“Repatriados” en el CCK. Lo clásico y lo moderno. La tradición y la contemporaneidad.

Por Cecilia Inés Villarreal

Entrar al Centro Cultural Kirchner es ingresar a un espacio de 100 mil metros cuadrados. El antiguo Palacio de Correos y Telégrafos tiene una arquitectura deslumbrante y es un universo de múltiples propuestas culturales. Sus escalinatas, su “ir y venir” de personas como si de abejas en una colmena se tratara, describe de manera perfecta lo percibido el domingo a la tarde. La avidez del público por disfrutar contenidos de manera gratutita y de calidad era más que palpable.

La ocasión para visitar este edificio emblemático fue asistir a la primera edición de la gala de ballet denominada Repatriados. Este evento convocó a bailarines argentinos de diferentes partes del mundo. El responsable de este encuentro de danza fue el bailarín Patricio Di Stabile (Le Petit Prince World Tour 2024-2025) –foto de abajo-, quien además es el director y coreógrafo de dos obras nuevas, con música compuesta por Silvina Rouco y Majo Chicar. El pasado domingo brindaron dos funciones: a las 17 y a las 20 horas. El programa incluyó “pas de deux” del repertorio clásico, coreografías neoclásicas de John Neumeier y obras nuevas creadas especialmente para el evento.

El público va subiendo al 2° piso, en busca del Auditorio Nacional, cuya capacidad es de 1750 espectadores. Es una de las salas sinfónicas más importantes del mundo y su acústica es excelente. La expectativa era tan alta que la fila para entrar a la Ballena (nombre por el cual es conocido el Auditorio) se asemejaba a un caracol gigante que se movía cansinamente.

Se penetra finalmente en sus profundidades como Jonás con una espera ansioso y mayormente en silencio. La concurrencia era similar a la del Colón porque, ante el mínimo sonido de un celular, se escuchó a alguien decir “¡Celular!”. Esa llamada al orden fue más que suficiente. Presenciar un hecho artístico requiere de ciertas pautas de convivencia. Es una ceremonia de respeto, concentración y de quietud. En una de las escenas del filme «Billy Elliot», el protagonista es interrogado sobre lo que sentía al bailar. Su respuesta es tan sólo un sustantivo susurrado: “Electricity” (Electricidad). Esa corriente de calor y de pasión atravesaba el aire durante la gala.

Comienza la función. En el auditorio cetáceo se respiraba familia, orgullo y argentinidad. Un señor que estaba sentado en la tercera fila, levantaba los brazos en V, como si quisiera abrazar a su hijo, nieto o sobrino que había bailado y que estaba saludando con una reverencia.

El cuerpo de bailarines estaba compuesto por Patricio Di Stabile, Lucas Erni  (solista, Ballett am Rhein Dusseldorf – Ex solista, San Francisco Ballet); Matías Oberlin (primer bailarín, Ballet de Hamburgo), Paloma Livellara ( ABT Studio Company, ganadora del Prix de Lausanne), Camila Ferrera (American Ballet Theater), Azul Ardizzone –foto de abajo-, Emiliano Torres  (Ballet de Hamburgo), Bárbara Brigatti  (Ballet de Portugal), Jiva Velázquez (Ballet Estable Teatro Colón), Ida-Sofia Stempelmann (Ballet de Hamburgo, Alemania, pareja de Emiliano Torres), Andrea Pollini  (Ballet del Teatro San Martín) y Juliana Savioli  (cantante, influencer, bailarina). Hubo además bailarines invitados que pertenecen al Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín.

Una de las sorpresas del show para el público versado en las artes performáticas fue la participación especial de Maricel Di Mitri (maestra y ex-primera bailarina del Colón) junto a Leonel Galeppi López. El niño caminaba con determinación hacia el escenario. Este pequeño gran bailarín fue elegido para la Escuela Nacional de París.

