De a poco, el folklore va convirtiéndose en el lugar propicio para que se realicen diversas mixturas y combinaciones de estilos, enriqueciendo un género hasta lugares inimaginables., expandiendo sus fronteras. Lo Pez es uno de aquellos aires nuevos que pueden destacarse al día de hoy, en el que la poesía más urbana se combina con la estética del folklore pero con el agregado de algunos instrumentos electrónicos que conviven en perfecta armonía con un bombo leguero.
El grupo está integrado por Julio Orieta (bajo y voz), Mariano Prosdócimo (bombo y voz), Román Giudice (guitarra y voz), Ignacio Romero (guitarra y charango) y Federico Nicolao (guitarra y voz).
En este, su segundo disco, las voces son cálidas y bien trabajadas, con una identidad propia aunque, quizás, son demasiado suaves en algunos casos para las interpretaciones. No obstante, no cae en el folklore melódico/meloso de “Los Nocheros”.
Desde el comienzo mismo, con “Caride”, se aprecia una guitarra que atrapa en su sonido para continuar con la idea de unión de variados ritmos en la frase “De Rocha a Buenos Aires, viene este gato, buscando un horizonte de tranco largo”. A partir de allí se abre un abanico de canciones con variada sonoridad pero manteniendo al folklore como género dominante. Esa misma guitarra, se escucha en “Grises”, otro buen tema que se destaca dentro de un material muy regular. En “Poquitas cosas”, un slide pone otro a una canción con un aire rockero en su guitarra, para una letra apacible en la que “Poquitas cosas como la luna y el sol, de andar andando, tranquilo mi corazón”
El disco se deja escuchar y brinda una agradable sensación frente a la búsqueda del grupo y el sonido limpio del que hacen gala. De esta manera, habrá temas más introspectivos como “Bronce”, en el que la mirada frente a la repetición de los hechos da lugar a la incomodidad. “Yo ya estuve allí/ esto ya lo viví/ me senté en ese mismo sillón/ moví nerviosamente la pierna hasta calmarla” que convivirán con otros más ligados al género tradicional tanto en instrumentación y letra, como es el caso de “Horco Molle”, con su “Tucumán revive en mi corazón/y estoy tan lejos”. Justamente, en “Bronce” el trabajo de la guitarra es quien lleva el pulso de la canción junto con un coro de los que hacía rato no se escuchaba.
El disco incluye incluye el tema “Verde memoria”, una canción inspirada en el libro “La balada del álamo Carolina”, de Haroldo Conti, ganadora del Premio Gustavo Leguizamón, otorgado por el Fondo Nacional de las Artes. El tema es uno de los puntales del disco con su ritmo cansino y una interpretación suave y campestre al tiempo que el espíritu de Haroldo flota en la canción.
Con “De Bolivia” dan visión de lo que esperan de América Latina. “Bandera a cuadros flameando, resistencia y unidad, Simon Bolivar, Guevara, La verdadera hermandad”.
Voces al frente son continuadas por la percusión festiva para cerrar al disco con “De Superí” y terminar con una sonrisa un disco de catorce canciones. Una guitarra que juega con bellos arreglos se funde con la batería de murga de Andrés Bustos para un final a toda orquesta. “Poquitas cosas” es un disco amigable, bien grabado y sonido limpio que cuenta con variados elementos para ser escuchado más de una vez.