Aparece, desaparece y da señales de una vigencia en el ambiente del blues y el jazz. Hace un par de años, descolló en la comedia musical “Hairspray” pero todos la recordamos como una de las fundadoras de las Blacanblus. Deborah Dixon recuerda y mira hacia delante con sus proyectos
– Estás tocando con Patán Vidal. ¿Cómo es esto? ¿Va a salir algún disco?
– Son cosas diferentes. Con Patán Vidal vengo trabajando desde hace muchos años. Paralelamente a las Blacanblues y después cuando nos separamos, seguimos juntos. Ya estamos muy caracterizados como dúo. Nos llevamos muy bien a nivel musical y personal. Como dejé de aparecer por los lugares que solía frecuentar por el proyecto de Hairspray, decidí ver como estaba todo en su momento. Ahora como ya estoy encaminadita, me doy el lujo de hacer algunos shows. Sigo haciendo cositas pero no con la asiduidad que lo hacía antes.
– ¿Cómo es el show con Patán?
– Mucho jazz, blues, rhythm & blues, temas con una onda soulera. Son temas clásicos, algunos de los Beatles, Stevie Wonder. Muy variado, pero todo dentro de la música negra. Soul, funk aunque el funk lo hacemos más con la banda y más armado. Vamos a hacer un par de shows con algunos invitados que no te puedo decir porque todavía no están confirmados. Pero si, básicamente eso.
– ¿Y el disco?
– Esa era la segunda parte de la pregunta. Estoy en eso. Tengo ganas de grabar mi disco solista pero no lo quiero hacer de cualquier manera sacando un disco por sacarlo. Ya que me tomé todo este tiempo y que lo mío, por ahí, no pasa por lo comercial en estos momentos. Obviamente que a todos nos interesa lo comercial pero quiero algo que me represente y que yo quiera. Que lo pueda trabajar con tiempo y sin exigencias y con cuidado. Es una cosa….no tan artesanal ya que estoy hablando con un productor alucinante de EE.UU ahí no se si se puede hacer. Hay otros niveles económicos en juego. Tengo un par de posibilidades pero tranquila. Quiero que sea un disco en el que pueda decir con satisfacción: este es mi disco. Lo logré. Y después lo entrego. Esa es la idea, parece vaga pero bueno.
– ¿Tiene composiciones tuyas?
– No. Tuve algunas con las chicas pero alguna que yo pueda tener…No soy compositora. Por ahí, me resulta más fácil la parte musical que la parte de letras. Hay que tener un don o saber escribir muy bien. Los temas que tengo fue que me han bajado y les di forma pero por ahora, no va a haber temas míos.
– ¿Cómo fue trabajar en “Hairspray”?
– Un día me llaman por teléfono y me contaron sobre el proyecto. Que ya habían pensado en mí para hacer el personaje, que en castellano se llama Garganta Feróz, que en la película lo hizo Queen Latifah. Fui convocada directamente. No hice casting ya que tenía el perfil de lo que buscaban. Al principio, les conté mis miedos con respecto al tema “actuación” y que jamás había participado en una comedia musical. Me dijeron que me convocaron específicamente por la voz, el personaje y la presencia. Que no me preocupara para nada al respecto. Iba a tener maestros buenísimos y que iba a ser fácil lo que tenía que hacer. Te cuento que me engañaron ya que después tuve que bailar, actuar, cantar, de todo! Jajajajaja. Lo cual se los agradezco….Me encanta bailar pero no soy bailarina. Son dos boludeces pero que la coreografía con gente y que se yo…pero me encantó. Además, el elenco era alucinante. Enrique Pinti, Vanesa Butera, Ricky Pashkus que dirigía….Era impresionante.
– ¿Cómo fue para vos hacer el personaje de Queen Latifah?
– Acá, el tema de los personajes y la obra en sí, se basó en la obra original de Broadway que en la película. Una diferencia total. La película es más corta… es distinta. Hay canciones que no están o están cortadas. Tengo muchos puntos en común con el personaje, más allá de lo físico y de cantar. Es una madre que es negra y tiene una disquería en un barrio negro. Digamos que es el año 1962. Ella es revolucionaria, temperamental. Ha hecho cosas….es una mujer fuerte, con una presencia importante. Tiene una influencia con sus hijos basada en el amor y ternura. Creo como que lo explotamos por ese lado de la personalidad y todo lo que viene atrás. A ese nivel pude trabajar “lo actoral”…yo no soy actriz pude matizarlo dentro de mis posibilidades.
– ¿Y trabajar con Enrique Pinti?
– Fue maravilloso. Su profesionalidad es total y su energía de trabajo y de buena onda es impresionante. Está en todo. Siempre está de buen humor. Así como lo ves en las notas es así. Destila buena onda, buena energía. Siempre fui su admiradora y trabajar con él no lo podía creer. Cuando me llamaron y me dijeron que él estaba, no lo podía creer. Estoy soñando. Y todos los que están. Patricia Etchegoyen, Laura Oliva, Salo Pasik….los bailarines..son de una solidez terrible.
– A nivel músical, trabajaste con una persona muy enigmática como el Indio Solari. ¿Es tan estricto como dicen?
