Aguafuertes porteñas: #14JNoAlTarifazo

En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.


El aumento de tarifas en los servicios públicos fue un golpe muy fuerte al bolsillo del ciudadano. Más allá de las pobres excusas –porque ni siquiera llegan al status de “explicación”- esbozadas por algunos integrantes del gobierno encabezado por Mauricio Macri, del blindaje mediático con el que cuenta el Presidente Mau -mote aplicado por la gran filósofa argentina Susana Giménez- y la ceguera/complejo de clase de cierto “argentino-clase-media” que vive deseando ser de clase alta mientras gira alrededor de su ombligo, se realizó una convocatoria para manifestarse en distintos puntos del país en contra del denominado “tarifazo”. El mismo aumento de tarifas al cual no saben que cara poner los votantes de Mauri ya que, a la gran mayoría de ellos, les cayó un incremento que les hizo tambalear –y hasta derribar- su propia economía.


La cita era el jueves 14 de julio, a las 20 hs, en diversas esquinas y plazas del país, bien explicadas a través de las redes sociales. De más está decir que hubo muy poca difusión desde los medios de comunicación “independientes”. El atentado en Niza, Francia ocupó la mayor parte de los titulares a lo que, seguramente, seguirá la “correcta” condena al terrorismo, la franja negra en la bandera de Francia, pero sin conmoverse de la misma manera cuando las grandes potencias bombardean y ocupan otros países en nombre de “la paz” y “la democracia”. En la tierra de los iguales, algunos son más “iguales” que otros.



Era la idea de este cronista partir desde Floresta con destino al centro, con el colectivo 5 u 8 para atravesar los puntos neurálgicos de la protesta. Debido al pesimismo no exento de bronca que me invade desde hace tiempo, pensé que el trayecto iba a ser tranquilo. Me quedé trabajando en el bar Rincón de Amigos (mi “Café Madrid” –La Mississippi dixit-) hasta que, a las 19.50, diez minutos antes de la hora señalada, empezaron a sonar las cacerolas.


Una lluvia tenue pero muy molesta era el contexto para que la esquina de Av Rivadavia y Mariano Acosta se llene de gente. De a poco pero con un número que superó mi pesimismo, los manifestantes fueron ganando la calle. Hombres, mujeres y niños se congregaron para “cacerolear” o “hacer ruido” –según el cristal con que se mire- ante la solidaridad casi inmediata de automovilistas, taxistas y colectiveros que hicieron sonar sus bocinas, sin tirar el vehículo a ninguno de los manifestantes porque “tu corte de calle no me deja trabajar”. Inclusive, desde un coche, se abrió un techo para que una chica aparezca batiendo una de teflón como si fuera John Bonham haciendo “Rock and roll” de Led Zeppelin.


Una bandera de la Multisectorial Contra el Tarifazo brillaba con luz propia, como organizadora de toda la movida. Con Rivadavia cortada y varios carteles mostrándose con la intensión de pasar a la posteridad en alguna nota periodística, twitter o perfil de Facebook, ardían algunas cajas sobre la esquina de Segurola y la avenida. Algunos muchachos se juntaron alrededor de la fogata mientras algunos “tres tiros” retumbaron en el cielo lluvioso de la ciudad. Esta situación me llevó automáticamente al comienzo del verano del 2001 lo cual no fue de mi agrado…

Con muy pocos uniformados a la vista –de civil, es otra cosa-, el tránsito se autoreguló de tal manera que hubiese sido la envidia de Adam Smith.


De repente, se empezó a caminar por Rivadavia con dirección a Liniers. Aturdido por esos recuerdos, le digo a una chica de pelo corto que había estado charlando conmigo “El Obelisco y la Plaza de Mayo quedan para el otro lado…”. Responde con tono severo  “Estamos yendo a Edesur”. El raid era marchar por Rivadavia hasta Lacarra y bajar hasta la sede de la empresa de electricidad, ubicada en la esquina de Juan Bautista Alberdi y Lacarra.

En esas cuatro irregulares cuadras de distancia (de Mariano Acosta a Lacarra), se percibía la necesidad de manifestar el enojo (que no es lo mismo que “descargar bronca”). Algunos están más curtidos en esto de “marchar” en tanto que otros hacen malabarismos para hacer ruido y sostener su paraguas.

A diferencia de otros encuentros “tefloneros”, los rostros eran de disgusto pero no de ira. Muchos niños participaron de la marcha asi como adultos mayores. La gente hablaba y se expresaba. Se ven dedos en V como pancartas con distintas críticas al modelo –si, mal que les pese el término, hay otro “modelo” ahora- que hoy rige los destinos del país, elegido por sus habitantes en elecciones presidenciales.


