Uno de los más esperados estrenos argentino fue “La herida”. En el marco de un BAFICI diferente, por una coyuntura más que particular, las nuevas producciones se siguen presentando con alegría aunque no exenta de la preocupación propia del contexto.
“La herida”. Dolor en tiempo presente
Por Cecilia Inés Villarreal.
El pasado puede regresar en formas insospechadas, bajo diferentes formas. Una visita al psicólogo, la revelación de un secreto familiar o un inocente recuerdo pueden ser las excusas para ese viaje. El problema radica cuando ese pasado se vuelve tortura y se encarna en el presente.
La herida, opera prima escrita y dirigida por Diego Gottheil, hace honor a las perforaciones, las laceraciones que desgarran un cuerpo. Por más que el paso del tiempo haya cicatrizado esa vivencia, un contundente detonador puede volverla carne viva.
Raúl es un abogado criminalista (Carlos Santamaría), de edad madura y con una carrera consagrada, tal como su padre. El mandato paterno es implacable como la espada de Damocles. Una llamada telefónica con una noticia dolorosa lo sacude al punto tal de ser transportado al invierno de 1980. Su gran amor de la adolescencia, Marcela, (Macarena Suárez) se suicidó. El adulto Raúl se transforma en el vulnerable adolescente con ideales en un tiempo asfixiante. La voz de Hilda Lizarazu se pronuncia al unísono, empatizando con el protagonista, sin saberlo: Imposible, imposible darle más tiempo/imposible, imposible sólo es un sueño/el amar una sombra como si pudiera ser un objeto de placer.
El clima de época traspasa los muros de la pantalla. Se respira un aire pesado a milicia, uniformes y al control omnisciente de la dictadura cívico-militar. La construcción de época es impecable hasta en sus más mínimos detalles (vestuario, peinado, fotografía y utilería). Raúl (Junior Pisanú) es un joven estudiante de derecho pero en su familia, mide las palabras. Es como un quijote a quien le gustaría luchar contra molinos de viento pero el contexto no es favorable. No encuentra quien lo pueda secundar en esa utopía. Su familia, su compañero y amigo de la facultad Enrique (Juan Tupac Soler), por omisión, ignorancia o indiferencia, no hablan de lo que realmente está sucediendo en el país. Una sociedad con varios dispositivos de control orquestados estratégicamente. Un aparato represivo estatal, sin más.
La dictadura y los amores adolescentes no son un buen combo. Marcela es la pasión del protagonista y su tabla de salvación para despertar y no enloquecer. Son dos almas solitarias que se necesitan, pero son los polos que se repelen entre sí. Ambos tienen la lucidez suficiente para saber que no hay escapatoria. El sonambulismo colectivo de la sociedad es ensordecedor. Se asemejan a los hombres-robot de “El Eternauta”.
Los escenarios naturales de las playas otorgan ese espacio amplio para reflexionar, el mar con sus movimientos ondulantes calma y mezcla las emociones. Las actuaciones de los protagonistas se complementan con el ritmo del filme, como a su vez se luce Raquel Ameri (madre de Marcela) como los padres de Raúl. Son aquella familia argentina que preservan “la fe y la moral”, parafraseando la canción de Viudas e hijas de Roque Enroll. Quizás con algunos minutos menos de duración, se lograría un mayor dinamismo en el desarrollo del relato, potenciando aun más las bondades de la película.
Si bien, el listado de films que aluden a los años dolorosos de la pasada dictadura es extenso (y se agradece), “La Herida” tiene la peculiaridad de transitar por el recuerdo de la época histórica y retratarla desde el punto de vista de un joven lúcido. Un chico lúcido y solitario que se bate en su lucha interna en un continuo loop, que se extiende a la actualidad.
Ficha técnica.
Guión: Diego Gottheil. Dirección de fotografía: Connie Martin. Montaje: Xi Chen. Dirección de arte: Ana Coquet. Sonido: Rodrigo Merolla. Música: Pablo Sala. Intérpretes: Junior Pisanu, Macarena Suárez, Carlos Santamaría, Raquel Ameri y Juan Tupac Soler. Producción: Diego Gottheil y Claudia Matallana. Producción ejecutiva: Claudia Matallana. Compañía productora: La Reserva Cine. Año de producción: 2024. Duración: 116′. País: Argentina
Domingo 28 de abril. Cacodelphia 3. Av Roque Saenz Peña 1150. A las 18.30 h