Debe haber pocas celebridades en la historia de la Humanidad cuyo cualquier hecho sea una excusa tan simple como valedera, para empezar a hablar de su legado y la admiración que se le tiene.
Muhammad Ali es una de estas personalidades tan ricas como polémicas que entran en este pequeño Olimpo de dioses en la tierra.
Quizás sea porque, hace unos días, se cumplieron treinta y nueve años de su última gran hazaña. Era el 15 de septiembre de 1978 y Ali recuperaba por tercera vez el título mundial de los pesos pesados. Derrotó por puntos al joven León Spinks quien se lo había arrebatado el año anterior.
Pero hay más por destacar. Con sus treinta y seis años, obtenía algo que no se había logrado hasta la fecha (ni aun hoy) que es volver a ser campeón del mundo por tercera vez en la categoría de los pesados. Más aún a una edad avanzada para el deporte de las narices chatas.

Cada una de las peleas va precedida por una frase que define el carácter de Ali. Pero el recuerdo y la añoranza de quienes se subieron al cuadrilatero con él, dan cuenta de su influencia en sus respectivas vidas al tiempo que viajan a sus propias individualidades para contar la forma en que se iniciaron en el boxeo. Con vidas de pobreza y marginalidad, no exenta del racismo –con la excepción de Cooper y, en un punto, Chuvalo- que imperaba en la época, “Facing Ali” se centra en la figura del gran Muhammad pero también saca a la luz las vivencias de estos guerreros del ring. El accidente terrible de Ken Norton, las pérdidas familiares de Chubalo o la conversión a la vida religiosa de Foreman –tras una pequeña escala en el lugar del cual volvió Victor Sueyro- son algunas de las piezas del rompecabezas que conforman un excelente documental.
Un punto a destacar es que la personalidad arrasadora de Ali atraviesa el documental pero no lo monopoliza. El orden de aparición de cada uno de los rivales, en estricto orden cronológico, atrapa tanto al que gusta y conoce de boxeo como al neófito en la materia. Los ojos y corazones de los contendientes cuentan todo, de primera mano, tras haber sido testigos de una historia única. Voyeuristas de quien fue el boxeador más importante en la faz de la tierra, los relatos van desde el momento en que empezó a hacer sus primeras armas en el boxeo hasta su posterior retiro y lucha contra el mal de Parkinson. Su conversión al islamismo, el cambio de su nombre, su negativa a ir a Vietnam y el orgullo de pertenencia a la comunidad negra, son rescatados en su justa dimensión.

Tras la excelente pelea del fín de semana entre Gennady “GGG” Golovkin y Saúl “Canelo” Alvarez, en la que los amantes del boxeo volvimos a recuperar la fé en este deporte, “Facing Ali” es una muy buena opción no solo para disfrutar de un documental de gran calidad sino para volver a hablar y dejarnos subyugar por el “Bocón de Kentucky”. Su nombre denota todo. Se hacía llamar “El más grande” pero este apelativo es sinónimo de su persona en toda su dimensión: Muhammad Ali.
Aquí, el documental propiamente dicho. ¡Que lo disfruten!