Se estrenó “Las voces del silencio”, de la periodista y documentalista Gabriela Naso, que visibiliza el drama de los soldados argentinos que fueron a Malvinas y sufrieron torturas por parte de los propios oficiales del ejército. El documental da cuenta del testimonio de ex combatientes con la denuncia pertinente al tiempo que buscan justicia.

Abril es un mes muy caro para el corazón argentino. Más aún, por el recuerdo constante que gira en torno al día 2. En este caso, en relación directa con Malvinas, se estrenó “Las voces del silencio”, documental en que la periodista Gabriela Naso indaga en las historias de aquellos soldados que fueron a combatir a la Guerra de Malvinas y sufrieron torturas por parte de sus oficiales superiores.
Al respecto, Naso filma con precisión y sensibilidad las vivencias de cada soldado sin recargar las tintas. Rescata las experiencias de los excombatientes Antonio Orellana, David Zambrino, Ernesto Alonso, Gerardo Roschge, Gerardo Vega, Hugo Robert, Miguel Anderfuhrn, Oscar Rojas y Silvio Katz, y establece un vínculo tan profundo como serio y revelador. Cada palabra es certera en su descripción y su dolor. Allí se manifiesta aquella imposibilidad que tenían de hablar “de estas cosas en familia”. Pero cuando se llega a esa instancia, cambia todo para quienes podía hacerlo. Más aún en relación con el vínculo familiar y su posterior fortalecimiento.
Naso lleva adelante un relato que sorprende a muchos por lo “increíble” (y no en el buen sentido de la palabra) que resulte que se haya realizado castigos y vejámenes varios a aquellos que estaban en el frente y debían estar en perfectas condiciones para enfrentar al enemigo. No obstante, no llama la atención sabiendo el desastre que fue la dictadura argentina con las violaciones a los derechos humanos, secuestros y asesinatos así con los altos grados de corrupción que hubo, tal como fue que lo recaudado en “las 24 hs por Malvinas”, no llegó nada a los soldados.

La descripción de los estaqueos y los tormentos que posibilitaron la aparición del “pie de trinchera” (tortura que consistía en poner pies y manos dentro de agua congelada) dan cuenta del régimen de miedo que imponía una “jerarquía” despiadada con los propios soldados pero cobarde con el enemigo inglés. Silvio Katz recuerda el castigo infringido por Eduardo Flores Ardoino, por su condición de judío. Hasta le hizo comer entre sus propio excremento.
Igualmente, el tema de las torturas a los soldados ha quedado marginado de las consideraciones generales sobre Malvinas. Solo se toma como “la gesta heroica y patriótica” o “la huída hacia adelante de los militares que veían como perdían poder”. Nada más. Hubo una “imposición del silencio” a los soldados que volvieron del frente respecto a contar lo que había pasado. Con el 1° Congreso de Ex Combatientes de Malvinas realizado en Morón, en 1983, hubo un pedido de castigo a los militares por malos tratos a los soldados. De más está decir que había que recorrer un largo camino al respecto.
Cada testimonio va más allá de la catarsis y la bronca por lo vivido. Hay una búsqueda de justicia palpable al tiempo que se encuentra el deseo de visibilizar aquella “afrenta” que se oculta por parte de las autoridades militares, políticas y judiciales.
La forma en que trabaja Naso el contexto en que transcurre el devenir de las acusaciones y posterior deseo de llevar a juicio las torturas para que tengan sentencia legal. Allí es donde se aprecia la complicidad política y judicial con los valores que encarnó la dictadura en su momento. El querer cerrar los casos al considerarlos como “delitos comunes”, o como situaciones que quieren “mancillar la heroicidad” desarrollada en defensa de la Patria, terminan siendo escollos que tan –lamentablemente- “esperables” como obvios. Recordemos que el primer caído en Malvinas fue el capitán de fragata Pedro Giachino, honrado como héroe en su momento pero que terminó siendo un represor.

De visión obligatoria, sobre todo en este contexto en que algún desquiciado idolatra a Margaret Thatcher, “Las voces del silencio” saca a la luz una página oscura de la Guerra de Malvinas con las torturas a los propios soldados argentinos. La búsqueda de justicia sigue su rumbo. Esperemos que llegue a buen puerto.
