Percusionista argentino de renombre, se radicó en Suiza para desarrollar su carrera. La pandemia suscitada por el Covid-19, cayó justo cuando estaba por presentar el versátil y disfrutable “Ciclos”, su tercer disco solista, esta vez con temas propios. Pablo Lacolla charló con ECDL respecto a su nuevo proyecto, el pasado, su experiencia tocando el Hang, la vida en la tierra de Roger Federer y las influencias de Argentina.
-Pablo, ¿cómo y cuándo surge “Ciclos”?
-Mi nuevo disco de canciones propias “Ciclos”, nace tras muchos años, de ir y venir como músico percusionista y acompañante de diferentes proyectos. En paralelo, siempre compuse canciones, desde muy chico. Así que, llegó el momento de poder empezar una nueva etapa a mis cincuenta años, como cancionista/cantautor.
¿Cuánto tiempo te llevó hacer el disco?
-Me llevó unos ocho meses aproximadamente, entre producción de arreglos de la mano de mi amigo Pablo Allende. Luego fui a grabar en Barcelona y en Suiza seguimos trabajando. Finalmente, el disco se fue a mezclar y masterizar en Buenos Aires.
– ¿Compusiste todos los temas para este disco?
-Las canciones ya las tenía desde antes y algunas iban saliendo en el proceso de gestación del disco.
– ¿Cómo fue la producción del disco asi como el trabajo con Marcelo Mercadante y Juan Esteban Cuacci como invitados y Acho Estol en la mezcla?
-En la producción estuvimos con Pablo Allende juntándonos, unas veinte veces para seleccionar las canciones y saborearlas juntos. Ver qué colorido y sonoridad queríamos para este disco. La verdad, estamos muy contentos con el trabajo.
Con respecto a Juan Cuacci y Marcelo Mercadante que están como músicos invitados, ya había trabajado con ellos como percusionista. Tenemos muy buen vínculo tocando y, en lo personal también. Así fue que los convoqué para que participaran y ellos lo hicieron, encantados.
En cambio, Acho Estol fue el encargado de la mezcla. Se dedicó de una manera muy sutil y laboriosa a mi música. Captó la impronta del disco de inmediato y consiguió una sonoridad divina. Estoy muy feliz con lo que se ha logrado.
– ¿Cómo fue el “presentar tus propias composiciones” después de tantos tiempo?
-Presentar mi propia música es algo que llevo persiguiendo desde hace unos cuantos años. A partir de mis cincuenta años recién cumplidos, me dije: “pues es ahora el momento. Así que esto recién empieza”.
– En “Quien soy” usas slide. ¿Siempre pensaste en ese arreglo?
-Lo del slide salió en los encuentros con Allende. La pasábamos muy bien repasando el disco e iban saliendo los adornos, unos tras otros. De hecho en todo el disco, no hay un solo platillo. ¡Y eso que soy percusionista!
– Tu disco sigue los lineamientos del tango y el folklore. Es “autentico” pero no es “más de lo mismo” en tanto letra y sonido. ¿Cómo fue lograrlo?
-El tango y el folclore los llevo de siempre muy dentro mío, sin ser un experto en cuestión. Lo mismo ocurre también con el candombe, los boleros las baladas, la música brasileña y muchos otros estilos. Hice una selección para “Ciclos”. La distancia con mi país influye mucho en todo lo que hago también.
Para mi siguiente disco, agruparé y elegiré otras canciones de otros estilos para que también convivan dentro de un mismo álbum.
– ¿Cuál fue la inspiración para el arte de tapa?
-Estuvo a cargo de mi fiel amigo Juan José Surace. Siempre hace las tapas de mis discos y otros proyectos en los que participo como por ejemplo, Vinodelfin, una banda española en la que toqué durante diez años. Solo le tiré la idea de la calesita y un poco de la tipografía. Lo demás es todo suyo.
– ¿Te quedaron temas afuera?
– Si, quedaron unas cuantas canciones fuera que quizás me las reserve para otros discos. Lo bueno es que siempre sigo componiendo, por suerte.
– ¿Llegaste a presentar el disco? ¿Tenes fecha para tocar?
-Justo iba para Argentina a festejar mis cincuenta años y por el coronavirus se paró todo. Pero todo llega y será en cualquier momento esta presentación.
-¿Cuáles son tus influencias musicalmente hablando?
-Mis influencias son Spinetta, García, Páez, León Gieco, Fandermole, Aca Seca, el tango tradicional, folclore de antes y nuevo, música del Río de la plata. Prácticamente todo lo sudamericano. No necesité música de afuera para llenar mi emoción, salvo excepciones.
-Fue desde pequeñito. Mi abuelo fue mi primer maestro en enseñarme el tata-mama en una maderita que él había fabricado. Desde allí, no lo dejé nunca más.
– Contame de tu experiencia con el Hang. Cómo lo descubriste y cómo lo describirías (su sonoridad, etc)
-La experiencia fue magnífica desde el primer momento. Me ha dado muchas satisfacciones y me las sigue dando. Es un instrumento que te da mucha plenitud y calma, tanto al escucharlo como al tocarlo. Es más, te cuesta dejar de tocar. He estado tocando más de tres horas seguidas. Tengo dos Hangs y a veces los mezclo así que ¡imaginate!.
– ¿Desde hace cuánto que estás viviendo en Suiza? ¿Cómo es la escena musical?
-Llevo ocho años viviendo en Zúrich. Al principio, me costó la adaptación a sus reglas -que son unas cuantas- como las de la puntualidad, del respeto hacia el otro etc. Todavía me sigue costando por el idioma ya que es muy difícil, pero hago lo que puedo y como puedo. Es un lugar en donde podes concentrarte en lo tuyo y te da el confort para hacerlo a gusto.
La escena musical no la conozco muy bien del todo. Es un país chico y mucho no pasa a nivel local, pero en verano hay unos cuantos festivales en las montañas. Está el festival de jazz en Montreux por ejemplo. Como profesional tengo bastantes conciertos, pero muchos son privados y/ o en iglesias.
-Acá hubo confinamiento y se agarró al virus a tiempo dentro de todo. Desde hace una semana, volvió todo a normalidad con los recaudos necesarios.
– ¿Estuviste componiendo en este tiempo?
– Si, estuve componiendo bastante. Va por etapas. A veces estoy meses sin componer pero por siempre vuelven las canciones a salir y tienen su propia identidad.
-Si no eras músico, ¿qué hubiera sido de tu vida?
-De chiquito quería ser carnicero. Siempre me gustó en tema de la carne y cortar. También hubiese sido taxista me gusta sentirme libre y conversar con gente. De hecho, fui taxista muchos años y me gustaba mucho estar en esa vorágine ciudadana. Se extraña mucho y más viviendo en Suiza
– Si por la puerta del departamento en el que estas, entrase el Pablo Lacolla que tenía dieciocho años, ¿qué le dirías? ¿Algún consejo o recomendación?
– Si tuviese que decirle algo a Pablo Lacolla le diría que siga su corazón y que actúe de buena fe, que lea muchos más libros, da igual de lo que sea y que conserve siempre las amistades que vaya haciendo en toda su vida. Le diría que no se arrepienta de lo que haga y que tenga paciencia y perseverancia que todo llega en esta vida si uno realmente lo desea.
A continuación, ↓↓↓“Ciclos”, de Pablo Lacolla↓↓↓
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