Disco: “Sumergido” de Pablo Juarez


Siempre se valora el arribo de nuevos valores a nuestra música, que revitalicen géneros que, por estar consagrados, pareciera que el ser “autentico” para un intérprete implica repetir lo mismo hasta el cansancio. Pablo Juarez, un pianista y compositor rosarino, sale de esta ley no escrita para adentrarse en diversas músicas que mezclan el jazz y el folklore entre tantos otros. Juarez opta por una formación de cuarteto, compuesta por él mismo en piano, Diego Suárez en flauta, Fernando Botti en contrabajo y Sergio Morán en batería y percusión. Los invitados son María de los Ángeles Ledesma en voces y Franco Luciani en armónica. Justamente, los únicos temas cantados son los que participa la “Chiqui” Ledesma (voz líder de “María y Cosecha”).
El disco abre con “El caminante” y el contrabajo que antecede al muy dominio que tiene Pablo Juarez de la melodía. A través de su interpretación al piano, abre el abanico de posibilidades estilísticas con el sonido de la flauta intercalándose con sus teclas, con cierto aire de música del altiplano. De esta manera, aires rioplatenses arriban al disco, lo cual se extenderá a lo largo del mismo. Los climas que irá generando, lograrán la empatía inmediata del oído atento y deseoso de escuchar buenos canciones bien tocadas por buenos instrumentistas. 

Suena “Pal’ que se va”, uno de los mejores temas del disco, con ese piano tan armoniosa y melódicamente interpretado. La armónica de Franco Luciani enriquece la canción con la dulzura de su sonido en un dueto con el piano de Juarez, para este bello tema de Alfredo Zitarrosa.

La “Chiqui” Ledesma participa en dos temas, “La quietud” y “Memoria de pueblo”, ambos con la intensidad exacta en la interpretación de Ledesma, que los acerca a sonidos que recuerdan al cancionero argentino popular. Y aquí es donde reside el valor del disco, porque retrotrae pero no copia ni reproduce sino que lo re-elabora desde un punto de vista absolutamente personal y con identidad propia, enriqueciendo el género.
Con “Pescador y trenes”, el piano mantiene el ritmo de una base sólida al tiempo que el contrabajo y la flauta llevan la parte “solista” de la canción. Al respecto, es destacable la forma en que Juarez le permite a todos los integrantes del cuarteto tener su participación e incidencia en el desarrollo de las canciones. Por este motivo, los temas son interpretados con naturalidad y una cadencia que lo hace ameno para la escucha.
El disco cierra con “Mar” en el que una batería jazzera antecede a una intro más extensa de piano y decantar en la melodía de la flauta de Diego Suarez.
Pablo Juarez editó un sutil y lindo disco debut, con arreglos en los que la sencillez prima junto con el buen gusto de composiciones que permiten avizorar a un solista de promisoria carrera.

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