Tras la presentación de la película, hubo una charla que incluyó a la directora y a varios de los ex combatientes entrevistados.
Gabriela Naso recordó que “Llegué a Malvinas a través del periodismo. A fines de 2016 me contacté con Ernesto Alonso, secretario de DDHH del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas Cecim La Plata, porque estaba escribiendo un artículo sobre el proceso de identificación de los soldados argentinos sepultados como NN en Malvinas. En esa oportunidad, Ernesto me comentó de la existencia de la causa judicial que investiga los tormentos padecidos por los soldados conscriptos argentinos a manos de sus superiores durante la guerra. Después, me puse en contacto con Silvio. Paralelamente, había trabajado Malvinas desde el periodismo documental. Un productor de la película que presentó Ana Fraile, productora también de la misma. Hice mi tesis de maestría con Malvinas. Empecé diciendo “Bueno, conozco el tema, tengo acceso a las fuentes”. La verdad es que, cuando empecé a hacer el trabajo de campo y a verlos más seguido, me di cuenta que era un colectivo humano en el que compartía valores y que quería aportar. Mientras estaba haciendo la tesis, me di cuenta por un lado que había un área de vacancia en las narrativas audiovisuales sobre la guerra de Malvinas. Son dos: Malvinas la gesta o las consecuencias del conflicto bélico en los excombatientes, el estrés traumático y los suicidios, que hubo muchísimos a los 10 años del conflicto. Pero ninguno abordaba Malvinas desde una perspectiva de derechos humanos ni se metía lleno con la estructura”.

El contexto actual no podía estar al margen de la propuesta del documental.
-Teniendo en cuenta que el documental llega hasta el 2023, ¿cómo está ahora la situación en general? Si bien hasta el 2025 pasó un año y monedas, ocurrieron muchísimas cosas que pasaron que, ya me imagino, saben a qué apunto. Se pasó de cantar por “los pibes de Malvinas” a terminar votando un presidente que es prácticamente entregador de la memoria.
Ernesto Alonso. Bueno, fíjate de parte de la película marca lo que fue el ciclo de Macri con Pascualini de quien tengo entendido, hasta hace poco, era el segundo en el Ministerio de Defensa, detrás del ministro Luis Petri. Pascualini, como jefe del ejército hace una manifestación donde estaba el presidente de la nación, Macri, en que habla de “la gesta” y que hay “ciertas imputaciones”. Esto se vio en el testimonio de los compañeros en tanto como siguen sosteniendo, digamos, esa planificación que hicieron en la dictadura de cómo fuer la guerra, qué hacer con los soldados y, qué hacer con los familiares. Esas órdenes que Gerónimo las explica muy bien, siguen hasta el presente. ¿Alguna vez escucharon algún militar hablar de estas cosas, más allá de la posición de Balsa que niega esto? Balsa es absolutamente negacionista en esto. Hizo un mea culpa de lo que fue la dictadura, pero sobre el tema de Marinas no. Esto lo he discutido con él personalmente.
Creo que todo esto se vuelve a repetir y se empeora en el gobierno de Milei en tanto reconoce como su referente a Margaret Thatcher. A partir de ahí, todo el desastre que viene haciendo en función de retroceso en las políticas soberanas. Este documental es todo un aporte al respecto.
Gerardo Roschge: En el año 85, queriendo escapar un poco de lo que era la temática de la pregunta cotidiana de los vecinos, amigos y todo lo demás, emigré de la ciudad de La Plata y me fui a vivir a Tierra del Fuego. Fue, porque sí. No tenía a nadie conocido. Así viví 14 años con mi familia. A mí me ayudó mucho en ese momento, el estar alejado de todo toda esa problemática que habíamos tenido psicológicamente hablando. La música fue lo que, prácticamente, me salvó la vida. Cuando caigo un poco, es el instrumento el que me saca ya que toco el acordeón desde hace muchísimos años.
Miguel Zambrino: Creo que el trabajo de Gabi es importantísimo y va a servir para que muchos se sumen. Justamente, al final del documental, dejamos la imagen del teléfono donde se puede denunciar. Si esto se muestra a nivel nacional, si puede trascender, va a hace que muchos compañeros se animen.
