Marcelo Subiotto. “Me siento actor hasta cuando dirijo”

Junto con Adrián Canale, son el alma mater de Puerta Roja, uno de los teatros más interesantes de Capital Federal. Antes de hacer dos obras de Daniel Veronese en el TGSM, Marcelo Subiotto corre el velo del misterio de Puerta Roja y de gemas como “Amentia”.
-Marcelo, empezaste el año muy activo!
– Si. Estoy en el San Martín, en enero y febrero con las obras de Veronese, “Espía a una mujer que se mata”, “Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo” y  “Mujeres soñaron caballos”. Después hay una gira, en marzo y abril, y a la vuelta, voy a estar en una versión de “La Gaviota”.
-¿Te sorprendió lo que pasó con Amentia?
– Un poco si porque es una obra un tanto íntima, chica, realizada en un lugar pequeño. No es una obra fácil ya que surge de unos cosas escritas en relación a la luna y los lobos. Estaba también trabajando con actrices con lo cual dio una idea cercana a la relación entre ellas y a la espera. Todo lo que escribieron los críticos me pareció muy bueno por la cantidad de visiones e interpretaciones que tuvieron. En enero la llevamos a Tucumán y después, haremos para marzo un par de funciones para ir despidiéndola.
– ¿Cómo fue hacer “Amentia” en el Ecunhi?
– En el Ecunhi, todo se resignifica de una manera por demás inesperada, viste? Salí de la función y no se a quién le comenté y dije “cómo se chupó…” y decir eso en el Ecunhi… Es como raro eso. Yo ya había ido con Amadeo en el Festival anterior entonces fui con otra energía pero la primera vez fue fuerte. Además en Amentia, a veces hablamos de “cuerpos que flotan en el río” y decir eso ahí eso, cuesta. La experiencia fue buenísima. La hicimos en una sala chiquita, la García Lorca, y quedamos sorprendidos porque vino mucha gente. Para las actrices fue muy movilizante y la reacción fue muy buena. En general, tuvimos muy buena recepción con Amentia. Es un espectáculo que tuvo muy buena recepción en general. Es un espectáculo que tiene sus singularidades ya que no tiene el ABC dramatúrgico de todos los espectáculos. Sin embargo, en aquellas personas que no son teatreras o que no son de ir al teatro, se quedan pensando con la obra. Esas cosas van asi.
– También estuviste presentando “La comuna Orgón”
– Si, también está basada en unos escritos míos. Aquí, hay unas prostitutas que quieren cambiar la historia pero tiene varias cosas para conocer y deconstruir. La semilla de la sociedad burguesa que es la familia y llamativamente va a tener un problema familiar que será el misterio de la obra. Es un trabajo más en proceso. Lo estamos haciendo con ocho funciones con público, puliendo cosas y estaremos largando para mayo.  Ahora estoy empezando a escribir un material que me gustaría hacerlo acá. Está un poco verde y creo que se va a llamar “El exilio de las formas” que son mis delirios.
– ¿Lo vas a dirigir vos?
– No tengo idea. Por ahí sea al estilo de Amadeo, porque tiene que ver con algo más personal. Esto nuevo que estoy pensando a escribir, “El exilio de las formas” no se parece a nada de lo que escribí.
– ¿Y para cuando estaría?
– La verdad, no sé. Te estoy diciendo algo que podrá ser un disparate porque me estoy yendo de viaje. Quizás, para mediados del 2011
Intermedio: Hacía rato que teníamos ganas de charlar con Marcelo. Siempre destacamos a “Amentia” asi como varias puestas de Puerta Roja. Subiotto además, nos cuenta sus puntos de vista sobre la actuación y el re-estreno de las obras. Se toma una Sprite junto con un sándwich de queso. Terminamos la nota y vamos a Puerta Roja a hacer las fotos. El teatro mantiene la magia en todo momento. Nicolás Savine, el fotógrafo se sorprende y tira flashes para captar su esencia.

-Hablás de Amadeo y me acuerdo de “Coplas”, “Amentia” y “la Oscuridad de lo Oscuro”. Tenés una dramaturgia que al mismo tiempo fuerte y atrapante…
– No sé muy bien cuál es mi territorio. El teatro es el lugar donde puedo expresarme mejor pero nunca se bien si realmente soy un dramaturgo o no. Soy autor de obras teatrales con materiales escritos que están muy relacionados con lo que voy a hacer especialmente. No sé escribir ni tengo intención de escribir una obra antes de montarla. Siempre está surgiendo en el espacio. Si bien en algún momento me inscribí en la Escuela Municipal para convertirme en dramaturgo, me di cuenta que no era lo quería. No era un problema de empezar a hacer que es algo que, realmente no me interesa. A veces me considero más un poeta que un dramaturgo y esto lo digo muy tímidamente. La poesía está puesta en el ámbito del teatro. También me gusta trabajar con la música. Entonces, el material, viste….lo que sale son todos esos placeres y lenguajes que me gustan y el material está apoyado en eso.
-Todas eran obras muy poéticas, que apela a un espectador determinado
-Esa poética no puede quedar sin acción como en “Amentia”, que las chicas están ahí sentadas, se la bancan y pasan un montón de cosas. Hay un accionar musical para mover esos textos, una rítmica y un trabajo de escucha desde la actuación que trabajamos mucho porque sino el texto no funciona. Eso está pasando un poco en estas idas y vueltas con “La Comuna Orgón”, donde todavía no logramos el nivel de actuación que el texto dice y si no está puesto, no lo dice. El texto, en sí solo, no es un valor. Hay una cantidad de cosas que van complementándose y hacen que después sea un material poético. Cada ingrediente tiene que estar en su lugar justo, como suena porque si no se corta el misterio de la obra, viste? Si eso se corta, se vuelve convencional.

– Te sentís más poeta que dramaturgo pero ¿te podrías sentir más músico que actor según el caso?
– No. De todo, lo que más me siento es actor. Incluso cuando dirijo y ahí lo hago desde mi propia experiencia como actor. Estoy mucho en el escenario para ver que pasa, estudiar como suena ese cuerpo con el que estamos trabajando. Música y poesía son cosas que están en mi y que de a poco las asumo y las nombro por una cuestión de respeto. Por sobre todas las cosas, me siento actor. Hoy por lo menos.
-¿Cómo es para vos actuar y dirigir al mismo tiempo?
– Fue sencillo para mi cuando estoy solo pero no tanto cuando estás con más gente como en “El circulo de Maiakovsky”. Después, las veces que me dirigí, actué solo o con Oscar, el músico de “Cartonero”. Cuando estoy solo, es parte del mundo. Escribís ya diciendo y parándote al mismo tiempo. O sea, que ya lo vas organizando. Con más gente, es más complicado como con “Maiakovsky”, más allá de algunas cosas como la falta de tiempo para ensayar y el estar atento a los otros. Pienso que se puede hacer aunque hay mucho prejuicio con esto.
– ¿Cómo es el minuto siguiente después de bajar del escenario?
– Tengo un tránsito no demasiado mágico para subir y bajar del escenario. Es muy intenso subir y el instante antes de bajar. Para mi, lo mejor es estar libre de todo, hasta del vestuario, como preocupación digo. Mi consigna es “no me concentro porque me desconcentro”, una pavada terrible. Parece un chiste tipo “salta Violeta” pero me funciona porque cuando llegás a la hora de actuar, tenés que hacer eso y nada más que otra cosa. Construir una forma de veracidad. Es todo un laburazo y lo mejor que te puede pasar es estar ahí como un pibe. No tiene convicciones ni creencias. Hay una creencia y es estar ahí. Después bajo y generalmente, tomo un vasito de alcohol.
– Cómo ves el nombre que obtuvo Puerta Roja? Ya tiene un prestigio la sala.
– Está bueno lo que logró Puerta Roja en este tiempo. Nunca fue nuestro objetivo –ni lo es- generar un espacio que ocupe tal lugar. Siempre quisimos tener un espacio para hacer nuestras obras y ensayar. Nada más que eso. Tal vez, es una sinceridad tan cruda con ese objetivo que hizo que el espacio tuviese un tinte diferente al resto de los teatros. No se bien porque tiene el prestigio que tiene, por qué la gente ve lo que ve o qué refleja. Puerta Roja es un teatro con gente que hace teatro y lo coordina gente que hace teatro. En esa locura, se generó una energía que sea diferente a otros lugares. No somos ajenos a la producción. Tiene, generalmente, espectáculos sencillos, mucha “primera obra”. Además, nosotros hacemos todo. Acomodamos, damos sala y todo. No lo tomamos como un sacrificio sino que eso también es teatro. Tal vez eso, al no ser tan común, dé el perfil de un “viejo teatro” o un teatro como “los de antes”. Hay algo de eso pero tampoco levantamos una bandera. Lo hacemos porque es asi y nada más.
– La última, si por esta puerta, entrase el Marcelo Subiotto que recién empezaba con sus sueños de ser actor y demás, qué le dirías? Alguna recomendación o un consejo?
– Le diría “el tiempo es una ilusión”. Mirá, consejos no soy de dar. Tengo dos hijos y tengo que jugar bastante ese rol, jajajjajajajajajaa. Le diría eso porque todo puede ser como es de diversas formas y múltiples. Asi que, flaco, hacé lo que te parece! 

“Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo. Ciclo Veronese en el Teatro San Martín. TGSM. Viernes 11, sábado 12 y domingo 13 de febrero, 22 hs.

0 comentarios en “Marcelo Subiotto. “Me siento actor hasta cuando dirijo””

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio