Bafici 2016. Un poco de memoria

Tal como venimos haciendo en los últimos ocho años de cobertura del BAFICI (Buenos Aries Festival de Cine Independiente), siempre buscamos alguna gema sobre la cual poder escribir y, obviamente, compartir con los lectores. En este caso, recordaremos dos películas que se presentaron en la edición del 2008 y que, al día de hoy, son difíciles de encontrar. La primera se la puede ubicar en You Tube pero cortada y la segunda, ni noticias.

Por tal motivo, les dejamos las crónicas alusivas. Siempre, con la idea de poder volver a disfrutar de estas gemas.

“Brat”

Dirección y Guión: Aleksei Balabanov. Con Sergei Bodrov Jr, Viktor Sukhorukov, Svetlana Pismichenko, Mariya Zhukova, Yuri Kuznetsov y Vyacheslav Butusov. Rusia 1997. 100′. 35 mm. Color. Título en inglés: Brother.

Danila Bagrov es un joven soldado que fue dado de baja del ejército ruso. Vuelve a su casa y parte a San Petersburgo para contactarse con su hermano, quien estaría en buena posición. No obstante, no es así y pronto Danila se ve envuelto en un marco de violencia en la que deberá apelar a «métodos extremos» para sobrevivir.

Este film fue una de las perlitas de la edición del BAFICI 2008. Su realización fue llevada a cabo con bajo presupuesto pero con una sapiencia e imaginación admirable. La construcción de lo que es la San Petersburgo de matones y la animosidad entre rusos y chechenos es el marco para que el realismo se plasme en un film de calidad. La fotografía es excelente y los climas que va construyendo el guión se condice con un contexto en el que la vida vale solo como valor de cambio por algún tipo de prestación especial.

La construcción del personaje de Danila, a cargo del excelente Sergei Bodrov Jr, es sublime. Con algunos puntos en común a Rambo como veterano de guerra y su vuelta a casa tras un conflicto bélico que lo afectó sobremanera (a uno, Vietnam; al otro, Afganistán), toca la cuestión política pero de manera sutil, sin convertirse en un film de protesta o de denuncia. Lo que si palpable es mostrar una sociedad que está en esa transición tan dura como incierta entre la caída de un régimen y «lo que vendrá», siendo esto un gran interrogante. San Petersburgo hace lo que puede en el marco de una crisis terminal. Pero será en el cuerpo y alma de Danila donde se jugará una feroz partida de ajedrez a través de sus emociones y pensamientos en las que conviven un alma noble y justa y un asesino.

“Brat” es de esas joyas que uno vio y trata de volver a ver. Inclusive, la secuela que se realizó en el 2000, “Brat II” da para verla pero eso será motivo de otro post….

“Diorthosi”

Dirección y Guión: Thanos Anastopoulos. Con Giorgos Symeonidis, Ornela Kapetani, Savina Alimani, Nikos Georgakis y Buyar Alimani. Grecia, 2008.  83′. 35 mm. Color. Título en inglés: “Correction”.

Yorgos tiene treinta y cuatro años y acaba de salir de la cárcel. Debe iniciar una nueva vida pero el pasado es su cuenta pendiente. Todo en un marco relacionado con el fanatismo por el fútbol y la relación que tiene este con el sentir nacional. El film apela a una mirada reflexiva y abierta de problemas relacionados entre las comunidades que habitan un país y su respectiva identidad.

La austeridad es uno de los puntos altos de esta producción de Anastopoulos, cuyo realismo es el exacto, sin caer en divisiones o discursos facilistas. En los recortes realizados en la narración no lineal de la historia donde radica la curiosidad que despierta el comportamiento de Yorgos. Se sabe muy poco de él. Solo retazos de una historia marginal donde, tras una estancia en la cárcel, ya nada es como solía recordar. Será la forma en que él, como individuo, es interpelado por una sociedad que busca ser abierta pero no lo es ante los conflictos económicos y sociales que la atraviesan.

La xenofobia, el racismo y el ser nacional se manifiestan en el marco de un país devastado por deudas y compromisos contraídos con el extranjero. Esa sensación que no hay futuro plantea la dicotomía en resignarse ante un destino escrito de antemano o correr el riesgo en una situación más idílica, donde el amor sería una salida -¿o un placebo?- en un contexto que no augura un gran porvenir. La cuestión identitaria es fuerte en el marco de una sociedad que tiene en la violencia y en el fútbol un cóctel explosivo. Más aún si juegan Grecia y Albania por la Eurocopa, con toda la tensión latente entre ambos países. En un punto, puede verse perfectamente como una precuela de lo que terminó siendo la crisis griega.

Con pocos diálogos y un muy buen manejo de cámara para captar las sensaciones de los personajes, “Correction” pone el dedo en la llaga en lo que respecta a la integración de las masas inmigratorias en Europa.

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