Dos, lo que se disuelve (Teatro)

Tango pasión


De Sergio Falcón y Dana Frigoli. Textos: Jorge Huertas. Con Chiara Beringuer, Juan Pablo Canavire, Pio Capucci, Marcos Celentano, Virginia Cutillo, Gerónimo Dorkas, Lya Elcagu, Adrián Ferreyra, Dana Frigoli, Sofia Frigoli, Jonny Lambert, Dulce Lauria, Caroline Mathias, Nelson Raul Palladino, mariana soler, Maria Josefina Stellato, Gonzalo Tolaba y Sara Westin. Escenografía y diseño de luces: Félix Padrón. Diseño y realización de vestuario: Emilia Tambutti. Música original: Juan Pablo Greco, Pablo Schiaffino y Leandro Schnaider. Asistencia de dirección: Elise Barbot. Producción: DNI Tango Creaciones. Coreografía: Dana Frigoli.


El Galpón De Guevara. Guevara 326. Viernes, 23 hs y sábado, 21 hs.


Hay puestas que salen a “comerse la cancha” desde el mismo inicio. “Dos, lo que disuelve” entra en esta idea desde el mismo momento que el frenesí de los cuerpos que buscan su vestuario desde el minuto cero, en un “in your face” arrasador. Los bailarines despiertan en un no-espacio espejado donde hombres y mujeres empieza a abrir sus extremidades, como aves que abren sus alas para volar, y dar comienzo a la puesta


Espectáculo creado por la compañía DNI Tango, “Dos, lo que disuelve” busca el diálogo y la fusión del 2×4 con otros estilos atravesados por cuadros que cuentan con una dramaturgia que los va uniendo a través del tiempo que dura la puesta. La dramaturgia será pergeñada a través de frases que funcionarán como “disparadores” para el desarrollo de los cuadros asi como la consabida creación de sentido. El tango es la excusa para una puesta que busca navegar en diversos ámbitos que atañen a la vida de parejas donde no todo lo que brilla es oro. Opuestos que se atraen. Como diría un viejo blues de Memphis la Blusera, “se aman, se pelean, se vuelven a amar”. En un escenario de amplias dimensiones, aparecerán diversas situaciones en las que la danza se combinará con la mencionada dramaturgia que ordenará un poco todo aquello que esté atravesando el espacio. Sonará un Piazzolla mientras que el ritmo se abrirá hacia otros estilos pero siempre el tango, como faro iluminador.

Parejas que van y vuelven a través del tiempo, con una cotidianeidad fuerte, como oposición a la pasión que las unió en su momento. Amor, dolor y abandono se funden al ritmo de variadas figuras donde la coreografía brilla por su precisión no exenta de virtuosismo y calidez.


La utilización de espejos brinda un aire en el cambio de los cuadros musicales conformando diversos espacios donde se desarrollaran las acciones. Pero serán los bailarines los que, a través de su versatilidad, logran momentos por demás destacables al tiempo que danzan entre una iluminación precisa en esos espacios creados. Estos podrán ser oníricos o no pero también será en ese momento donde el espectador tomará lo visto, relacionándolo inmediatamente con su propia sensibilidad.

No obstante, hay algunas cuestiones que no terminan de convencer, como la utilización de naranjas para uno de los momentos más emotivos de la puesta. La inclusión del cuadro de una mesa termina siendo largo y un “falso final” conspiran contra la solidez de la obra en la cual, de cerrarse ahí, hubiese logrado una contundencia por demás destacable. Igualmente, lo mencionado no conspira en la calidad del espectáculo en absoluto.


“Dos, lo que se disuelve” es de esas puestas atrapantes, donde la tensión y la sensibilidad asaltan a una platea que viajará más allá del virtuosismo propio de los actores-bailarines que dan vida a la puesta.

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