Ernesto Alonso. Le contaba a Miguel que todos los 2 de abril cuando damos notas o salimos donde sea, recibo montones de llamados diciéndome “Gracias por decir lo que yo no puedo contar”. Creo que Argentina tiene la obligación, el deber de hacer que esta gente pueda contar. Hay que darles el respaldo que nos dio Gabi en todo el trayecto de este documental para que nosotros tengamos la confianza de salir a contar. Hay una obligación de escuchar a los que fuimos víctimas pero que no nos victimizamos, algo que estuvo claro siempre. Fuimos víctimas reales de gobiernos siniestros. En este momento, en que sale esta película, con otro gobierno siniestro, por lo menos en cuanto a Malvinas, reivindica a la dictadura, niega si fueron 30,000 desaparecidos y se ríe, con este tipo de documentales se va a echar luz en esa sombra en la que nos proponen vivir. Si hay gente que quiera poner sombra a esto, nos va a dar más ganas y más fuerza para seguir con esta causa. .
-Tratar el tema puntual y no en el contexto de otros temas de la guerra es importante. ¿Está incluido como delito de lesa humanidad?
Ernesto Alonso. Los delitos cometidos son similares. Ahora es una mega causa, como si hablábamos de la causa ESMA o Campo de Mayo. Está radicada en el juzgado de Río Grande porque tiene jurisdicción en Tierra del Fuego, Malvinas y Antártida. Es una mega causa ya que estamos hablando más de 200 militares.
Gabriela Naso: Eso sin contar la cadena de mando. Eso es el cabo denunciado, pero de ahí para arriba hay toda la cadena de mando. Había una continuidad entre las prácticas de los centros del continente y las islas, adaptadas a su geografía. El estaqueo u otras prácticas que remiten al “submarino húmedo” en los centros clandestinos. Si uno lo piensa desde la lógica del conflicto bélico en sí, no tiene lógica, porque qué sentido tiene que la primera línea que va a enfrentar a los británicos esté desesperada por alimentarse.
Silvio Katz: Te agrego algo más. La última película argentina que compitió por el Oscar fue “1985”. Se habla del Nunca Más pero no se habla de Malvinas. O sea, parece que nos extrapolaron y nos llevaron a otro lugar del planeta, con un mundo paralelo.
Eduardo Alonso Ya cuando se arma la CONADEP con todos con los registros propios que tenía Moreno Campo, parte de los archivos que después vimos desclasificados, estaba el tema Malvinas. Ahora, era tal la presión que hacen las Fuerzas Armadas que, por eso, en el primer periodo democrático, desaparece el tema de Malvinas. Termina condicionando la democracia. Lamentablemente, sigue siendo un tema de tabú por un lado, pero nosotros estamos en una disputa de sentido permanente hasta este presente. Estas órdenes de silenciamiento de cómo contar la guerra atravesó a todos los gobiernos democráticos que pasamos. Hemos tenido discusiones fuertísimas con distintas autoridades que estuvieron en distintas etapas del Ministerio de Defensa. Por suerte logramos la desclasificación. Estuvo el Informe Rattenbach en el año 2012. Son los documentos oficiales de las Fuerzas Armadas, lo que nos hicieron firmar bajo amenazas en el Campo de Mayo, donde muchos compañeros con mucha valentía, denunciaron. Fueron los estafadores. En esa época, como dice Zambrino, fueron “malos tratos”. Todo esto va en contra de los dispositivos de instalar a Malvinas como “gesta”.
Cuando hablamos, la sociedad se horroriza de la cantidad de suicidios que hubo, pero ¿alguien los escuchó? ¿Alguien les permitió la palabra? Nos sirvió muchísimo como primera experiencia la reuniones en que nos juntábamos. Eramos 200, 300 compañeros y no lo hacíamos solo acá sino también en Chaco. Era empezar a verbalizar, a hablar. Por suerte hubo grupos que fuimos transgresores a esas órdenes y nos sirvió. Ahora, en estos 43 años lamentablemente hay un montón de compañeros que quedaron en el camino. Por eso, preguntamos si hubo algún tipo de escucha o se impuso un discurso hegemónico para que esto no se sepa.» Bueno, contra eso estamos peleando.

