Andy Cherniavsky: «La fotografía te elige a vos y no vos a la fotografía.»

Hace poco expuso parte de su catálogo de fotos en una muestra en Palermo. Sus fotos son parte del inconsciente colectivo rockero. Con trabajos en catálogos, campañas de moda, tapas de libro, Andy Cherniavsky es todo un ícono en si misma. En diálogo con ECDL, recorre parte de su gira mágica y no tan misteriosa detrás de la cámara de foto asi como repara un error histórico en la tapa del disco debut de Todos Tus Muertos.

Nota realizada con Matías Recis

-Andy, ¿por qué fotógrafa?

-Bueno, la verdad es que fue bastante azaroso. Me encantaba todo lo relacionado con la imagen y un día, una amiga me invitó a hacer un curso de fotografía. Duraba tres meses y ya era fotógrafa. Tenía montada una empresita y hacía fotos en las plazas, que las vendía. Siempre tuve esa veta empresarial.

– ¿Se nace fotógrafa o se hace?

– Creo que se hace. También se nace. Hay chicos que ahora, más que nunca, empiezan más temprano. De repente, te empezás a dar cuenta que tenes ganas de mirar y de una manera especial. Retratarlo de otra manera. La fotografía te elige a vos y no vos a la fotografía.

– ¿Cuando empezaste con la fotografía? ¿Era relacionada con la música?

– No, para nada. Eran fotos de chicos en la plaza, jugando. Iba a la casa de las madres -era una época en la que se le podía pedir la dirección a una persona y te la daba- y le llevaba las fotos de sus hijos. Me las compraban y así me iba pagando la vida de fotógrafa que es cara. Comprar rollos en Buenos Aires en esa época, los equipos, flashes y todo eso. De a poco me fui armando un estudio.

– ¿Se democratizó la fotografía con la llegada que tienen las nuevas generaciones a cámaras en el celular y eso?

– Si. Cualquiera se acerca a la fotografía, como puede suceder también con la música. Más allá que tengas ganas de sacar una foto buena o ser músico, se debe transitar un camino. Por tener una foto en el celular, no te convertís en fotógrafo. Ahora hay lugares donde estudiar, cosa que en mi época no había. Era ir a foto club o nada. En mi caso, estudié con un tipo que, en ese momento, era un gran profesor. No tuve la suerte que existiera una universidad de fotografía

– ¿Tu familia respaldó tu proyecto?

– Si, a full. Me respaldaron mucho. El departamento que tenía, donde vivía, lo convertí en un estudio. Corrí todos los muebles y armé el estudio en el living de mi casa. Asi comencé.

– ¿Cómo fue el paso de estar sacandole fotos a los chicos en la plaza al mundo del rock?

– Me pasó que lo conocí a Charly y León. Empezaba a sacar fotos y saqué en el Festival de Jazz de San Pablo, en aquél momento, de Montreaux. Le saqué fotos a Dizzie Gillespie y tipos re grosos que estaban participando en ese festival. Ahí me di cuenta que había un espacio, un lugar donde nadie le sacaba buenas fotos a los músicos. Me empecé a copar y la primer foto que me publicaron fue para la revista Periscopio –que no existe más-, que era una foto de John Mac Laughlin, Dizzie Gillespie….no me acuerdo bien. Asi se fue dando el paso hasta que hice la tapa del disco de León Gieco, “Pensar en nada”, que fue la primer tapa que hice.

– La foto que tenés afuera de tu oficina, de Soda, es de la época de “Nada Personal”, ¿no?

– La verdad, estuvimos recolectando las fotos. No me acuerdo bien de que año es del camarín de Soda…. Esperame, ya te digo…..(busca la foto y los datos)

-Andy, todo bien…no queremos molestar….

-No me molesta nada….(y sigue buscando!!)

– Debía ser entre el 85 y el 86…

– Acá está. Es Obras del 86, presentación de “Nada Personal”.

