Sebastián Volco: “La búsqueda pasa por decir algo valioso y de una manera poderosa”

Hiperactivo a nivel creativo y con la búsqueda constante a flor de piel, Sebastián Volco es de esos músicos que no para. Se reinventa disco tras disco fusionando rock, tango y música clásica. Tal es el caso de su último trabajo “Living inside” realizado 99% en piano y sutiles pinceladas electrónicas. Desde Francia, Volco da cuenta de su versatilidad en una charla donde no hubo tema sin tocar.


-Sebastián, ¿cómo se género “Living inside”?
-Nunca había grabado un disco de solo piano a excepción de un experimento que hice  para mi disco “Chanson du Décervelage” (“Canción del  descerebrado”) en donde toco once versiones del himno Patafisico de Alfred Jarry, dirigido por Pablo Dacal e inspirado por una botella de absenta. En estos siete años viviendo en Francia, mi relación con el piano se hizo aún más profunda y se empezó a cristalizar la idea de hacer un disco de música original mía solo con el piano. Mi regreso a Buenos Aires en febrero 2020 para visitar amigos y hacer un concierto, el fin de una etapa con la Orquesta Metafísica y el Covid19 en el horizonte dibujaron el escenario propicio para que me ponga a cranear este proyecto y realizarlo.

– ¿Siempre lo pensaste “instrumental”? Pregunto porque venías con letras fuertes como “Salvese quien pueda”, “Bombas para celebrar” y “Naufragar”.
– Si. La idea era hacer un disco instrumental solo con el piano. Una obra que hable en el idioma universal de la Música, sin necesidad de pertenecer a ninguna tribu o nación para entenderlo y disfrutarlo. A diferencia de “Living inside”, en “Civilización Demonio”, el disco en donde están esas canciones que mencionas, hago un guiño a mis primeros trabajos en la tradición del rock nacional argentino con un fuerte contenido social y político, además de surreal. 

-¿Cuánto tiempo te llevó hacer el disco? ¿Quedaron temas afuera?
– Lo grabé en un día. De alguna manera me llevó muchos años de trabajar, estudiar y vivir experiencias, para poder sentarme frente al piano y realizar este disco con coherencia, exponiendo mi corazón sin artificios. De la sesión de grabación tengo seis horas de música que son muchísimas tomas y temas. Por supuesto que quedaron muchos afuera, que serán parte de otros proyectos seguramente.

-¿Cómo fue la selección de los temas y el proceso de producción?
-Fui al estudio con muchas ideas de cómo este disco debería ser. La música que estuve tocando en Europa estos años, en shows, pruebas de sonido, además de una selección muy grande de temas que compuse especialmente para este proyecto. También hay viejas canciones que readapte y transforme en instrumentales y versiones de temas más  complejos que serán parte de otro próximo disco en el que estoy trabajando más en la línea de la Orquesta Metafísica de alguna manera.

– ¿Cuál fue la inspiración para el arte de tapa?
– Fue el resultado de muchas conversaciones con la artista gráfica y fotógrafa Lola García Garrido mientras estábamos atravesando la parte más dura de la cuarentena, ella en Madrid y yo en Ginebra. Nos empezamos a imaginar un mundo menos habitado por humanos en donde los animales se aventuraban a moverse más libres por el mundo. Por eso se ve a un pájaro tropical volando en un clima nórdico frío.
Al volver de Buenos Aires en febrero de este año, nunca pude llegar a mi casa en las afueras de Paris y termine en un cuarto muy pequeño en Ginebra. Era surreal dar un breve paseo por el casco antiguo de esta ciudad donde normalmente sus callejuelas están plagadas de turistas. Caminar en soledad por esas calles rodeado de casas de siglos pasados fue una experiencia mágica, misteriosa e inspiradora que influyo mucho en el concepto del disco en general.

– “Living inside”, con su ambiente reflexivo y vos solo, con tu piano pintando melodías, ¿fue la continuación necesaria a la vorágine de “Civilización demonio”? Además, cuadra perfectamente con el cuadro del aislamiento por el Covid-19.
-Si. Fue la continuación necesaria de “Civilización demonio” y también de “Hipnotizados”, el último trabajo de la Orquesta Metafísica que presentamos hace un año y medio en Paris. Fue un timonazo conceptual. Trabajar con otras personas donde se comparte la toma de decisiones es muy interesante y constructivo pero a la vez cansa y no permite desarrollar una obra más cruda y directa a nivel emocional. Tenía la necesidad de hacer algo totalmente solo y el aislamiento fue ideal para editar y darle el sentido final a “Living inside”.

