Guido Briscioli: Música catártica y sensible en forma de «corazonada»

Este 9 de julio no solo es una fecha patria en relación a lo acontecido en 1816. En el caso particular de Guido Briscioli, es el día en que aparece “El bien abraza” -primer corte de su EP “Corazonada”- que estará disponible en todas las tiendas digitales. Editado por el Club del Disco, es un trabajo integrado por tres piezas que se dará a conocer en tres pasos que continuará el 30 de julio con “Vení” y el 20 de agosto con “Todavía” y la edición del EP completo.
Briscioli abre mente y corazón para presentar su obra y reflexiona sobre el contexto pandémico para la creación y el streaming, entre otros temas. 
 

– Guido, ¿cómo surge “Corazonada”? ¿A qué se debe el título?
-Una corazonada, como un impulso primario, es una respuesta frente a toda adversidad. Estos temas vienen de lo más de lo más hondo, de un tiempo sin tiempos. Por eso estos temas fueron llegando de a poco. Es un trabajo vivo y de emociones, reflejo de la vida con sus reveses, con sus blancos sobre negros, sus matices. Algo de lo vivido quise que quede reflejado en estos temas.
 
-¿Quiénes fueron los músicos que te acompañaron en el EP? ¿Fue banda o invitados?
-Si bien es un proyecto solista, suena a banda y eso era una premisa. Cada uno dejó su sello, pero la música es una sola y todos buscamos comprenderla antes de grabarla. Volviendo a lo anterior, cada vez estoy más lejos de querer escribir arreglos para instrumentos de modo genérico y que, cada cual toque eso y ya. Funcionaría pero me suena irreal. Te perdés un poco las particularidades de quién toca, más cuando te gusta lo que proponen los demás para nutrir tu música. La realidad es que el trío de base ya suena amarrado y fresco porque nos conocemos. La dupla Sanucci-Judurcha (bajo/batería) arman el espacio sonoro perfecto y crean texturas para que yo con la guitarra pueda entrar y salir; trabajar como figura y fondo, en el centro y en los bordes de la música. Tengo la sensación de que crean un marco perfecto para evitar caer en cualquier automatismo. Esto es esencial a cualquier música a la que me aproxime. La música respira, tiene corredores por donde subir y bajar de intensidad; los instrumentos lejos de superponerse, conversan. Me siento muy cómodo con ellos, pero a la vez es un desafío sonar bien en este formato. El equipo lo completó Edi Dimmer con pinceladas de cuerdas y efectos, muchas veces subliminales, haciendo apariciones esporádicas, sólo para completar la escena, sorprender, estar en los detalles. Lo imprescindible.
 
-Contame sobre la grabación del disco
-En este contexto, se dio de una manera un poco particular. Si bien las composiciones las trabajé con tiempo- como un artesano en soledad-, la realidad es que con los músicos no hubo ni un sólo ensayo antes de la grabación. Gracias a una buena labor de preproducción por parte de todos, pudo sonar sumamente cohesionado. También ayudó el compromiso de los músicos, sumado al intercambio de ideas permanente durante el proceso creativo. Primeramente, armé maquetas de toda la música en casa. Fui abriendo al grupo los temas, contando las emociones que atravesaban las canciones y ellos propusieron su juego para cada canción. Cuando ya teníamos algo jugoso, nos juntamos con Cristian (Judurcha) y Nico (Sanucci) y grabamos bata y bajos en estudio. Por el proceso que habíamos hecho anteriormente fue como ir a jugar. La música, el concepto, las matices, ya estaban súper claros. Luego, en otro encuentro, en la casa de Edi (Dimmer) le mostré los temas y él, siempre tan musical y genial, imprimió espontáneamente su energía sobre estas canciones.
 
-¿Cómo es tu relación con el estudio de grabación?
-Este año que pasó fue curiosamente el año que más grabé en mi vida. Participé en discos  del exterior, grabamos el disco con Colosos, este EP que estoy lanzando ahora y sigo colaborando en discos de artistas. Todo eso desde el estudio que armé en mi casa para poder seguir trabajando. La necesidad generó que me introdujera más de lleno en esta dinámica, con resultados muy interesantes. Así y todo, ir al estudio de grabación, esa ceremonia, la de uno -y otros- prepararse, esa magia sagrada de varias almas en el mismo espacio/tiempo es algo que extraño y me resulta insustituible. Lo disfruto mucho, casi o tanto como la tocada en vivo. Antes me enroscaba más en la previa de ir a grabar, ahora me entrego más de lleno a ese ritual de comunión sonora… Será que me estoy poniendo viejo, (risas).


-¿Dónde lo grabaste? ¿Cómo fue el trabajo con el sonido?

-Fue grabado y mezclado en Estudio PAN y masterizado en “El Hornero” por César Silva. Tenía claro la sonoridad que quería lograr para los temas, los equipos y violas a usar para lograr mi sonido. Además, ya conocía el audio de los músicos que convoqué porque había trabajado con ellos en otros proyectos. Me encanta el sonido que logramos para estas músicas y eso fue también por los técnicos y equipamientos de los estudios de grabación, mezcla y mastering. Hubo que componer un “espacio acústico” y creo que lo logramos entre todos.
 