-Muchas de tus fotos quedaron en el inconsciente de una generación….

-¿En serio? ¡Qué bueno! ¡¡Qué buena onda!!

-Con colegas hemos hablado de estas fotos de Soda y la de Luca…..

– La de Luca….

– ¿Cómo fue lograr “esa” imagen de Luca?

– Bueno, yo…me pone muy contenta haberlo hecho. En ese momento era la fotógrafa de la revista Rock & Pop y tenía que hacer una nota, que era retratar a Luca en lo que era ese momento. Fue una onda que se dio, muy copada y…saqué esa foto!

– ¿Fue en su casa?

– No, fue en mi estudio.

– Nos sorprendió mucho que pudiste captar el ángel, la parte humana de Luca.

– Si, quizás en esas fotos es donde se le ve más el alma, el sentimentalismo y todo aquello que tiene que ver con la tristeza y el humor que tenía, que se ve en la cara.

– Tuviste que llegar a una vinculación…

– Soy fotógrafa. Lo mio es generar algo con el otro. Tener una idea, contarle como es y llevarlo a la foto que quiero realizar. En ese momento, tenía pocas posibilidades. Vino al estudio y armé todo con unos cartones que había por ahí. Él vino vestido asi. No había vestuario, maquillaje ni nada, no como ahora que tenés todo. Sacamos esas fotos.

– Habías trabajado con Virus, los Abuelos…que tenían una estética más pop. Luca tenía una estética más punk…

– …si pero tenía una estética al fin y muy personal. Estaba bueno porque era muy de él, con las Converse, las bombachas de gaucho, los pantalones rotos…

– ¿Estas fotos podrían considerarse como fotoperiodismo inclusive?

– Creo que si. Lo más valioso que tienen es la historia de una década. Hice hace poco una nota en Rolling Stone que trata de retratar ese sentimiento que fue la década del 80.

– ¿Qué pasó en los 90? Fui a ver tu muestra en la calle Armenia y estaba muy centralizada en los 80. La irrupción del rock barrial te generó cierto rechazo a nivel estético?

-No, no. No tengo ningún tipo de rechazo…no le hago asco a nada….(risas).

– Vi fotos de Babasónicos, y los Kuryaki…te volcaste a otro lado…

– Es la gente que va llegando al estudio, ya sea para hacer una nota, la tapa de un disco o fotos de prensa. Fueron las bandas que me tocó fotografiar y tuve más cerca en ese momento. Obviamente mi trabajo se diversificó. Soy una fotógrafa que hace tapas de discos, catálogos, campañas de moda, tapas de libro o lo que sea. No solamente de rock. En la diversificación me alejé un poco. Me encanta la música en español y latina pero, por sobre todas las cosas, nuestro rock nacional. Capaz que dejé de ir a los shows porque a determinada edad dije “no quiero salir escupida, llena de gargajos”. El ultimo show que hice fue uno de los Ramones en Obras y dije “nunca más”, (risas). Además, ¡que show!

-¿Qué importancia tienen las luces? Porque imagino que, al respecto, Obras era muy importante…

– Si, es verdad. Obras era la mejor luz. O un Gran Rex y el Opera. Estaba Quaranta, uno de los grandes iluminadores de aquel momento. De repente, tenías una luz más profesional que fue lo que pasó más adelante con el vestuario y el maquillaje. Esto se puede ver en la foto de Soda Stereo, bien ochentosa que está buenísima, que se están maquillando en el camarín de Obras. Se fue produciendo más el rock. Se pasó a otra etapa de mayor producción y yo fui teniendo más fotografías de estudio y menos de shows en vivo.

-Estas fotografías de estudio que fueron modificando el rock, ¿cuanto influenció el retoque digital?