Los aplausos ante la destreza, el donaire; los vítores y la ovación de pie fueron abrumadora. Era una comunión de afecto entre el público y los artistas que dejaron todo sobre el espacio escénico de 250 metros cuadrados. Nadie quería abandonar el vientre cálido de la Ballena. Hacía diez años que estos bailarines no pisaban suelo argentino por los exigentes compromisos laborales en Europa y en Estados Unidos.

“Repatriados” fue una experiencia inolvidable de entrega y alma en movimiento de estos jóvenes que triunfan en el mundo y dejan bien alta la vara. Las palabras de agradecimiento y las lágrimas del público ante el talento exhibido fue el broche final del espectáculo. Aún al escribir estas líneas, me palpita el corazón de alegría al recordar cada instante de la gala. Esto significa que el hecho artístico cumplió su propósito: mover, estremecer cada fibra íntima y quizás lanzar una semilla promisoria. Una de las nenas del público, como si se tratara de un juego, había hecho un giro y una reverencia elegante a un público imaginario, tras el cierre del show. Quien sabe si esta nena se dedique a la danza o quizás no.

Un dato importante y una muestra de generosidad y profesionalismo es que hoy lunes a las 13 horas y a las 15.30 horas, los bailarines dictaron clases magistrales abiertas a estudiantes de danza clásica de nivel intermedio. La primera clase fue dictada por Patricio Di Stabile y la segunda estuvo a cargo de Lucas Erni –foto de abajo-.

La propuesta busca que jóvenes bailarines con carreras internacionales compartan conocimientos y experiencias con estudiantes que se están preparando para ser bailarines profesionales, mediante diferentes dinámicas y estilos, sin olvidar del lado artístico. Se planea trabajar la técnica y al mismo tiempo lograr revelar la personalidad de cada bailarín como individuo.

Buen trabajo, chicos y ¡muchísimas gracias por el arte!

Programa

I. “Las llamas de París” (8 min)

Intérpretes: Camila Ferrera, Lucas Erni. Coreografía: Vasily Vainonen. Música: Boris Asafyev

II. “Romeo y Julieta, pas de deux en la habitación” (8 min)

Intérpretes: Azul Ardizonne, Emiliano Torre. Coreografía: John Neumeier, cortesía John Neumeier Foundation

III. You turn me on, I am a radio (2 min)

Intérprete: Paloma Livellara. Coreografía: Christopher Wheeldon

IV. “Simple song” (4 min)

Intérpretes: Matías Oberlin, Emiliano Torres. Coreografía: John Neumeier, cortesía John Neumeier Foundation

V. “Mente” (11 min)

Intérpretes: Patricio Di Stabile, Jiva Velázquez, Paloma Livellara, Lucas Erni, Azul Ardizzone, Caterina Stutz, Juliana Savioli, Andrea Pollini y grupo bailarines invitados estudiantes del Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín. Coreografía: Patricio Di Stabile, en colaboración con todos los bailarines. Compositores: Majo Chicar y Filippo Dellamea. Cantante: Majo Chicar

VI. “Muerte del cisne” (4 min)

Intérprete: Bárbara Brigatti

VII. “Preludes” (5 min)

Intérpretes: Emiliano Torres, Ida-Sofia Stempelmann. Coreografía: John Neumeier, cortesía John Neumeier Foundation

VIII. My one and only (2 min 30 s)

Intérprete: Camila Ferrera. Coreografía: George Balanchine, cortesía The Balanchine Trust

IX. “Piezas al piano” (10 min)

Intérpretes: Bárbara Brigatti, Patricio Di Stabile, Maricel De Mitri, Leonel Galeppi. Coreografía: Patricio Di Stabile. Música original y piano en vivo: Silvina Rouco

X. “Sylvia, Pas de deux final” (10 min)

Intérpretes: Matías Oberlin, Ida-Sofia Stempelmann. Coreografía: John Neumeier, cortesía John Neumeier Foundation

XI. “Pas de deux de El Corsario” (11 min)

Intérpretes: Paloma Livellara, Lucas Erni. Coreografía: Vasily Vainonen. Música: Boris Asafyev

XII. “Coda final y saludo” (3 min)

Duración total: 80 min

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio