Para el gran público, Asa es un nombre que provoca duda. “¿Quien?”, “¿Cómo se llama?”, “Ahhh, se llama Asa”. Recién ahí es cuando se empieza a prestar atención a una artista que va por su segundo disco, el cual es el que escuchamos y presentamos (recomendamos) para ustedes.
En “Beautiful imperfection”, Asa demuestra contar con una voz suave y poderosa, de esas que transmiten emoción a través de canciones de variados ritmos, aunque más cercano al jazz, soul y un toque de reagge. Nigeriana de origen, francesa por adopción, digamos que Asa sería una continuación de Sade aunque no tan pop, sino con matices en este sentido. Buenos arreglos, con una instrumentación acorde para permitir una rápida escucha y llevarse una muy buena impresión De esta manera saltará de un reagge matizado con una guitarra distorsionada en “Bimpe” a una balada dramática como “The Way I Feel” o “Preacher man”. Lo mismo ocurre con el paso de “May be” a “Be my man”.
El disco comienza con una tonada alegre y amigable sin que esto implique que sea liviano con “Why can’t we”, un reggae rápido, con cierto guiño en su comienzo a “God only knows” de los Beach Boys en su forma de cantar y con un estribillo de esos que despiertan una sonrisa automáticamente.
Con “Be my man”, Asa suena en un tono Amy Winehouse pero más rápido y soul, con un tema muy lindo, de esos que levantan el ánimo para pasar a una canción acústica y emotiva como “Baby gone”. El idioma yoruba se aprecia en la mencionada “Bimpé” y en la animada “Brodaolé” en la que se mezclan palabras en inglés.
Las letras, todas compuestas sola o en colaboración por Asa, (cuyo verdadero nombre es Bukola Elemide) van desde una postura íntima, con planteos existenciales hasta críticas a la situación política actual. En “May be”, hace una editorial sobre la base de una canción simple, con una programación de batería y un tono de voz casi infantil. Dice “El mundo está lleno de dolor/ hay gente muriendo por todos lados/ ¿alguien puede decirme con quien me puedo quejar?/ Nunca se vio esta atención en la seguridad/ hasta el terror y la catástrofe/ y ahora está todo lleno de armas”/. En “The way I feel”, da cuenta de sus dudas personales y su relación con el mundo. “Me siento flotar a través de la existencia/ viviendo después de tiempo/ Me siento forzada a romper el silencio/ Es esto un crimen?/ Siento que no estamos suficientemente enojados/ que mientras esperamos /el reloj está corriendo /y que va a haber una explosíon!”. Lo mismo ocurre con la búsqueda de soluciones a preguntas con “Preacher man”, aquí plasmando todas las dudas de un futuro incierto al tiempo que trata de hacer bien las cosas. “Predicador, vine hasta ti porque necesito tener fe/ perdí mi camino/ con mi bolsa llena de vergüenza/Ayer tenía todo y hoy no tengo nada/ Donde estas, donde te puedo encontrar/ Señor, muéstrame tu cara por favor!/.
Para el final, un piano preanuncia la última canción, la cuestionadora “Questions” en las que Asa se pregunta retóricamente sobre varias cuestiones que sobrevuelan su mundo. Realiza ese tipo de interrogantes que te dejan no solo con dudas sino que invitan a una reflexión seria al respecto. “Dime cuantas mujeres y niños olvidan sus sueños/ cuantas películas se vuelven real/ Hay tantas preguntas que me gustaría hacer/ asi podés entender como me siento” y sube la apuesta con «¿Cómo se ocupan tanto las personas que no encuentran tiempo para amar?/¿Cuál es la verdad detrás de por qué la gente va a la guerra?/¿Por qué hay tanta religión y hay tan poco amor?/¿Alguna vez llegaré a conocer la verdad algún día?«. Una muy interesante reflexión un álbum que pasó rapidísimo en la compactera.
Con un sonido de alta calidad y una interpretación sentida y cálida, “Beautiful imperfection” da cuenta de un muy buen disco donde el título es premonitorio de todo lo que se va a escuchar a posteriori. Asa consolida su carrera con un disco absolutamente recomendable para escuchar más de una vez, en distintos momentos que producirán diversas emociones y sensaciones.