Cine: «Un Mundo Seguro»

Pantalla de nuevas pesadillas

Guión y Dirección: Eduardo Spagnuolo. Con Carlos Belloso, Antonio Birabent, Carla Crespo, Héctor Noguez, Santiago Schefer y Vanesa Motto Guastoni. Director de fotografía: Marcelo Bonato. Música: Martín Pavlovsky. Montaje: Danilo Galase y Javier Galase. Género: Drama-Thriller. Origen: Argentina. Duración: 85 mins. AM13. Distribuidora: Primer Plano.
 

Cines Espacio INCAA Km 0 Gaumont, Cinemark Malvinas Argentinas y Hoyts Factory Quilmes

Hay películas que plantean numerosos interrogantes y sensaciones que van más allá de la definición que cuente la misma. Este es el caso de “Un mundo seguro” que se presenta de como “thriller” y “drama” pero que va para el lado de lo absurdo y bizarro, con una ironía solapada sobre los miedos de una sociedad moderna desde lo tecnológica pero paranoica en sus relaciones.

El film retoma la vida de Patricio Podestá, un poderoso empresario de medios de comunicación que, sufre el ataque de un  encapuchado cuando toma una salida equivocada en la autopista. Este hombre enmascarado, al reconocerlo a Podestá, no lo roba sino que lo viola y se transforma en el fantasma que lo perseguirá a lo largo de su vida. Por eso y con todas las posibilidades económicas a su disposición, comprará una casa –Your home, your world- “tan segura como las Pirámides de Egipto”, que terminará siendo su propia cárcel.

Hay varios puntos a considerar. Primero, abre diversos frentes para analizarla debido a que apunta tanto al deseo constante de “seguridad” y la consabida alienación que esto provoca asi como el rol de los medios de comunicación. Allí es donde aparecen los personajes de Antonio Birabent (Carlos Rozzi y su alter ego, Charly Mad) y Carla Crespo, quienes son los conductores de un programa de chimentos que están detrás de la vida de Podestá, sabiendo lo poderoso que es y lo mucho que “garpa” una noticia sobre él.
En esta misma línea, hay un deseo de molestar al espectador, desde la forma en que se la concibe así como en su desarrollo. La riqueza del film radica en no leerla de manera convencional o literal sino en dejarse ganar por las interpretaciones personales que realice cada espectador, con lo cual, implica un esfuerzo extra de aquél que la mira. No se le da todo “servido en bandeja” sino que le pide “comprensión” y “relación” con un film que ataca tanto a la tecnología como respuesta a todos los males como a la injerencia de los medios en la vida de las personas, pasando por las paranoias de la vida moderna y cómoda de cierta clase media-alta del siglo XXI.
Además, si bien la película toma un hecho de la vida de Podestá como comienzo de su deseo de estar “seguro”, éste no difiere de ciertos programas políticos que criminalizan la pobreza o consideran al otro, como un enemigo. La alienación tecnológica a la que Podestá accede apunta otro de los peligros que vive la sociedad hoy en día en su relación patológica con la necesidad de estar «conectados» todo el tiempo.

La creación de los personajes es caricaturesca y extrema con lo cual, la creación de sentido pasa por la relación que se establece con el espectador. Este reconocerá las situaciones perfectamente pero éstas no están encuadradas dentro del marco de la “seriedad” sino de una atmósfera bizarra que, paradójicamente, lo acerca a una realidad a la cual se accede con solo apretar el control remoto. 
Para tal fín, se aprecian actuaciones viscerales y de buen tino a cargo de Carlos Belloso, Carla Crespo y Antonio Birabent asi como un montaje exacto para el ritmo que propone la película. Lo mismo ocurre con la música pergeñada con muy buen gusto y sutileza por Martín Pavlovsky.

“Un Mundo Seguro” inquiere, fastidia e incomoda saliéndose de varios moldes y allí es donde radica sus virtudes.

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