– No, para nada. Lo que hago es un retoque “cosmético” de la foto. Hay fotos que trato no tocarlas. A lo sumo hago una limpieza sobre todo, con las cámaras digitales que hay que limpiar pelitos y cositas. Básicamente, en la muestra de la calle Armenia, que me dio ese espacio –que tuvo una zapada en vivo el día de la inauguración-, nivelé las fotos. No están retocadas las caras. Las fotos están crudas pero están niveladas para que den un blanco y negro parejo.

– ¿Cual era tu equipo de fotógrafa de esos años?

-Uh…yo trabajaba con una FE y una FE 2, cámara de rollo de 35 mm. Eran Nikon…a mi siempre me gustó trabajar con Nikon. Tenía un 28-200, un 135, te digo los zoom que tenía. Laburaba con lo que había. Me subía a mi valija y estaba en la primera fila, donde en aquel momento, no había “seguridad”. No había seguridad y tampoco un espacio para el fotógrafo, donde se decía “el fotógrafo está aquí”. No existía eso. Por qué había que hacerle un lugar al fotógrafo?, mientras me caían los desmayados del recital en la cabeza y todo eso que sucede.

– ¿Por ser mujer, se te hizo más difícil ser fotógrafa?

– Una vez que me metí en el circuito y trabajaba para Rock & Pop, me conocía todo el mundo. Me metía y me acreditaba para todos los recitales para cubrirlos para revista. Trabajaba en ese momento para Cantarock, El Musiquero, Rock & Pop y algunas colaboraciones en Pelo. Cubría para casi todas las revistas de la época.

– ¿Te quedó alguien por fotografiar?

– No, pero quizás…me hubiera gustado hacerle fotos de estudio a Spinetta, por ejemplo. Tengo muchas fotos en vivo y grabando. Diferentes pero me hubiese gustado hacerle fotos en estudio pero como seguí mucho a Charly y otras bandas, en los 80…Allí seguía mucho a Seru, Los Abuelos, Charly,

-Con Charly tenés muchas más fotos de estudio…

-Si, pero tengo más de los 90.

-¿Y de afuera?

– Me hubiera gustado fotografiar a The Pretenders, Madonna, Metallica. En los 80, le saqué mucho a los Violadores. Iba mucho a shows y también tuve oportunidad de sacarle fotos a Tina Turner y The Police.

– Pensaba que me ibas a decir un Bowie, un Iggy Pop….

– Iggy Pop por supuesto. Lo vi muchas veces en vivo y siempre lo seguí. También vi a Elton John y Stevie Wonder. Seguí a varias bandas pero escuchaba mucha música y grupos pero a los cuales no fotografiaba.

Intermedio: Llegamos al estudio de Andy en el límite entre Villa Crespo y Palermo. Un estudio amplio, blanco, tiene en la sala de espera una foto de Soda Stereo, en blanco y negro, de la presentación de “Nada Personal”. Imposible sacarle los ojos a la foto y no recordar otras antológicas de Andy, como las que le sacó a Luca Prodan. Andy es amable y cuenta, con precisión y algo de timidez, los momentos en que sacó esas fotos. Si no recuerda un detalle, lo busca en su PC. Sus fotos de Charly García, Luca Prodan, Soda, Virus, Abuelos, son reconocidas por los amantes del rock argento.

– ¿Cuánto hay de fanático en el fotógrafo? Fito Frati nos contaba que empezó a fotografiar a Almendra como fan y después llevó la cámara y era el único que estaba ahí sacando fotos….

– Me pasó un poco eso…Era fanática de Sui Generis y se dio que, en ese momento, empecé con la fotografía. Me enganché mucho con el rock nacional. Venía de estar cerca de las bandas porque mi papá era manager. Mi viejo era Daniel Cherniavsky y hacía recitales de Moris, León Gieco, Miguel Abuelo, Arco Iris. Estaba muy metida en mirar bandas como Vox Dei y La Biblia, Billy Bond y la Pesada.

– ¿Es difícil la relación fotógrafo-músico?

