No puedo evitar temblar un poco al escribir esta nota ya que, al mismo tiempo que lo hago, vuelvo a escuchar por enésima vez el disco que inspira a la misma. ¿El motivo? Se cumplieron cien años del nacimiento de Robert Johnson, el más grande blusero que pisó esta tierra. Al respecto, RGS Music sacó «Master of Blues», un disco que recopila parte de la obra del mítico blusero y al cual le vamos a dedicar algunas palabras.
Había comenzado la crónica diciendo que temblaba un poco la mano al escribirla. Esto se debe a la emoción frente a la pieza musical en su más puro estado de visceralidad y sentimiento. Porque el sonido sigue siendo conmovedor por más que la obra completa del Rey del Delta Blues conste de menos de cuarenta canciones y las haya grabado en dos sesiones de grabación. La voz, fantasmal, chillona y sensible es el complemento ideal para que sus dedos dibujen las bases de un género que terminó siendo el padre del rock y de gran parte de la música popular.
Con “Master of Blues”, se brinda un pantallazo de lo que fue la obra de Johnson. Muchas de las canciones fueron grabadas por grandes artistas pero nunca con la sensibilidad de Johnson. “Love in vain” (que lo habrán escuchado en el comienzo de esta nota) fue un caballito de batalla de los Stones en su excelente disco “Let it bleed”, mientras que mucho más acá en el tiempo, los White Stripes grabaron una incendiaria versión de “Stop breaking down”.
No olvidemos que Eric Clapton, junto con Ginger Baker y Jack Bruce, llevó “Crossroads” al olimpo de los clásicos del rock y con su Unplugged, sacó una sublime versión de “Malted Milk” para finalizar su homenaje con la edición de su disco «Me and Mr Johnson”.
Hacemos mención a estos temas porque son los que aparecen en esta antología de Robert Johnson y nos permiten apreciar la riqueza musical de ese joven que vivió en una plantación rural del Mississippi. A partir de la escucha atenta y el corazón abierto, una gran cantidad de secretos correrán su velo para que sean tomados por aquél que llegue a este maravilloso mundo que es el blues. Cuando uno escucha “Me and the devil blues” no puede dejar de conmoverse por la letra y por el sonido de esa guitarra que intentará ser copiada pero nunca igualada. Más aún, si recordamos la conocida leyenda que Robert Johnson vendió su alma al diablo en el cruce de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale, Mississippi, a cambio de ser el mejor guitarrista del mundo. “I believe I’ll dust my broom” será uno de los temas más famosos para hacer con la técnica del slide, forma de la cual Elmore James se destacó y también tuvo en este tema, uno de sus “clásicos”. Si hablamos de clásicos, no podemos olvidar “Sweet home Chicago”, canción hecha por todos e influencia ineludible para muchos (me remito al Blues de Rosario de Memphis la Blusera, por ejemplo).
Por otra parte, su estilo para tocar la guitarra junto con su particularisima forma de cantar hace un combo imperdible para todo aquél que desee adentrarse en las aguas del blues.
Hablar de Robert Johnson es apasionante y aún más escucharlo. No puedo hacer otra cosa que recomendar este disco y dejar que corra a través del equipo de música. Si termina, que vuelva a empezar. La música hecha con el corazón nunca pasa de moda y más aún con la sabiduría del Rey del Delta Blues. Larga vida al genial Robert Johnson, donde quiera que su alma repose.
Me olvidaba….Este es un pedido para RGS Music. Si van a sacar una edición aniversario, tengan el buen gusto de poner información o algo por el estilo. La presentación del disco no sale de la normalidad y la información es más corta que en Wikipedia. Editar una edición aniversario de un artista de los kilates de Robert Johnson con dos solapas que dicen lo mismo, una en inglés y otra en castellano, es casi una falta de respeto. No solo al artista sino al que compra el CD.