Poesía para viajar
Idea, dirección y coreografía: Isabelle Paez. Con Isabelle Paez, Jose Luis Calbiño, Fernando Suárez y Alan Haksten. Asistente de Dirección: Fernando Suárez. Creación Musical: Fernando Suárez y Alan Haksten. Diseño de luces: Horacio Novelle. Vestuario: Mariana Del Valle Zeballa.
Centro Cultural de la Cooperación. Av Corrientes 1543. Domingos, 20.30 hs
Isabelle Paez es una mujer inquieta. Pergeñó un espectáculo donde la música, el teatro y la danza se funden a través de la poesía. Pero a no equivocarse, estimado/a lector/a. No caiga en ese temor tan propio a lo que viene adosado un “espectáculo de poesía” por prejuicios varios. Paez abre el abanico a otras disciplinas que se pueden apreciar en un escenario dividido en tres (o cuatro) según se ponga el ojo avisor. Cada uno de los dos actores tendrá su espacio mientras que los músicos tienen su lugar para desarrollar las diversas melodías con que se enriquecerá el espectáculo. Fernando Suarez y Alan Haksten se encargarán de la batería y acordeón respectivamente para crear diversos climas donde los textos permitirán ese tipo de viajes que, en algunos casos, se hacen con los ojos cerrados, dentro de uno mismo.
Los textos pertenecen a Luis Luchi, Juano Villafañe y Carlos Juarez Aldazabal pero a través de la puesta llegará a cada uno de los presentes de diversas maneras. Con la interpretación propia que implica una poética ligada con la realidad pero con la sensibilidad propia de su género. Cada poesía dialogará inmediatamente con el contexto pero desde un lugar mucho más ameno. “No es fácil perder tantas peleas/remontar las tareas cotidianas/
decidirse a vivir con la nausea en la nuca” se escuchará en algún momento y será un bálsamo para quienes no se rinden en el arte de vivir y no caer en el intento de disfrutar la vida.
Suena una batería con el acordeón dibujando melodías al tiempo que se relatan aquellas penas de amor. “Me puse en la cola de los kilombos/por necesidad sexual entendés/fue una manera de descargar la angustia/de volver a encontrarte, mi amor” y el disparo será certero tanto en el corazón como en el alma de quien es culpable de tales hechos. Desde relaciones amorosas hasta alusiones hombres todopoderosos o el mismo Dios, pasando por mujeres que son motivo de vida y más aún, por la cual dejar el alma en pos de su amor.
A todo esto, la iluminación será exacta a los requerimientos de la puesta, para crear los climas pertinentes al tiempo que la escenografía será sencilla para que los músicos y actores puedan desenvolverse con comodidad. Isabelle Paez danza con gracia y sentimiento cada una de las músicas creadas por la dupla Suarez-Haksten. Cada momento suyo en el escenario brillará con luz propia. Será ella el alma de un espectáculo al cual a José Luis Calbiño le falta soltarse un poco más en sus participaciones, para lograr un dinamismo acorde a lo propuesto.
Presentada como una propuesta multidisciplinaria de danza, música y teatro, “La casa canta” es un buen momento para disfrutar de textos que merecen ser escuchados en un espectáculo sensible y preciso.