Es bien sabido que el talento cotiza en bolsa en esto de crear buenas historias tanto cine como en televisión. No obstante, siempre es necesario una guía que sirva para plasmar este talento en el papel para tener un producto –más allá de la implicancia de esta palabra- acorde a lo que se puede brindar.
En «Cómo escribir el guión perfecto» (Ediciones Ma Non Troppo) Philip Parker escribió una guía sencilla y amigable a la lectura y a la práctica. Para tal fin, Parker plantea el concepto de “matriz creativa” que permite la interrelación de la historia, los personajes, la idea el tema, la estructura dramática, el género, el argumento, el estilo y el tono. Esto que parece una mezcolanza atróz, fácil de decir pero difícil de llevar a cabo, Parker lo presenta de una manera didáctica y de fácil comprensión apelando a ejemplos de películas famosas en las que se confrontan situaciones diversas.
Aunque parezca increíble, y el mismo Parker –quizás- lo niegue, el libro tiene el dinamismo de una novela, con sus diez capítulos en los que desarrollará su idea, con un principio, un nudo y un desenlace tal como nos enseñaban en el colegio. Cada capítulo tendrá un desarrollo concienzudo en el que la buena diagramación es fundamental para que los conceptos no sean una “brain –o written- storm” sino que se deje leer desde las mismas letras del libro. Esto que parece básico, no lo es porque, en gran cantidad de ocasiones, la aglomeración de palabras hacen que una buena idea se pierda antes de llegar a destino, por el cansancio que implica la lectura en si. Al respecto, el capítulo “De las historias a los temas” da cuenta de lo dicho, con una claridad conceptual que permite elaborar un análisis a partir de lo leído asi como llevarlo a la práctica a la brevedad. Lo mismo ocurre con “Las herramientas del oficio” donde el autor sostiene que “para simplificar las cosas y facilitar la explicación, seguiré el proceso de desarrollo de un largometraje o serie de televisión. Abordaré los siguientes términos: Premisa, bosquejo, tratamiento, bosquejo por pasos, planteamiento del guión y formato de series”.
Por otra parte, con una pregunta literal con respecto a los objetivos y deseos y será “todo aquello que queremos saber de tal concepto o idea y no nos animamos a preguntar”, se ilustrarán situaciones y se evacuarán todas las dudas subyacentes. Los consejos del autor se aprecian con un lenguaje amigable. “Desarrollar un personaje a lo largo de una historia es el camino más corto y rápido hacia la columna vertebral de una narrativa” o al referirse a los estereotipos, afirma que “cuando conocemos bien a un personaje y podemos vaticinar sus acciones, la narrativa resultará predecible y aburrida en última instancia”.
El libro logrará que el lector, una vez finalizada su lectura, busque un Documento Word (o un anotador, como los que somos de la vieja escuela) y empiece a diagramar sus ideas. O en todo caso, empiece a mirar películas pero con otra lente. Aquella que permite ver los “hilos” que están detrás de una serie o un film.
“Cómo escribir un guión perfecto” permite una primera y muy seria aproximación al análisis y a la escritura de guiones tanto para TV como para cine, con dinamismo y sapiencia para su lectura y los concepto vertidos, para su fácil aprendizaje.