BAFICI, al día 11 de abril

El Bafici continúa desarrollándose sin mayores inconvenientes. Las películas tienen buena concurrencia y algunas de ellas, cuentan con la presencia de los directores que las presentan. A la finalización, se produce una charla amena con el público.

A continuación, lo que vimos en los últimos dos días.

Documental basado en la vida del recientemente fallecido pintor Carlos Gorriarena. No obstante, el gran mérito de este documental es basarlo en su personalidad, que lo coloca como un sujeto tácito del mismo. Guarini logra que Gorri “esté aunque no esté” y que esta situación sea más allá de la utilización de material de archivo. Los alumnos y discípulos disertando sobre la obra del maestro mientras pareciera que este va a aparecer en cualquier momento en el salón para aportar algún nuevo concepto. El film es colorido, al igual que la obra de Gorri, en perfecto correlato con aquella. Retoma las ideas del artista a través de su pensamiento, como cuando dice que el arte no puede cambiar el mundo. Documental muy colorido, dinámico y de duración justa para recordar a uno de los grandes pintores argentinos de los últimos tiempos.

Muy interesante película peruana. Cinco adolescentes viven en una zona pobre y marginal de Lima. Cada uno de ellos tiene su historia particular, el que quiere estudiar pero ve que la escuela no es para él; la que estudia, es brillante pero la madre no quiere que siga la universidad para ser periodista; el que trabaja de lo que puede y el que quiere irse. Asi, cada uno va transitando su vida entre sueños frustrados de un futuro incierto y un presente atroz al cual quieren escapar. La forma en que está filmada permite penetrar en las vidas de estos jóvenes y hacerse carne de sus vidas. El contexto político también está presente con el tema de los “terrucos” (terroristas) y la posibilidad de dos de los chicos de entrar en el ejército para tener “algo” de futuro. El realismo que tiene la película tiene igual nivel de calidad y seriedad ya que no apela a ningún golpe bajo o recurso ajeno para que conmueva o llame a la reflexión. Muy bien filmada y artesanalmente perfecta, cuenta con muy buenas actuaciones. “Paraíso” es de los mejores films que se están viendo en el Festival.

Fenelón Guajardo Lopez, un ex boxeador sale del cuadrilátero y salta a la fama, gracias a que gana un concurso en «Sabados Gigantes», un programa de la televisión chilena, debido a su gran parecido al actor norteamericano. Con un humor inocente y bizarro, Fenelón (que cambiaba de nombre según le parecía) va describiendo como va cambiando su vida gracias a Bronson asi como distintas historias en las que fue el héroe de situaciones límite. Estas historias, en la voz de Fenelón son como anécdotas y cuentos que causan impresión e hilaridad por la forma en que son contadas. Incluso, en una dice que se enfrentó a tres tipos y ante la repregunta, dice que son ¡cuatro! Asi las cosas, decide filmar un corto para la televisión chilena en la que muestra toda su “sapiencia” en el séptimo arte. Ah! Para no perderse, cuando camina en la calle y la gente lo reconoce y le dice lo que le parece. Este Charles Bronson chileno es una muestra de la agudeza que tiene Flores del Pino para captar imágenes y sensaciones, dignas de un análisis sociológico por la muestra que obtiene de una sociedad chilena en 1978. Bizarra y muy graciosa, el film deja un buen momento de cine para disfrutar y compartir y por que no, repetir.

Este es un documental que relata los acontecimientos que van ocurriendo en la vida profesional de Norman Finkenstein, un prestigioso profesor, de origen judío y ferrea oposición a la política del Estado de Israel y a lo que él llama “la industria del Holocausto”, un usufructo a través de un acontecimiento terrible para extorsionar a los países europeos por parte de Israel. El documental se encarga de seguir a Finkelstein a distintos lugares, ya sea conferencias en universidades en EE.UU o Europa, Hebron y Beirut. Finkelstein es una persona polémica tanto por sus dichos como por la forma en que lo dice. Asi se cruza con estudiantes, escritores y políticos. Este documental logró que en la sala en que se exhibía, se produzcan tanto aplausos como rechifla sobre las argumentaciones de Finkelstein. El documental en si, trata de mostrar al académico desde un punto neutro, tan solo en sus palabras y pensamientos pero el montaje tiene una tendencia a enaltecerlo como “mártir” que lucha frente a grandes “enemigos”. Tiene un ritmo veloz pero no rápido, que atrapa y mete al espectador de lleno, en la polémica.

Bernhard Sallmann penetra con su cámara en la vida cotidiana de la agencia alemana WASS. Dicha agencia, ubicada en Berlín, tiene la finalidad de recabar los viejos documentos de la Segunda Guerra Mundial, referidos a la Wehrmacht y clasificarlos. Se ordenan papeles asi como objetos personales con lo que se ponen en contacto con los parientes de los fallecidos, estableciendo un vínculo muy particular. Esta relación, particular y extraña, no solo se da con los papeles que manipulan día a día sino que también, da la pauta, de lo que sigue ocurriendo hoy en día en Alemania en la relación de la gente común (y su participación –o no-) con el nazismo. Incluso se puede ver como una de las empleadas lee el memo original de la muerte de su padre en Rusia. Trabajan casi quinientas cincuenta personas allí con amplio predominio de mujeres, las cuales van relatando a la cámara sus sensaciones, vivencias y rutinas.

Radiografía cinematográfica del músico Charlie Haden, desde sus inicios, ligados al folk y al country hasta convertirse en uno de los músicos más respetados de jazz. Se repasa su etapa con Ornette Coleman asi como sus colaboraciones con Pat Metheny y Keith Jarret. Por otra parte, se muestra no solo su parte profesional sino su parte humana, ligada a la defensa de los derechos civiles de la gente de color asi como su oposición a la guerra de Vietnam y a todas las formas de racismo y opresión. Cuenta con un ritmo dinámico, matizado con música y testimonios tanto de su familia como de músicos (incluídos Metheny y Jarret). Si bien está muy bien realizado, quizás tenga algunos minutos de más o que hubiese sido mejor desarrollar sus trabajos con otros artistas (más allá de la mención) como Egberto Gismonti o Dino Saluzzi. Charlie Haden tiene un documental que lo ubica en el lugar que se merece dentro de la música.

El tema de la drogadicción siempre fue muy requerido para darle una vuelta de tuerca a los documentales tratando de expandir las fronteras de los mismos. Aquí, el mismo se desarrolla a través de las vivencias de Dimitri Mugianis, un ex adicto recuperado, que busca ayudar a otros adictos con métodos extremadamente drásticos, con la utilización de la ibogaína. Pero, debido a una complicación con uno de sus pacientes, decide emprender el viaje a Africa para adentrarse en las bondades de dicha hierba y hablar con los chamanes de la cultura Bwiti. Este es un documental visceral en el que la crudeza se ve en su punto justo pero no va más allá de este, buscando espectacularidad. La cámara toma todo y compagina de tal forma que el rompecabezas sea armónico tanto en su desarrollo como en su contenido.