– El músico no se entrega tan fácilmente. No te creas. El músico, con el fotógrafo….están las bandas, que están jodiendo, viste? Y es como decir “chicos, vamos a sacar las fotos”. Engancharlos de alguna manera…

– ¿Cómo fue la elección de las fotos para la exposición de la calle Armenia?

– Fue un poco azarosa por eso le puse “Series”. Tengo mucho más material como para  hacer más series. Fueron como fotos que un día empecé a juntar adentro de unas cajas, donde guardo todo el material copiado y los contactos. Empecé a agarrarlas y fotografiarlas. También fue idea de Nico Cuño, hacer la muestra. A raíz de eso, abrí las cajas para ver que tenía y comencé a laburar con las cosas que iba encontrando. Alguien me preguntó por qué no estaba Porchetto o Miguel Mateos. La verdad, no había fotos copiadas de ellos en las cajas que había agarrado. Mi primer mirada fue “¿que hay acá adentro?”

– No es que hubo una elección….como si fuesen las que más te identificaban….

– No. Fue más que nada con las que más laburé. Quizás por eso tenía tanto material ahí. También trabajé un montón con Miguel Mateos pero no tenía fotos copiadas y no las incluí. Voy a hacer más exhibiciones porque tengo mucho material y me da gran placer mostrar esa parte de mi vida, donde estaba ahí…arriesgando mi vida! (risas).

-Ahí había una foto de Charly con Andrés Calamaro…cuando fue esa?

-En B.A.Rock, en el 82. Estábamos en el backstage.

– La presentación de las fotos en televisores plasma, ¿fue tuya o de Nicolás?

– Si, la verdad fue una idea mia. Se la conté a Nico que le encantó y a los dos minutos, se copó. La verdad es que todo el equipo laburó mucho. En Key Biscayne hay una gente increíble, que laburó mucho para el desarrollo del evento. Los productores que trabajan conmigo se puso mucho las pilas para hacerlo. Los plasmas me permitían mostrar las doscientas fotos mientras que era más difícil doscientas ampliaciones. Contar una historia no tan grande como son las cantidad de fotos…

-¿Y el pasar tu trabajo a estampillas hace cinco o seis años, con Luca y Miguel Abuelo?

– Me encantan las estampillas. Ahí las tengo. Me pareció super positivo. Cuando sacaba las fotos en los 80, no me daba cuenta de lo que estaba haciendo. O sea, lo hacia porque me gustaban las bandas, la música y la fotografía. El fotografiar en vivo me hacía sentir una cazadora. Era una manera de pertenecer y seguir un poco al pie del escenario, de cuando mi viejo organizaba todo un show. Era como seguir con mi vida, el estar ahí, entre bambalinas, siempre acompañando a mi viejo. Me sentí en un lugar muy cómodo y muy conocido para mi. La verdad que, ahora me doy cuenta, que estaba escribiendo un cacho de historia con mis fotos pero en ese momento, no tenía la certeza de eso.

-¿Cuando reparaste en esa situación?

– En la muestra “Rock 30 años” del Centro de Exposiciones, organizada por Alberto Ohanian. Se contó la historia de todos los grupos surgidos en esos treinta años, con fotos de éstos aunque hubiesen publicado un solo disco. Recopilamos muchísima información fotográfica para una exhibición gigantesca hecha con lo que se encontró y se recauchutó. Fotos inéditas de Tanguito, un stand solo de Soda Stereo. Fue buscar en mi archivo, desde las primeras fotos que saqué con Charly, León y los shows que cubría en ese momento. Además, era curar y editar el material que llegaba de las bandas. Con Rodolfo García, Juanjo Carmona y Pipo Lernoud laburamos con la gente de Ohanian. Fue muy importante para mi ver todo ese material y decir “La puta madre, acá estoy contando la historia del rock nacional”. No faltaba nadie. Estaba bueno y fue sentarse frente a frente con el material que tenía.

– Juanjo es el autor del libro de Miguel Abuelo.

