Jazz en estado puro, en sus más diversas variantes. A partir de esta premisa, Tomás Fraga creó “Influencias”, su primer disco solista. Como si fuera un collage de su carrera, cada una de las canciones dará cuenta de todo aquello que ha resultado importante en su desarrollo como músico. Pero será en el buen gusto y la sutileza donde radique una de las grandes virtudes de este gran disco.
Al respecto, rescatamos la palabra “collage”. Desde el mismo momento que uno puede ver y tocar el CD, se aprecia el delicado trabajo del arte de tapa y concepción del mismo. Todo en blanco y negro, con fotos de los músicos y particulares ilustraciones que denotan el carácter artesanal del disco.
Fraga se rodeó de una gran selección de músicos. Tal es el caso de Tomás Fares en piano, Pablo Motta en contrabajo y Oscar Giunta en batería, quienes terminan conformando la banda de apoyo de Fraga en la mayor parte de los temas del disco. En dos temas, serán Álvaro Torres en piano, Andrés Pellican en bajo y el mismo Giunta en brindar el marco de excelencia a las ideas de Fraga. Participaron de la grabación, con aportes de calidad, Quintino Cinalli en percusión, Sergio Wagner en trompeta, Gabriel Santecchia en saxo y clarinete y el cuarteto de cuerdas compuesto por Demir Lujla en violín, Carlos Cosattini en violín, Mariela Meza en viola y Patricio Villarejo en cello.
En “Influencias”, Fraga realizó un homenaje real y sincero a sus raíces musicales, atravesado por un sano espíritu de agradecimiento y generosidad. Al respecto, todos los músicos participantes tienen su momento para destacarse. No obstante, el gran hallazgo está en que todo se encuentra en su debido lugar. No es un disco de avasallante virtuosismo sino del conocimiento puesto al servicio de la música, al tiempo que mantiene la impronta de la improvisación.
La huella de Pat Metheny se aprecia apenas se abre el disco con “Pequeños pasos” mientras que la yuxtaposición de estilos se hace un festín en “Seúl” donde pareciera que Chick Corea hubiese nacido en Uruguay y ponía las teclas de su piano a disposición del candombe. La percusión de Quinitino Cinalli será fundamental para el clima rioplatense al tiempo que Andrés Pellican realiza un solo de bajo alucinante.
En “Girando”, la guitarra de Tomás Fraga se bate a duelo melódico el piano de Tomás Fares, al tiempo que el cuarteto de cuerdas crea un clima subyugante. Lo mismo ocurre con “Mejor reírse” donde las cuerdas dan pie a una atmósfera cinematográfica, con el clarinete de Gabriel Santecchia llevando adelante al tema.
El disco tiene la impronta de un viaje musical a los diversos estilos del jazz. Sin prisa pero sin pausa, cada canción es una de las estaciones en ese recorrido. En “HB”, los vientos retoman la impronta de antaño mientras el contrabajo marca su presencia. Con “Jesús de Puente Saavedra” (¿será el hermano cool y refinado de Jesús de Laferrere?), tenemos el tema más largo del CD. Son 10.29 minutos de pura creación a puro ritmo, de impronta urbana. Será este EL tema que condense el espíritu del disco.
Veinte segundos de trabajo sonoro con un dejo a “Revolution N°9” de The Beatles, dan inicio a “Geno”. Aqui, Fraga deja las seis cuerdas para sentarse al piano y regalar uno de los temas más elocuentes del disco.
El contrabajo y un fraseo de película abre el camino a “El pulpo negro” para que después se sume el piano asi como el resto de la banda. Mientras que en “No sé” se aprecia la mixtura llevada a un combinación de candombe con improvisación jazzera, con la trompeta y el saxo tenor liderando las melodías, “Influencias” se cierra con una remake de “Pequeños pasos”, el tema que abrió el disco.
Como si fuera un cuento, un relato musical, llega a su fín en el mismo lugar pero con otra impronta. Se produjo un viaje, un tránsito sonoro por variados estilos y formas de interpretación. Por tal motivo, el finalizar con el mismo tema que abrió el disco permite dar cuenta de la creatividad de Tomas Fraga que, solamente con el acompañamiento de su padre, el gran pianista Manuel Fraga, regale un cierre tan preciso y sensible.
En su primera experiencia solista, Tomás Fraga sacó “Influencia”, un muy buen disco con una gran cantidad de matices que pinta el trabajo artesanal y único, de un músico que, a pesar de su juventud (24 años) toca con la sapiencia de un veterano pero sin perder nunca la frescura.
Tomás Fraga. Miércoles 18 de Mayo. Boris Club. Gorriti 5568. A las 21.30 hs