– Estuviste en Buenos Aires en febrero tocando, justo antes de la pandemia. Con la cuarentena mediante que estiró y cambió –por decirlo de alguna manera- la noción del tiempo, ¿cómo recordas la presentación de The Volco Experience en Hasta Trilce?
Fue un regreso, una emoción grande volver a Buenos Aires después de tantos años en Europa. Reencontrarme con amigos, el público y compartir el escenario con Fernando Samalea, Pat Coria, Salvet, Mariano Malamud y Michelle Bliman. Hice un repaso de mis trabajos con la Orquesta Metafísica en nuevas versiones, temas de “Civilización demonio”, viejas canciones de mis primeros discos de rock, algunos tangos, y una canción de Tanguito (el pionero del rock nacional). Cerramos con “Imagine” de John Lennon a modo de conclusión. Ya teníamos programada una gira para septiembre de este año pero obviamente tuvimos que suspender y repensarla para 2021.

– Muchos músicos de rock terminan llevando sus carreras al tango. ¿Por qué se da esta situación?
– Me parece que suceden dos cosas. Por un lado, el tango puede funcionar como una salida de trabajo en apariencia más concreta que el rock; en segundo lugar, el rock en términos generales ha sido totalmente bastardeado y asimilado como parte del establishment. Se venden ojotas, créditos bancarios, autos, alfajores o packs de vacaciones al ritmo del punk, pop o rock. Es muy difícil encontrar hoy en día artistas que tengan algo para decir  y que utilicen al rock como herramienta de expresión. Es posible que, acercándose al tango, algunos  puedan encontrar aire fresco o nuevas inspiraciones.
En mi caso, no me caso con ningún estilo o club. Pienso que, a nivel estilístico, es interesante la fusión, probarse distintos vestidos. Si uno tiene clara su voz y de que habla, lo puede decir al ritmo del tango, del vals, del rock o de una polka. La búsqueda pasa por encontrar la manera de decir algo valioso y de una manera poderosa.

-¿Cómo ves esa línea delgada que separa el término “autenticidad” de seguir haciendo la misma canción a través del tiempo?
-Bueno…ser autentico es ser sincero con uno mismo y saber lo que se está haciendo…

– ¿El público puede condicionar la carrera de un artista? Al respecto, ¿no hay cierto “conservadurismo” del público que no acepta las búsquedas del artista?
– Si. En general sucede que los artistas que logran un éxito importante y gran aceptación del público, pueden quedar atrapados artísticamente en un modelo o formula. Al público en general, si le gustó algo, no quiere algo nuevo de ese artista. Quiere más de lo mismo o nada más. Ahora, los grande faros y referentes que me iluminan son conocidos por prestar poca importancia a lo que el público -en apariencia- demanda  y continúan su propia búsqueda y trabajo de manera independiente. Frank Zappa, Charly García, Astor Piazzolla, Luis Alberto Spinetta, Miles Davis, Igor Stravisnky…Esos tipos estuvieron pateando paredes toda su vida.

– ¿Al día de hoy, interesan las letras o se prefiere más la música? En el caso del tango, ¿qué sentís cuando se lo liga más a la danza que a su música y sus letras?
– No tiene sentido buscar una respuesta definitiva. Hay tanta música diferente en el mundo, tanta gente distinta de distintas edades y contextos que consumen música. Hoy en día tenemos unos cien años de música grabada que se puede escuchar. ¡Es una cantidad enorme! Si hablamos de las tendencias del momento, están las dos cosas: hay música electrónica y acústica instrumental muy buena que se sigue consumiendo y textos muy buenos en nuevos estilos. En el caso del tango sucede que sigue siendo muy popular en el mundo gracias a los simpatizantes de la danza, y en términos generales a los bailarines les interesa poder bailar o hacer la coreografía que les enseñaron. La búsqueda musical o lírica que pueda desarrollar un artista no tiene  mucho interés para la mayoría de ellos. Incluso suelen quejarse si hay música nueva que requiere una escucha más dedicada para poder comprenderlas y disfrutarlas. Existe sin dudas cierta tensión entre los músicos con intenciones creativas y los bailarines tradicionales o medio sordos en los ambientes milongueros.

