda para las canciones mientras que la realidad pide el tener y parecer como condición sine qua non de pertenencia. Eso si, uno querría saber cuales son los privilegios que implica ese pertenecer tan mentado, más allá de cualquier cuestión simbólica. Es el replanteo con respecto a leyes no escritas como el tener un hijo, un status social acorde y un trabajo que permita sostener a los dos primeros.
Todo esto, sin contar que es potenciado por la misma sociedad que exige posturas que van en contra de sus propios preceptos. Por ejemplo, la relación con un “otro” y “lo desconocido” cae en ese lugar de miedo y paranoia en plena lucha con la comprensión y el respeto a quien no ha sido favorecido por la coyuntura. Un “otro” que podrá ser un peligro -Sergio- o como alguien carente de todo valor –Pato-.
El texto es excelente en tanto aborda problemáticas de las cuales es muy difícil salir si no se pone en duda algunos de los basamentos de la sociedad moderna. Será donde palabras como “ética”, “moral” se meten en el medio. El complejo de “conciencia limpia” de Victoria y su “cumplí órdenes” se asocia de manera inmediata con otros individuos que realizaron los más pérfidos actos en la historia de la humanidad solo porque se lo ordenaron. De ahí a las ideas de Hannah Arendt, hay un paso y el monstruo puede ser tu propio vecino. Por este motivo, se lo puede linkear con alguna cuestión política en tanto ambos representarían hasta dos modelos contrapuestos. Los matices de ambos discursos que obligan -al espectador- a tomar cierta postura…..hasta diría moral. La forma en que se maneja el discurso -a través de Rasenberg- es excelente.
La sala grande se transforma en el living de la casa de Victoria y Nacho, teatro de operaciones de los hechos. La dirección de Corina Fiorillo es de calidad. Su sapiencia permite el desarrollo armónico de los acontecimientos. Sin prisa pero sin pausa, pero con la contundencia que amerita cada momento con escenas de fuerte contrapunto. Sólido Claudio Tolcachir con su Nacho, al que dota de cierto idealismo mezclado con la inocencia de quien no quiere resignarse a perder algunos valores. En cambio, Paula Ransenberg demuestra por enésima vez porqué es una de las mejores actrices de la actualidad. Pasea a su Victoria por diferentes estados, siempre con exactitud y sensibilidad, en sus mínimos detalles.
“Nerium park” toma por asalto a la platea para instalar una serie de interrogantes por demás desagradables y necesarios, de una sociedad caníbal de la cual, somos silenciosos cómplices acatando sus dichos. Imperdible puesta para ver más de una vez y debatir lo postulado en relación con una coyuntura con la cual calza con lamentable precisión