– Claro. Mientras estábamos en la exposición, él lo estaba escribiendo.

-También hay imágenes tuyas en la película “Buen día, día”…

– Es verdad! La vi y me encantó la peli. Me pareció un poco triste pero me gustó mucho. Tenía muy buena onda con Miguel. Éramos vecinos así que estaba mucho tiempo con él y con Gato. Los Abuelos estaban muy cerca en esa época. Me resultó un poco triste la situación de Gato siguiendo los pasos de su padre.

-Era una forma de reparar o buscar algunas huellas que el padre dejó en él…

– Si, es cierto. El final es medio triste pero me parece genial que haya una película sobre Miguel Abuelo. Creo que es un ídolo, un personaje increíble de esa época. Lo menos que se merecía.

– De las bandas nuevas, hay alguna que te interese fotografiar? Por estética….

– No tengo muchas fantasías con respecto a quien quisiera fotografiar. A cualquiera que venga! Jajajaja. Se me van presentando ocasiones y me encantó fotografiar a Aterciopelados, Andrea Etcheverry, Café Tacuba….Me encantó hacer la tapa de Isabel de Sebastián y Bob Telson hace tiempo. Ahora está por salir otra tapa que hice con Isabel. Véanla cuando salga porque es divina! El diseño gráfico lo hizo Alejandro Ros. Siempre se me van presentando oportunidades de laburo que están copadas, con las que me voy relacionando y entonces se me arma un entretejido.

– ¿Como recordás esa etapa del primer disco de Todos Tus Muertos? Ahí participó Hilda, ¿no?

– Humm, ¡qué bueno que lo mencionas! Esta es una gran oportunidad para resarcir este malentendido. El disco de TTM, que tiene cuatro calaveras, fue un arte que hice yo en ese momento, que fue poner una calavera que había sacado en el Museo de Antropología en México, la puse en sándwich, con la cara de los chicos. Eran transparencias, slides. Ahí mandé a hacer unas fotos de eso y se hicieron las fotos. Hubo un periodista de Pagina 12 que publicó que Hilda había hecho esas fotos y que esa tapa era suya. No, no fue asi. ¡Fe de erratas! No tengo la menor idea de porqué se generó esta confusión con Hilda. Mi hija es la que se ocupa de darme esas noticias. Hay una confusión generalizada sobre esa tapa. A ver si la encontramos….Es un error.

– Hay que revisar el libro “A todo volumen”. Estamos corrigiendo un error histórico…

– Si! Claro, estamos reparando la historia…(risas) (N de R: Andy navega por la web, buscando la data). No tengo idea….las fotos las hice yo. Los chicos vinieron al estudio, hicieron los retratos. En un viaje a Mexico, hice la foto de la calavera. Les prometo que voy a encontrar el mail que me mandó mi hija….¡Acá está! ¡Lo encontré! “Me puse a investigar esto y todos los blogs cuentan que es una nota que salió en Radar, de Pagina 12”. Uh…no está disponible…. “Este link especial, como subnota, donde habla más específicamente del secreto de esta tapa, hecha por Hilda”.

– Debe ser cuando levantaron lo de “A todo volumen”…

-…. “A todo volumen” de Sebastián Ramos, con todas las tapas del rock argentino, con la colaboración de Marcelo Morán.

-Ahí se genera la confusión. No tanto por Página 12 sino por el libro…

– La verdadera historia de la tapa es que es una cabeza del Museo Antropológico del DF y lo que hice yo fue sacar los retratos verdaderos y hacer el arte, uniendo y haciendo un sándwich (en ese momento, no había photoshop) y puse las dos transparencias juntas y las copié. Hice ese arte. El diseño gráfico no me acuerdo quien lo hizo.

– ¿Quién te había influenciado en el trabajo fotográfico del rock? Tu papá, que tenía contactos por su profesión? Oscar Goñi?