– Al respecto, ¿no le falta al tango lo que tuvo el folklore en tanto apoyo a nuevos valores y salir de cierto “encorsetamiento” dentro del género?
-Hay en el rubro del tango nuevos músicos excepcionales en Argentina y en el mundo. Acá en Francia hay hoy en día una camada de músicos muy buenos, que saben tocar de verdad y saben componer muy bien. El problema radica en los contextos o movimientos. Hay pocos lugares que promuevan ir a escuchar nueva música. Todo gira en torno a los tipos que quieren ir a bailar y les molestan las cosas raras o diferentes a los viejos discos que eran modernos en 1940. Por suerte aún quedan organizadores que ofrecen noches de tango en donde primero hay un concierto y luego se baila. De esa manera se empuja y se educa el oído de la gente.

– ¿Cómo ves el rol de las redes sociales y las diversas plataformas digitales en relación a la difusión y al acceso del público a la música?
-Es un cambio muy grande para las personas que conocieron los discos de vinilo, los cassettes o los CD’s y esa experiencia ligada a un ritual con esos objetos. Hoy la música se escucha de otra manera. El oyente medio, sin mucho interés o educación musical, escucha playlists que, en general, son armadas por otras personas o por algoritmos. Picaditos de temas de diferentes artistas que están juntos porque son de cierta misma onda. Me parece una relación pobre y anónima con lo que se está escuchando. Así es más difícil profundizar. El concepto del álbum, en este contexto, no tiene ningún sentido. Los que seguimos haciendo discos, obras, conceptos, lo hacemos como quien hace un libro o una película. Pero en términos de promoción, sabemos que lo mejor que puede pasar es que un tema de ese trabajo entre en alguna playlist. Además, las nuevas plataformas estafan descaradamente a los músicos. Sería positivo que el público compre los discos de los artistas en Bandcamp en vez de escucharlos gratis en Spotify. Por otro lado, por poca plata tengo acceso a casi toda la música registrada por la humanidad y es increíble. Pero a nivel masivo, nadie se pone a investigar toda la música a la que puede acceder desde su telefonito. Gran parte de la humanidad  lleva en el bolsillo un aparato al que se le puede preguntar cualquier cosa y nos dará por lo menos alguna respuesta. ¡Un oráculo personal! Pero se usa para ver videos divertidos, entretenimiento pasajero y tener nuestro canal personal de publicidad a medida. Todo parece empujar a transformarlo todo en algo efímero y pasajero. Hay una cola infinita de contenidos que llegan cada segundo y borran al anterior.Por mi lado, me niego y me resisto a la idea de abandonar el concepto de obra musical profunda y duradera.

– ¿Sos de los músicos que les gustaría regrabar sus discos anteriores?
-Si. No me arrepiento de nada y me alegra haber realizado todo ese trabajo. Tengo unos dieciséis discos y sigo trabajando cada vez más pero me gustaría hacerlos casi todos de nuevo. Además, tengo la idea de hacer uno o más discos en vivo con temas de épocas pasadas pero tocados desde mi experiencia actual.

– ¿Cómo recordás a la Orquesta Metafísica?
-Está omnipresente en todo lo que hago. La Orquesta Metafísica fue el trabajo de una década en donde puse mis mejores composiciones. Gran parte de ese repertorio es esencia fundamental  de todos mis shows en cualquier formato. El manifiesto extramusical, la idea de usar a la música para expresar otras ideas relacionadas con la actualidad y el misterio de la existencia es algo que sigo profundizando.

– ¿Pablo Gignoli terminó siendo su par exacto para componer y tocar?
-Gignoli es el motivo fundamental por el cual terminé viviendo en Francia. Nuestra sociedad artística funciona muy bien. Hemos pasado por centenares de experiencias increíbles en estos años por toda Europa, desde tocar en fiestas privadas para un público selecto y piringundines de mala muerte a ser parte de festivales multitudinarios junto a los muchachos de Gotan Project. Nuestro segundo álbum estará listo este año. Cuenta con Samalea de invitado en percusión y batería. El disco tendrá un repertorio muy particular con temas  de Bowie, Gardel, el Flaco, Queen. La música que nos gusta a los dos, tocada de manera tanguera y rockera a la vez.

