El Bafici suele tener alguna gema que queda ahí, dividiendo aguas entre público y periodistas. Tal es el caso de «Cronofobia».
Aqui, unas líneas al respecto.
Cronofobia
El silencio, la tensión y las palabras
Estas tres palabras serían las adecuadas para describir lo que ocurre en una historia por demás enigmática y fragmentada, creada por Francesco Rizzi en su ópera prima. Todo ocurre por cortes. Michael y Anna se encuentran de manera casual y poco común en su forma. No obstante, desde ese preciso instante es que se establece el contrato de lectura con el espectador el cual deberá acomodarse a esta forma de decodificar la película.
El hilo son los protagonistas y un flashback que suele tener como protagonista a Michael, ponen algo de orden para conocer lo que pasa. Igualmente, esa incertidumbre es atrapante. Más que nada por esas pequeñas informaciones, se construye un rompecabezas con piezas asimétricas pero que encajan en la historia. Un hombre de un pasado oscuro se encuentra con una mujer viuda, de fuerte carácter. El trabajo de Michael es cínicamente moderno. Es contratado para evaluar si los empleados de un comercio determinado, hacen bien su trabajo y pasar un informe al respecto. Si lo hacen mal, se los despide. Sería quien hace el “trabajo sucio” para que –eventualmente- después se presente el Ryan Bringhmann de George Clooney en “Up in the air” para hacer lo suyo (despedir empleados).
Los vaivenes en la relación de Michael y Anna juegan con el silencio y la falta de preguntas del uno para con el otro. Ingresar en esas mentes (y corazones) implica un desafío en tanto el diálogo que se establece con el espectador. La tensión psicológica se convierte en un tablero de ajedrez donde afloran tácticas y estrategias. Los sueños de Michael denotan un pasado al cual no quiere volver al tiempo que la relación con su jefa es tan curiosa como cautivante. La jerarquía y los valores que esbozan cada uno, son como imanes que se repelen aunque la necesidad tiene cara de hereje…con todo lo que esto implica.
El frío ambiente suizo, junto a una muy buena banda de sonido, conforman el marco en el cual se desarrollan los hechos, con neta influencia lyncheana. Esos planos de autopistas y calles brindan una proximidad alarmante. Más aún frente a las descargas de dolor y bronca, como espasmos permitidos en el marco de una vida moderna donde el individualismo y la producción de ganancia son axiomas indiscutibles. Críptica y reflexiva, cuando parece caer en la letanía, algo ocurre para que capte la atención. De esta manera, el interrogante mal intencionado de “¿Cómo va a finalizar esto, de manera adecuada?”, pasa a segundo plano ante la inquietud y curiosidad por ver como termina la historia. Y lo hace de manera armoniosa. Tan sutil como contundente.
Con actuaciones acordes a lo requerido, “Cronofobia” es de esas películas que dividirá aguas. Estará el que se va a aburrir y le va a encontrar mil defectos mientras que otros descubrirán un mundo de sensaciones en este thriller melancólico y psicológico. Como siempre decimos, vale la pena dejarse llevar por la curiosidad y experimentar algo nuevo. Quien te dice, te termina gustando. Y si no te gusta, al menos, lo habrás visto para tener una opinión sólida al respecto
Ficha técnica.
Título original: Cronofobia. Año: 2018. Duración: 93 min. País: Suiza. Dirección: Francesco Rizzi. Guion: Daniela Gambaro y Francesco Rizzi. Música: Zeno Gabaglio. Fotografía: Simon Guy Fässler. Con Vinicio Marchioni, Sabine Timoteo, Leonardo Nigro, Giorgia Salari, Jun Ichikawa, Andrea Bruschi, Alberto Ruano, Jean-Pierre Gos, Monica Budde, Lorenzo Pedrotti, Carla Cassola, Adele Raes, Jasmin Mattei, Joachim Aeschlimann, Nils Habermacher y Kaspar Weiss. Productora: Imagofilm Lugano, RSI-Radiotelevisione Svizzera, 8horses, Teleclub AG, SRG SSR Idée Suisse, Office Fédéral de la Culture y Ticino Film Commission. Género: Drama. Thriller.