Disco: “Otra vuelta” de María y Cosecha

Calidad pura y folklórica
Hay músicos que, si bien tienen una impronta y un estilo definido, se permiten no solo la fusión entre varios estilos sino que logran un resultado por demás auspicioso. María y Cosecha es un quinteto integrado por María de los Ángeles Ledesma en voz, Pedro Furió en guitarra, Pablo Fraguela en piano, Taty Calá en contrabajo y Matías Furió en percusión. 

El folklore va extendiendo la mano, con guiños varios al jazz y al tango pero sin perder nunca la raíz del repertorio interpretado. La interpretación de las canciones es estupenda y con un sonido muy cuidado. Esto es apreciable en la forma exacta (académicamente hablando sin que esto implique frialdad alguna –como suele ocurrir-) en temas como los instrumentales “Milonga” y la jazzera “De alguna orilla”. La forma en que trabajaron los arreglos de las canciones es por demás interesante. Esto es apreciable en la forma en que se le cambió el ritmo y la velocidad a “Biromes y servilletas”, de Leo Masliah, convirtiéndola en una especie de balada triste, con el piano diciendo presente para llevar adelante el pulso de la canción. “Rey mago de las nubes” suena en la afinadisima voz de Ledesma como una canción de cuna alegres y luminosa, como paso previo a entregarse en los brazos del mismísimo Morfeo. “Viditagua” retoma el tinte folklorico tradicional que continúa con “La ollera”, el tema de Julia Elena Dávalos, pero siempre con la impronta de María y Cosecha. 
Con “Limeña”, ese vals peruano excelentemente interpretado por los Chamas, entre otros, se convierte en una canción folklorica con la flauta llevando el ritmo del tema y la voz de María enriqueciendo la versión varonil, a tres voces y más rápida de los mencionados Chamas.

El disco destila artesanía, trabajo y buen gusto en la interpretación y búsqueda de los sonidos. La belleza de la nota puesta en el momento exacto. Aquí no hay sentimentalismo ni una extensión melosas de las canciones para intentar ser un hit o un momento épico.  Por este motivo, el disco se escucha, se disfruta y logra que el tiempo pase en compañía de muy buena música. Lo que hizo María y Cosecha fue adaptar las canciones a su formato, dotándolas de una identidad propia, complementaria a su originalidad “de fábrica”.
El tercer trabajo de María y Cosecha ubica al grupo en un lugar de reelaboración de un cancionero folklorico y popular a través de un muy meritorio crecimiento musical y un disco de alta calidad. De esos que se escuchan, vuelven a escucharse sin ningún tipo de reparos.

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