– ¿Qué fue más complicado, la selección de los temas o los arreglos de los mismos?
-La selección de temas, sin dudas. Tenía (y tengo en verdad) muchas músicas sin grabar   pero me decanté por éstas, por ser más íntimas. No sé si las más “hiteras” pero si las que más representaban este momento. Los arreglos fueron apareciendo naturalmente en el proceso creativo. Al ser un formato más pequeño fue buscar “el sonido del trío” y poco más. Como ya veníamos tocando juntos y nos conocemos, esto hizo que pudiéramos encontrar las particularidades de cada tema y quedar contentos con el resultado. Luego los colores de las cuerdas y efectos, en momentos puntuales, aportaron algo interesante, diferente.
 
– ¿Cómo fue el arreglo de voces? ¿En algún momento pensaste en cantar?
– Si bien hay algunas voces/coros, es esencialmente instrumental. Por ahora canto en mi casa nomás, en un futuro quizá la haga, pero aún no me siento como para grabar. En Colosos, mi otro grupo, hice canciones con sus respectivas letras pero preferí delegar en alguien que, digamos, lo hiciera mejor que yo. La música primero, ¡siempre!


  – ¿Quedaron temas afuera?
-¡Muchos! No elegí los más “pegadores” sino aquellas músicas que me parecían que cerraban más la idea de lo que quería transmitir y mi momento presente.
 
– ¿Con qué equipo de guitarra tocaste?
-Usé el Fender Blues Junior, que lo amo, en la mayoría de los temas! Y para el sonido más de jazz acústico un ampli AER que es una fiesta.
 
-¿Qué opinas del streaming como “nueva forma de tocar para el público”?
-Como complemento, puede ser. Quizá si alguien está lejos y de esta manera puede participar del evento es fantástico, una herramienta muy poderosa. Dicho esto, no tiene absolutamente nada que ver una cosa con la otra. Ni para el público ni para los músicos. Si preparamos el sonido para que suene de una determinada forma, con un equipamiento específico que cuidadosamente buscamos, queremos que el sonido que se proyecte sea ese y no que, luego de ello, pase por el colador de un celular convirtiéndolo en una aguja que te taladra el cerebro. Inclusive, aunque tengas un sistema de audio increíble, el sonido que escuchamos y preparamos siempre es otro al que finalmente se recibe. No estamos en el mismo espacio/tiempo. Aparecen muchas variables que no controlamos y alteran la música. En la misma línea de lo que te decía del estudio, aparece el ritual y la ceremonia de haber acordado en un espacio, un horario para poner en pausa nuestras rutinas y allí encontrarnos para celebrar que estamos vivos y comunicarnos; eso, no te lo cambio por nada. No es lo mismo si estás en tu casa y colgás la ropa si un tema no te gustó tanto. O sea, estás en tu rutina. Pensás en mañana y armás un bolsito, que se yo. Parecen pavadas pero no. No quiero rebajar el arte a su función de “amenizador de una noche cualquiera”.
 
– ¿Qué diferencia tiene este trabajo respecto al que realizas con Colosos, tu banda?
-Son cosas bien distintas. Estas músicas no cuadraban tanto y la realidad es que con Colosos ya funcionamos como un “colectivo de creación”. Alguien lleva una idea y la trabajamos desde cero todos en la sala. Al haber vientos, aparecen otros planos y funciones. Es hermoso formar parte de ese equipo. Llevamos ya muchos años y estamos por sacar nueva música. El equipo está unido. Me emociona seguir compartiendo y aprendiendo con ellos en el camino.
 

– Al respecto, ¿tenes esa dicotomía de tener que pensar un tema para Colosos o dejarlo para tus proyectos solistas?
-La realidad es que, en los inicios de Colosos. Me encargaba más de escribir la música y que  luego ellos redondeen, por así decirlo. Ahora, al estar hace años trabajando, uno lleva una idea y la desarrollamos en conjunto. Puedo asegurarte que la música ganó mucho al hacerlo así. Logramos encontrar un sonido de grupo, trabajando para la música, cada uno con sus personalidades. Eso es una conquista. Es pensar colectivamente desde el vamos. No me había pasado nunca antes. Lleva tiempo pero vale la pena.
En mi proyecto solista es distinto. Son ideas donde la guitarra es más protagonista por lo que ya nace de una forma que es más para un formato reducido. No tengo esa dicotomía de tener que decidir. Disfruto de ambos proyectos, cada uno con sus particularidades.
 
-¿Cuanto tuvo de catártico este disco?
-Todo. Estos años fueron locos, con un par de acontecimientos duros, de pérdidas así como de mucha alegría y momentos de felicidad y emoción. La vida misma. Algo de todo eso hay en estas canciones porque nacieron de ahí. Es la esperanza en medio de la tormenta, la “corazonada” como bandera, la persistencia, un tiempo lento y urgente, que se yo… Hay quietud y movimiento. Todo eso conviviendo en el mismo cuadro.
 
– ¿De qué manera influyó la pandemia y el nacimiento de tu hijo Renzo en su creación?
-Mucho. El segundo tema “Vení” lo compuse cuando estábamos esperándolo, preparando el territorio y recomponiendo nuestras almas. Salió así como una invocación, un deseo hondo y profundo.  Ahora ya está entre nosotros, enseñándonos nuevas melodías. Renzo va solo y nosotros nos agarramos de su mano.
 
Guido Briscioli presenta su EP “Corazonada”.
 
Fechas de edición de los tres temas.

9/7: «El bien abraza»: https://ffm.to/elbienabraza
30/7: «Vení”
 20/8: «Todavía» y el EP completo.



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