– Tuve oportunidad de comprarle a Goñi parte de su archivo para hacer la muestra de “Rock 30 años”. Me parece un artista de puta madre y hubiera estado bueno que muestre mucho más de su etapa de rock and roll. Tiene unas fotos increíbles, incluso tapas. Era más el deseo de estar que un referente respecto a la fotografía. El deseo de ir a las giras, a los shows y hacer fotos. Me gustaba mucho. Annie Leibovitz fue una gran inspiradora. Su primer libro de Annie Leibovitz me regaló Charly. Al respecto, conocer a Charly y comenzar a sacar fotos en el mismo momento fue un dúo que se armó ahí y tuvo sus frutos.

– ¿Las nuevas tecnologías han conspirado contra lo que sería “la imaginación”, del fotógrafo?

– Que se yo. Creo que si, que un poco se fue todo al carajo. (risas). A ver, hay que adaptarse a las nuevas tecnologías y seguir disfrutando de las viejas. Es como la batería electrónica y la acústica. Son herramientas que hoy tiene cualquiera. En mi época, los originales los tenía que hacer con Rötring y Letraset, fotocomposición. Otro tiempo. Estuve como diez años laburando en el cuarto oscuro lo cual me metió dentro de este rollo, valga la redundancia! (risas). Llegó un momento, en los 80, que tenía una especie de fabrica de fotografía porque alquilaba el estudio arriba de la oficina de Daniel Grinbank, que tenía DG Discos en ese momento. Se producía una subida de artistas y bajada de fotos increíble. Ahí fotografié a Virus, Celeste Carballo, Charly, los Abuelos, Los Twist, Pedro, Fabi, a todos….

-De los nuevos fotógrafos artistas, ¿con quien te identificas?

– ¿Quienes son?

– Recién mencionaste a Alejandro Ros…

– Me encanta su obra. Es un grosso del diseño y de la dirección de arte. Otro joven….? No soy muy reparadora de nombres…Dylan Martí, Horacio Gallo pero son de otra época…

-Cuando le hicimos una nota a Ros, -y lo relaciono a cuando entramos a tu estudio-, vimos el tema del blanco y la relación con lo minimalista. ¿Qué es “el blanco” para vos?

– Hay algo ahí, ¿no? (risas). Me fascina la luminosidad y la luz. Con el blanco se pueden generar muchas cosas, ya sea si lo teñís de color o si lo dejas todo blanco. Me gusta mucho.

– ¿Hasta que punto influye el sujeto a fotografiar, en la obra?

– Mucho porque hay gente con la que lográs tener ese feedback que produce unas fotos bárbaras y lográs captarle el costado que querés captar. Se da como una relación fotógrafo-fotografiado y a veces, no se da, tan fácilmente. No hay tanta empatía.

– ¿Cuando decís, en una sesión, “esta es ‘la’ foto”? ¿Qué encontrás?

– Lo digo después que terminé. Lo voy sintiendo igual. Siento que lo tengo, voy mirando las fotos a medida que voy sacando, las voy mostrando, compartiendo con mis asistentes o con la persona a la que fotografío. Voy sintiendo lo que va pasando, que material hay. Es una cuestión de feeling.

-Si por esta esta puerta entrase la Andy Cherniavsky que empezaba a comprar sus primeros lentes…¿qué le dirias?

– Humm, ¡que imagen fuerte! Que se yo….fue una larga carrera que hay que tomársela con calma. Le diría que tenga más confianza en si misma. Siempre estoy viendo la próxima foto que voy a hacer y me olvido de lo que estoy haciendo ahora. De repente, me pasan estas cosas de ver trabajos viejos y me pongo contenta de encontrar tan buen material para armar esta muestra. Pero me tenía que arrastrar Nicolás Cuño, de Key Biscaine, sino seguía mirando las fotos, sola, alegrándome de lo que había hecho. Esto me pasa un poco con todas las fotos. No termino de mostrar todo.

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