– El Indio es uno de los músicos más profesionales que he conocido, ya de la época de los Redondos. Son gente muy profesional porque llamaba la atención. La verdad es que, lo que conozco de él, es fantástico. A nivel laburo, es estricto lo que me parece bien porque es una persona que tiene claro lo que quiere y así lo desarrolla. No tengo nada que decir. Prefiero trabajar así, que te digan quiero tal cosa, tal otra, que se yo. Igual puedo aportar. Por supuesto, ante todo es un artista, un creativo. Es un mito.
– También de Fito dicen que es muy estricto…
– Si, también trabajé con él y es verdad que es personal y exigente pero así llegaron a lo que llegaron. Me parece fantástica esa forma de trabajar.
– Después de todo este tiempo que paso, ¿qué recuerdos tenés de las Blancanblues?
– El mejor. Fue una pena que nos hayamos separado. Teníamos un estilo, un sello muy definido. Muy original dentro de lo que era el panorama que había acá y también mucho prestigio. Estuvimos muchos años juntas. Entiendo que también para crecer cada una personalmente, a lo mejor tuvimos que pasar por esto a nivel musical. Me da la sensación de que en ese momento yo no necesitaba eso ya que estaba haciendo otras cosas. No necesitaba estar totalmente liberada de Blancanblus para hacer otras cosas. Pero quizás, viéndolo desde ahora, y un poco si…porque si ahora hubiese estado con las Blancanblus no podría haber hecho Hairspray. Hubiera dejado a mi banda en banda (risas). Tiene sus pro y sus contras. Pero la banda es lo que me llevó a donde estoy.
– Te escucho y suena como “hubiésemos podido hacer más de lo que hicimos”.
– Si, si. Totalmente. Sin ninguna duda. Pero bueno, no es fácil. A veces uno no tiene los medios. A nosotras nos costó haber conseguido un buen manager o un buen productor. De esos que se enamoran de la banda, que te llevan y te traen. Nosotras nos manejamos solas. Cuando quisimos firmar no nos fue del todo bien. Necesitábamos ese tipo de persona con creatividad para ese lado. Nosotras estábamos para la música pero la cuestión comercial, no. Y eso es importante. El vender los shows, el trato con la discográfica es un trabajo agotador, que te come mucha cabeza y muchas horas. Estar pensando en la música, quien canta, quien no y vender el show….es mucho.
– Cuando salió “Maldito Piano”, explotó todo y después se fueron apagando….y al día de hoy siguen siendo el único grupo femenino de blues.
– Nadie tomo la posta. Se formaron algunos grupos pero no. Así es la historia.
– Argentina toma como referencia a Inglaterra para muchas cosas y allá con Joss Stone, Amy Winehouse y Duffy hay un revival muy importante...
– Si hay ese revival es porque no hay nada nuevo. Por lo menos por este estilo musical. Además son muy jóvenes. Por ejemplo, Joss Stone me encantaba cuando empezó. El primer disco era excelente y era fresca. Ahora la agarraron, la produjeron y se transformó en un producto. Divino, canta y toca con una banda….No se era la banda de Marvin Gaye o algo parecido. Ahora está allá arriba pero con esa parafernalia que le cambió, a mi entender, esa frescura que tenía, que era suya. Igual es una maravilla. Cuantos años tiene? Veinte? Imaginate lo que va a cantar cuando tenga treinta. O desaparece. Amy Winehouse me encanta. Es grossa. Al igual que Alicia Keys pero ella es más todo. Compone, toca el piano, es arregladora. Es otra onda. No tan revival sino ese rhythm and blues que se escucha ahora. R&B que le dicen. Hay muchas modas y muchas cosas que pasan.
– La última, si tuvieses la chance de hablar con la Déborah Dixon de dieciséis años, ¿qué le dirías? ¿Algún consejo?
– Le diría que no fuera tan indecisa. En aquél momento, no lo digo específicamente con la música, siempre estuve codeándome con la música pero nunca lo pensé como medio de vida. Tuve un par de cosas que me gustaban mucho pero por hacer buena letra con mamá, agarré para otro lado ¡aunque terminé haciendo lo que yo quise! A nivel estudios o carrera, por no decidirme por nada, quedé boyando hasta que después retomé. Había viajado, laburado por todos lados y esto te hace perder continuidad. Hoy por hoy, mi hijo menor, el de 20, es baterista. Es músico de alma. Recuerdo haberlo de haberlo llevado a alguna prueba de sonido con las Blacanblus y estaba Marcelo Mira de baterista. Mi hijo quedó hipnotizado por la batería. Marcelo lo sentó y agarró los palillos como si supiera. Marcelo le dijo un par de cosas al respecto. Durante años ahorró para comprarse su primera batería y cuando terminó la secundaria, que era el momento de ver que seguía, él dijo “quiero tocar la batería”. Fue la decisión más sabia que pudo haber tomado. La tiene clara. Si el día de mañana quiere hacer otra cosa, se verá pero ahora es lo que él quiere. Creo que en eso debo haber influído bastante pero él tomó su decisión.
– Cuando estabas con las Blancanblus, ¿qué te decían tus hijos?
– Estaban fascinados. Tenía muy claro lo que quería. Cuando tenés esa certeza, nada te tira para atrás. Mis hijos eran chicos. Iba, los traía, no dormía pero no importa. Cualquier cosa que haga tu mamá y tu papá la hace con fuerza y con pasión y vieron eso. Hacían coreografías, cantaban. Después entraron en otra etapa, de la adolescencia…
– “¿Qué hacés, mamá?”
– Si, sobre todo, mi hija, pero fue como a todos.