El caso de Silvio Katz era particular por el castigo recibido por ser judío. Hablamos con él por este tema en especial.
Silvio, pudiste hablar con la DAIA por tu caso o con gente de “la cole” sobre este tema?
SK– Lo primero que hicimos fue juntarnos veteranos judíos para pedir un homenaje, un reconocimiento. Tuve la posibilidad de estar con uno de los rabinos que quiso ir a la Malvinas que el gobierno no lo dejó porque era decía que, si dejaba pasar un rabino, tenía que hacer lo mismo con un pastor protestante, etc. Uno entiende que quizás para ese gobierno de facto que teníamos era más importante mandar un misil que apoyo a sus soldados, ¿no? Que no lo hizo jamás. Mi problema con la comunidad fue que hicieron después. Por eso ese libro “Los rabinos de Malvinas” lo crítico mucho. Nunca pisaron las islas. Cuando volví de Malvinas, se olvidaron. Hubo un careo donde terminé siendo expulsado de un templo. No importa, voy a seguir siendo el palito que molesta.
-¿Cómo te sentís al día de hoy, como excombatiente de Malvinas, en relación con “la cole”. Más que nada con ciertas posturas que ha tomado a través del tiempo.
SK Mira, la colectividad se diversificó muchísimo. Me siguen convocando lugares de la colectividad para dar charlas y no les importa que critique y, hable mal. Quieren, digo yo, “amigarse”. En la colectividad y vos lo sabrás también, hay un lema que es “no miremos para atrás, vamos para adelante”. Tuve la suerte de decirle a Baruj Plavnick, que fue el rabino que quiso ir a Malvinas, cuando me dijo hay que mirar para adelante, que si no miro para atrás, vuelvo a repetir mis errores y no me lo puedo permitir. No quiero que mis hijos llevan el apellido Katz en la sangre, pasen por lo mismo que yo. Algunos entienden, otros no. Se ha modernizado en un montón de cosas la religión. No soy practicante pero jamás negaría mi origen. Eso si, me permito ser independiente para poder alabar lo que está bien y criticar lo que está mal.
-Hoy, el presidente Milei tiene una relación especial con el judaísmo pero no hay un recorte particular al respecto que “la cole” aprovecha para poder, como vos decis, “amigarse”?
SK: Calculo que sí. No podemos negar que en el Holocausto hubo judíos colaboracionistas también. Entonces que haya judíos mileistas no me sorprende. Que haya cualquier no solo judíos, sino cualquier colectivo que quiera congraciarse para pasarla lo mejor posible, es el derecho que se arroga el humano para seguir viviendo y no padeciendo. Yo estoy en contra y hago lo hago saber. Creo que ya te digo, es un método de defensa para no sufrir. En algún momento revisarán y se darán cuenta si tienen o no razón. Quizás yo sea el equivocado. Yo sigo a mis principios, llevo 62 años me siento muy cómodo con quién soy.

– Parafraseando a Simon Wiesenthal, viendo lo que sufriste allá. ¿Cómo es buscar justicia y no venganza?
SK: La venganza termina, según mi apreciación, termina envenenándote a vos mismo. Justicia es lo que quiero que le quede a mis hijos. Yo quiero que mis hijos crezcan como están creciendo, viendo Malvinas como una circunstancia que le permitió al padre poder liberarse, poder hablar y poder ser quien hoy es. Un tipo honesto, un tipo que no miente, que tiene sus principios, que se puede equivocar o no, pero tiene bases sólidas. La justicia te da la base es sólida. La injusticia no. Vengo peleando contra la injusticia desde hace rato. El que me castigó a mí, ya falleció. Si hay justicia divina, la habrá sufrido. No lo sé, no me interesa. Mi justicia es que muchos vean esa luz en el camino, que puedan ver que todavía se puede. Esa es la justicia que yo persigo. La venganza me detendría en el camino. No me permitiría disfrutar a mis hijos, mi pareja. Ser convocado para hablar de Derechos Humanos que es algo que me encanta. Entonces la venganza es un arma que usan los tontos para no ir por la justicia.