Cualquier elemento que hiciese ruido se lo hacía sonar. Un poste de luz, una botella de plástico o inclusive los contenedores de la basura.

No obstante, al llegar a Lacarra, otro punto de encuentro de la Comuna 10, un buen grupo de gente se unió a la columna que venía de Mariano Acosta. La detención se prolonga por una buena cantidad de minutos. En la esquina de una cadena de farmacias, había una mesa del MST con el hashtag #ChauAranguren en sus volantes, enfrente, en el vértice de Olivera y Lacarra, una bandera del PO imponía su roja presencia.

Se dejaba pasar a un automóvil y a una ambulancia al tiempo que los vehículos que venían desde Liniers, doblaban en Olivera al tiempo que sus bocinas se unieron a la acústica de la marcha.

De a poco, empezaron a sonar algunos cánticos en contra del Mr Burns que ocupa el Sillón de Rivadavia al tiempo que se iniciaba el camino hacia Edesur.


La lluvia no amedrentó a los manifestantes. Tras descender por Lacarra hasta Juan Bautista Alberdi, al llegar a la sede de Edesur –la cual está tapiada/cerrada desde hace años y cuenta con una pequeña puerta para el ingreso de los contribuyentes en horario de atención al público-, se produjo otra escena digna de un flashback por demás nefasto. Una cierta cantidad de manifestantes se acercó a los tapiales de Edesur para golpearlos con sus cacerolas….

En una de las paredes dispuestas para “proteger” la fachada de Edesur, se leían algunos volantes que decían: “Sr Usuario: La empresa italiana ENEL concesionaria de EDESUR, vino con el único fín de precarizar aún más el servicio, sin ningún tipo de inversión y con tarifas del 600% de aumento. Todo este dinero donde está yendo a parar? Quien controla a la empresa y a sus inversores? Los únicos perjudicados de esta situación somos los usuarios y los trabajadores. Rehenes de estas empresas que solo buscan recaudar y llevarse la plata al exterior. No lo permitamos!!!”


En la esquina de Edesur, un grupo del sindicato Luz y Fuerza, con sus uniformes de trabajo y percusión acorde al momento, esperaba a los manifestantes. Nuevamente, la adhesión de los automovilistas era apreciable. Solo un señor intento gritar algo desde la puerta de un colectivo pero no pasó nada.

Se grita el disgusto a viva voz y los canticos vuelven a sonar, como los hits de la noche. Ante la lenta desconcentración, se retoma el mismo camino de ida, apreciándose el éxito de la convocatoria, al menos en el barrio de Floresta -comuna 10- en dos de sus puntos de encuentro como Rivadavia y Lacarra y Rivadavia y Mariano Acosta.

Una fotógrafa me dice que habrán participado unas seiscientas personas. Lo tomo como un buen número teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, en el primer párrafo de este artículo.


En el camino de vuelta, me topo con los afiches pegados en un negocio desocupado en la esquina de Mariano Acosta y Rivadavia. Elocuentes y claros, con el trazo artesanal de un marcador, son perfectamente conscientes de lo que hablan desde el momento que hay un hincapié en el “apaga la tele” para “salir a la calle, por nuestros derechos”.   


¿Estará cambiando la mano tras siete meses de haber votado una opción ligada a un mix de suicidio “alegre” con un masoquismo de clase?

En un momento, a las tres personas con las que hablé en la marcha, les pregunté ¿Cuántos de los que están hoy acá, votaron a MM? Este modelo de exclusión fue elegido. No hay que olvidarse de esto. Se lo eligió para que lleve un plan que recorta derechos y garantías obtenidos a través de los años. Te dijeron que ibas a “vivir mejor” pero ahora afirman que vivías demasiado bien. ¿Cómo es eso de tener una casa calentita a la cual llegar después de trabajar? Nada de eso. Te pones cinco pulóveres para ahorrar energía ¡y dá gracias si tenes trabajo! Después, bajá la cabeza y ponete el chip del empleado del mes para ser un obsecuente y sumiso cumplidor de ordenes. El famoso “Le pertenezco” que solía decir Gianni Lunadei con su personaje De la Nata, ha quedado reducido a la nada frente al pedido de perdón de Adolfo Prat Gay a los inversores españoles y los disparates de Mauri y la «angustia» que causó la Independencia del país de sus conquistadores.


Para finalizar, dejamos aquí el link de Nace 1 Derecho, para las consultas sobre las impugnaciones al tarifazo. http://nace1derecho.blogspot.com.ar/2016/06/impugnaciones-al-tarifazo-preguntas.html?m=1

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