-¿Cómo estás viviendo la cuarentena?
-No tan mal. El parar la pelota me vino bien para ajustar tuercas, corregir la dirección y mejorar los proyectos en los que estoy trabajando. Ya deje de lado las primeras etapas de optimismo y pesimismo, ahora trato de ir un día a la vez. Me preocupa y angustia que algunos la están pasando realmente mal y que la desesperación los va consumiendo. El mundo moderno no está preparado para que todos puedan aguantar cuatro meses sin trabajar  con el miedo de morir contagiado en cualquier momento. No creo que salgamos mejorados de esta experiencia.

– ¿Estuviste componiendo en este tiempo?
Siempre compongo alguna nueva cosa, pero estuve sobretodo produciendo, grabando y haciendo arreglos.

-¿Realizaste algún tipo de presentación por streaming?
Transmitimos en vivo los shows que hice en el festival de tango en Nimes al sur de Francia con The Volco Experience y el duo Volco & Gignoliel el 14 y 16 de agosto. Se encuentran en Facebook. Fuimos invitados a este festival al aire libre que consiguió un permiso para poder hacer los conciertos y lo tomamos como una bendición el poder volver a tocar en vivo. Fue un festival de tango atípico ya que se pudo tocar pero estaba prohibido bailar y había que mantener el distanciamiento social. ¡Los bailarines no tuvieron más remedio que sentarse y escuchar música nueva! Planeo hacer algunas transmisiones más seguramente y la manera de enterarse es seguirme en Facebook e Instagram.

-¿Cómo te imaginas el día después de la cuarentena?
-Acá ya no estamos viviendo una cuarentena. No está prohibido transitar y las actividades, muy lentamente, empiezan a reorganizarse.  No creo que esta situación termine un día concreto. Este clima de ataque virológico y paranoia hacia el otro creo que va a crecer. Me parece que es algo con lo que vamos a tener que convivir en el futuro.

– ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
-Seguir produciendo música. Ahora estoy terminando el disco nuevo del duo Volco & Gignoli y un disco nuevo de Sebastián Volco, “El avance implacable de la estupidez”, el cual es una continuación de mis conceptos musicales metafísicos. Además, estoy trabajando para presentarme en vivo en un formato más reducido, rodeado de teclados y samplers.

-Si no eras músico, ¿qué hubiera sido de tu vida?
-Me es imposible imaginarme sin un interés y pasión infinitos por la música, pero si no pudiera vivir de la música, me gustaría hacer algo en la naturaleza lejos de las ciudades y la civilización. Estoy convencido que la variable de la suerte es la más importante de todas. Cuando escucho a gente que claramente tuvo más suerte en la repartija inicial de donde nació, diciendo que su buen pasar es solo “por mérito propio”, se me revuelven  un poco las tripas.

– Si por la puerta de tu casa entrase el Sebastián que tenía dieciocho años, ¿qué le dirías? Algún consejo o recomendación?
-Lo pienso seguido. Le diría, “¡Disfruta más de la vida y estudia mucho! No pierdas el tiempo en estupideces”.

↓↓↓↓¡¡Escuchá la obra de Volco!!↓↓↓↓

-«Living aside»: https://spoti.fi/3gH1OsX


La discografía de Volco: https://bit.ly/3hL0LJU

0 comentarios en “Sebastián Volco: “La búsqueda pasa por decir algo valioso y de una manera poderosa””

  1. Muy bueno el reportaje y su anexo musical. Tengo el privilegio de conocer a Sebastián desde su nacimiento y ser testigo de su permanente evolución como compositor e intérprete, también como ser humano. Felicitaciones Seba, que sigan los éxitos!

  2. Sebastián es un ser luminoso. Su música es pasión, vibra y hace vibrar cada fibra. Y su pensamiento lo expresa de forma extraordinaria con su habla y los sonidos de los teclados. Lo admiro y lo quiero.

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