– Es el “lado oscuro”…
SK. Es que es fácil, si buscas venganza, buscas al que te hizo algo, tomás la medida que quieras y después ¿qué te queda? Toda una vida sufriendo lo que vos mismo hiciste. La justicia es duradera cuando la obtenes.
Ficha Técnica
Título original: Las Voces Del Silencio. Investigación, guión, dirección y producción asociada: Gabriela Naso. Producción ejecutiva: Ana Fraile, Daniel Botti y Lucas Scavino. Dirección de fotografía y cámara: Fernando Lorenzale (ADF). Cámara: Guido De Paula (ADF). Dirección de sonido: Paula Décima. Montaje: Josefina Llobet (SAE). Jefe de producción: Daniel Botti. Asistente de producción: Rocio Bahamonde. Asistente de montaje: Laila Matschke. Postproducción de sonido: Carolina Perez Sandoval y Cynthia Tato Jardon. Corrección de color: Fernando Lorenzale. Diseño de afiche: Augusto Bastons. Duración: 87 minutos. Año: 2024. Calificación: para mayores de 13 años. Producción: PULPOFILMS. Filmada en las provincias de Buenos Aires, Chaco, Corrientes y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, y la Ciudad de Buenos Aires.
Funciones
Cine Gaumont: martes 1 de abril a las 19:30 HS (Av. Rivadavia 1635, CABA).
Teatro Argentino: jueves 3 de abril a las 19:00 HS (Avenida 51, entre 9 y 10, La Plata). Charla posterior.
Cine York: domingo 6 de abril a las 18:30 HS (Juan Bautista Alberdi 895, Olivos, Buenos Aires).
Espacio INCAA Casa de la Cultura Madariaga: jueves 3 de abril a las 21:00 HS y viernes 4 de abril a las 21:00 HS (Dr. Carlos Madariaga 499, Madariaga, Buenos Aires).
Espacio INCAA Cine Teatro Italiano: lunes 7 de abril a las 19:00 HS (Av. Alsina 29, Chacabuco, Buenos Aires).
Espacio INCAA Municipalidad de Rauch: sábado 5 de abril a las 20:00 HS (Av. San Martín 155, Rauch, Buenos Aires).
Espacio INCAA Centro Cultural Comunitario Leonardo Favio: jueves 3 de abril a las 21:00 HS y domingo 6 de abril a las 18:00 HS (Av. Sabattini 200, Villa María, Córdoba).
Espacio INCAA Cine Arte Córdoba: jueves 3 de abril a las 19:00 HS y viernes 4 de abril a las 19:00 HS (17 de abril 275, Córdoba).
Espacio INCAA Cine Teatro Rivadavia: jueves 3 de abril a las 21:00 HS y domingo 6 de abril a las 21:00 HS (San Martín 1505, Unquillo, Córdoba).
Espacio INCAA Sala Hispano: viernes 4 de abril a las 21:00 HS (Av. Cobo 185, Rufino, Santa Fe).
Espacio INCAA Casilda Cine Teatro Dante: martes 8 de abril a las 20:30 HS (España 1910, Casilda, Santa Fe).
Espacio INCAA Cine Teatro Municipal San Martín: domingo 6 de abril a las 20:00 HS (San Martín 1874, Puerto Rico, Misiones).
Espacio INCAA Orestes Caviglia: domingo 6 de abril a las 20:00 HS y martes 8 de abril a las 18:00 HS (San Martín 251, Tucumán).
Espacio INCAA CAPEC Tilcara: jueves 3 de abril a las 19:00 HS (Belgrano 547, Tilcara, Jujuy).
Espacio INCAA Auditorio Bustriazo Ortíz: jueves 3 de abril a las 19:30 HS (Quintana 172, Santa Rosa, La Pampa).
Espacio INCAA Salón Municipal Roca: jueves 3 de abril a las 21:00 HS y miércoles 9 de abril a las 21:00 HS (Uruguay 650, Gral. Roca, Río Negro).
Espacio INCAA Lorenzo Kelly: viernes 4 de abril a las 18:00 HS y miércoles 9 de abril a las 20:30 HS (Fernández Oro 57, Cipolletti, Río Negro).